martes, 24 de agosto de 2010

LA FERIA DEL CAMPO

El derecho a tener feria era uno de los privilegios más anhelados por los pueblos, a ellas acudían una gran confluencia de mercaderes que acercaban al pueblo la posibilidad de adquirir los productos necesarios sin la necesidad de desplazarse, evitando el riesgo y la incomodidad que suponía en los primitivos tiempos, además era un gran medio para dar salida de manera más fácil a los producidos locales, (en nuestro caso paños y bayetas) con el tiempo se sumo a la actividad mercantil la venta de ganado, la que nos ocupa, llego a ser muy importante, por la gran cantidad de transacciones de ganado que en ella se realizaban, siempre fue conocida como la Feria del Campo, bajo cuyo reclamo acudían a ella gentes desde puntos bien alejados. Vamos a la Feria del Campo, solían decir cuando eran preguntados.

La palabra Feria procede del latín y significa Fiesta, Solemnidad, y este carácter festivo no se hizo esperar, la Iglesia siempre atenta nos acerco al valeroso San Bertol, convirtiéndolo en nuestro Santo Patrón.

Es por eso que desde ese carácter festivo de la feria, desde la alegría y el gozo, que siempre suscitó esta fecha, marcada en el sentir, tanto individual como colectivo de los Campusos, gritemos todos a una ¡Viva San Bertol!
Foto J.G.N.

lunes, 23 de agosto de 2010

Los Papeles de Simancas

Entre los escasísimos papeles o documentos con que cuenta el Ayuntamiento de Villa del Campo sobre su historia y pasado, se encuentran unos denominados como los papeles de Simancas, por proceder del archivo allí establecido. (Tales documentos son bien conocidos, por hallarse su contenido en la web oficial de la localidad).

Desgraciadamente no están entre ellos los más importantes, aunque todos pueden tener su importancia, máxime cuando no hay otra cosa, tan solo son actas o informes que otorgan cumplidos poderes a procuradores y vecinos para que en nombre del Concejo soliciten al Rey y a los Oidores de sus Reales Consejos, la mudanza de la Villa del Campo de la jurisdicción de la Alcaldía Mayor de Gata y pasarla a la de la Villa de Alcántara, así como otros requerimientos relacionados con el mismo tema, aunque a decir verdad, mediante ellos puede rehacerse y de hecho se ha rehecho gran parte de lo que pudieron contener los privilegios otorgados por los diferentes monarcas, por estos documentos sabemos de que forma se gobernaba o había de gobernarse la Villa del Campo a partir del 30 de Junio de 1537, fecha en que El Rey Carlos I (también conocido como el Emperador Carlos V) mediante un donativo de ochocientos sesenta mil Maravedíes, desmembró en su totalidad a la entonces Aldea del Campo de la jurisdicción de la Villa de Santibáñez y la hizo Villa de por sí y para sí. (Dicha jurisdicción solo regía en la Villa, no en su término).
El hecho de ser el Emperador Carlos V el otorgante del privilegio y en esas fechas (no la citada en la web que está invertida) puede aclarar varias cuestiones y abre un sin fin de incógnitas relacionadas con el pasado de la localidad, basta con un ligero vistazo a un puñado de fechas del reinado del Emperador que a cualquiera le pone los pelos de punta.
Año 1527, Carlos V nombra a Frey Gonzalo de Valdivieso, Subprior de la Orden de Alcántara.




1529, El Subprior de Alcántara, Frey Gonzalo de Valdivieso, es nombrado Capellán de Honor de su Magestad Carlos V.





1537, Privilegio de Carlos V a la aldea del Campo, desmembrándola de Santibáñez y haciéndola Villa.

1543, la Princesa Maria Manuela de Portugal, sobrina de Carlos V, en su viaje de Portugal a Salamanca para desposarse allí con su primo el Príncipe Felipe, que más tarde reinaría como Felipe II, llega el 5 de Noviembre, a la ya Villa del Campo, permanece en ella hasta el día 6, fecha en que la Princesa y la gran caravana que la acompañaba, abandonan la Villa para proseguir su viaje.

Más tarde el 15 de Agosto de 1630, el Rey Felipe IV mediante un donativo de ocho mil Ducados, le concedió la merced de extender la jurisdicción dezmatoria y alcabalatoria a su término, quedando la Villa del Campo con facultad de gobernación en primera instancia de todas las causas civiles y criminales, sin entrometimientos de las justicias mayores más que en grado de apelación, otra cosa fueron los hechos, la Alcaldía Mayor de Gata, a la que pertenecía la Villa del Campo, no dejo de entrometerse en cuestiones ordinarias y así los campusos, hartos de las extorsiones, vejaciones, calumnias y molestias a que eran sometidos, por los regidores de Gata, el día 29 de Julio de 1631, reunido el Concejo, acuerda solicitar al Rey Felipe IV mudarse de la gobernación de Gata y pasarse a la de Alcántara, razón por la cual hoy tenemos estos documentos.

Los motivos por los que se solicitan documentos al archivo de Simancas, estarán en las actas de los plenos corporativos, dichos documentos acreditan ciertos privilegios, que no podemos probar por carecer de ellos, que como se sabe fueron pasto de las llamas en los incidentes de la invasión francesa de 1808.

Y llegados a este punto yo me pregunto.

¿Se han buscado los referidos privilegios en los lugares acertados?

En los documentos que posee el Ayuntamiento se viene a decir que en los libros de la Razón de la Hacienda de su Majestad, del Oficio de Gómez de las Asprillas, no hay de lo contenido en el memorial, (se refiere al ya mencionado privilegio de Carlos I otorgado en 1537) por ser el privilegio anterior al año en que comienzan sus libros, razón por la que no se puede comprobar, luego el privilegio ha de ser cotejado para su validación y por tanto ha de existir en los libros de Oficio anteriores a los del señor Asprillas que comienzan en 1542.

Los privilegios reales, aunque hoy no tengan significado, son para el pueblo como las valiosas reliquias que guardamos cual oro en paño, porque antaño pertenecieron a nuestros antepasados y cueste lo que cueste, bajo ningún concepto nos desprendemos de ellas.

viernes, 20 de agosto de 2010

FERIA 2.010 FÚTBOL SOLTEROS CONTRA CASADOS

Hubo un tiempo allá por Mil Novecientos Sesenta y tantos en que el guión Dominical y festivo era cantado de carrerilla. Programa matinal: Misa, tomar las once que podía empezar con una partida a la escoba y terminar con una larga lista de espuelas, comida familiar entorno al cocido, por la tarde echar la partida con café de por medio y llegado a las 5 o las 6 el partido de fútbol, terminado este al baile, la cena, se daban las buenas noches y fin de programa.
De entre todas las actividades, que no eran pocas, comparadas con las actuales, la que más participación congregaba era el fútbol, a él acudían de manera colectiva, hombres, mujeres y niños, sin importar edad ni gremios.

Por iniciativa propia, aunque algo se había gestado entre las bambalinas del blog, uno de los más bravos gladiadores de la vieja guardia de Lajas Paramio, decide rememorar tan grato acontecimiento saltando a la arena contra las jóvenes promesas.

Con el mismo afán que siempre le caracterizó, Eduardo, cariñosamente conocido como El Cano, o el Poleo, (claramente definido como futbolista en la entrada de Las Escuelas y el Deporte) logró reclutar, no sin dificultades, a jugadores jubilados, para celebrar el evento, lógicamente no pudo reunir a todo el elenco de los viejos tiempos, ni se pudo poner en práctica el famoso sistema propio denominado, Cruz Griega.

El nombre le viene de la posición adoptada en el terreno de juego, el esquema del equipo se basó durante mucho tiempo en ese dibujo, un central, el fabuloso Pedro Corchero, (base de la cruz) tres centro campistas, los infranqueables Juan Manuel, (eje central) Toñin el púa y el Gato, (brazos) Paco Castillo descomunal Ariete y todo lo que se tercie, estos cinco cubrían sobradamente todo el campo, el resto con buena voluntad y mayor o menor acierto acompañábamos.

Aun así logró el bueno de Eduardo reunir un gran plantel capitaneado por nuestro mejor embajador en todo el país y parte del extranjero, jugador profesional en el Baracaldo, Burgos… Manolo Sacristán. Cuántas veces le hemos leímos en la prensa deportiva, siempre haciendo gala de su origen, Villa del Campo. TÚ SÍ QUE MERECES UN PREMIO. En la geografía Madrileña te seguimos por algunos campos, personalmente contra el Rayo en el campo de Vallerhermoso (mientras se construía el nuevo de Vallecas) no llegó a jugar, estaba muy verde aún. En las Margaritas contra el Geta (nos atendió tras el partido, al tener conocimiento de nuestra presencia nos envió las entradas con un compañero que no se vistió) y en la apoteósica tarde del Bernabeu contra el Castilla de la quinta del Buitre, lo del Bernabeu fue inigualable, una treintena de Campusos aplaudiendo a Manolo y coreando el famoso eslogan creado por Rafael Nevado, ni los propios jugadores del Baracaldo daban crédito a lo que allí estaba pasando. (es de suponer que Manolo lo explicaría en el descanso)

Y llega la hora del partido, el dulce recuerdo hace que comience esta crónica por lo último que, también, fue lo primero y lo permanente: Todo el gol norte y todo el lateral de la entrada estaba repleto de espectadores de todas las edades. Como en los viejos tiempos.
Después de muchos años de mudez volvió a gritar el campo de fútbol a los cuatro vientos y decirnos todo lo que allí se gestó.
Fue la conversación de cuantos allí estuvieron y recordaron los buenos momentos allí vividos.
Mas no es cuestión de alimentar la nostalgia, sino de de mirar el pasado como trampolín para el presente, y el presente fue este partido organizado por Eduardo.

Por las viejas glorias casados, cabe destacar al propio Eduardo que no pudo disfrutar lo que hubiera deseado por una inoportuna rotura fibrilar que se produjo al minuto de comenzar, algunos ya le advertimos lo de la edad, él todo pundonor hizo caso omiso y… (Eduardo, todos sabemos que siempre fuiste fuerte, no confundir fuerte con gordo, gordo es otra cosa, pero a ciertas edades no se puede abusar, hay que seguir el P.C.E. no temáis que no es el partido comunista, es Practicar, Calentar y Entrenar, con esto suele bastar.)
Otro histórico del pundonor fue Nano, esta vez, en contra de lo habitual no jugó de portero, Miguel Ángel Morcillo, otro fenomenal portero en sus tiempos, todo el barro de la dehesa de la Villa se lo traía para casa.

Las genialidades como no podía ser de otra forma llegaron de las botas de Manolo, gracias por los tres regalos que nos dejaste, tres pinceladas de cuando el fútbol se convierte en arte: dos goles de bella factura, portero para un lado y balón para el otro y un control con la puntera en la que materialmente el balón quedó clavado a la bota, acción que todo el público valoró con espectacular aplauso.

De las Jóvenes promesas solteros, Pedro Naviera ilustre atleta de reconocida valía, un Madejón, José Antonio Alcón Gil, hijo de José y Rogelia. Javi Regino-Zajarrón, Gonzalo el sobrino de un ilustre veterano, Marcelo, hijo de Juan Manuel Botón y Luisa Taja, y poco más podemos contar, más que nada por desconocimiento de méritos, esperemos que cunda el ejemplo y en años venideros, conociéndolos mejor podamos hablar de ellos.

Poco importa que se impusiera la calidad de los casados que ganaron el partido holgadamente, lo de menos es el resultado, el que tuvo, retuvo.

El resultado final, fue una tarde agradable, llena de entrañables recuerdos para todos, y sano ejercicio, mental y físico, algo que hay que valorar, porque ambas cosas escasean cada día más.
Arbitró el partido otro famoso del pueblo, no nació aquí, pero como si lo hubiese hecho, buen vasco, árbitro de Balonmano en la división de honor, Pascual Aguirre, y el que tuvo, retuvo también es aplicable a él.

Después del partido hubo una cena de confraternidad para los todos los participantes, algunos acudimos en calidad de invitados y allí solteros y casados mezclados hicimos gala de amistad, compañerismo y paisanaje. En plena cena nos visitó la Señora Alcaldesa, que después de felicitarnos lamentó no haber colaborado en el partido por la premura e improvisación del mismo, pero prometió estar al pie del cañón el próximo año y organizarlo con todo detalle, uniformes y trofeos incluidos.



Señora Alcaldesa, inclúyanos en su programa de fiestas, siempre fuimos parte activa, incluso llegamos a ser el plato fuerte de ellas, y dese una vuelta por este blog, que está lleno de gratas sorpresas, y como estamos en fiestas, Viva San Bertol, que reine la paz en el mundo y en el Campo la buena mesa, que por algo se comen aquí las mejores Tencas.

Fotos cedidas por Eulogio

lunes, 16 de agosto de 2010

Barrio Villa del Campo en Iruya, Argentina

             Foto tomada por Sergio, barrio de Villa del Campo en Iruya, provincia de Salta, Argentina.


Aunque las pretensiones de este blog no van más allá del ámbito local o comarcal, haremos una excepción, colocando el enlace de un precioso blog, sobre naturaleza y cultura Argentina.  http://naturalezayculturaargentina.blogspot.com/ blog gestionado por Sergio, un apasionado de la belleza natural y de la cultura Argentina en estado puro, por el descubrí y podéis contemplar en sus extraordinarias fotos y videos que en la provincia de Salta, Argentina hay una maravillosa localidad llamada Iruya, y en ella, en un no menos precioso paraje (el fondo de un barranco) se encuentra un encantador barrio, llamado Villa del Campo, desde aquí les enviamos un cordial saludo, así como a las muchas urbanizaciones, localidades o barrios que en otros países existen bajo el mismo denominador que nuestro pueblo, Villa del Campo, sabemos que estáis ahí, al otro lado del Atlántico, y que en alguna ocasión habéis entrado en nuestro blog aunque haya sido por error, sed todos bienvenidos y un abrazo desde, Villa del Campo, Cáceres, España.

jueves, 5 de agosto de 2010

LA LAGUNA EL SAPO


Muchas son las lagunas y pedreras que se encuentran en el término de Villa del Campo, basta con activar cualquier visor cibernético para apreciar desde el aire los innumerables puntos azules que invaden su geografía, en un estudio realizado por la Falange, allá por los años 60, se cita que nuestras principales lagunas publicas, son cubetas o depresiones naturales modificadas por el hombre, algunas de ellas en época romana.
Todas estas lagunas forman parte de una amplia red de abrevaderos que retienen y abastecen un bien común y vital, escaso en la zona, como es el agua.

Las pedreras además de desarrollar similar función a nivel particular, tenían el aliciente de que al ser el terreno básicamente pizarroso, proporcionaban piedras para circundar un terreno aledaño, (no se tiene en cuenta cual era el fin, si el cercado o construir el deposito, ya que ambas cosas se complementan y compenetran) practica muy común desde mediados del siglo XVIII, sobre todo en las inmediaciones del pueblo, hasta entonces los terrenos limítrofes con el, en el más amplio y extenso sentido de la palabra, eran ejidos, (Lejio en la voz popular).


De entre todas las lagunas hay una que destaca de manera especial, no hay nadie que proceda de esta villa o se precie en conocerla, que no haya visto o no haya oído hablar de la Laguna el Sapo, laguna que se encuentra dentro de la dehesa, junto al camino de la ermita y a poco más de 2 kilómetros del centro del pueblo, circunstancias que hacían de ella, la más idónea para cierto tipo de recreo o divertimiento de la juventud masculina en época estival, aquí como en casi todas partes de la península, llegado el verano el calor aprieta con suma fuerza y a falta de río en las proximidades y la ausencia total de piscinas, no en vano situamos la acción en torno a mediados los años 60, se acudía a la Laguna el Sapo para darse un chapuzón.
(Esta práctica procedía de una larga tradición, que tiene su origen en el final del proceso de la recolección de los cereales, tras encerrar la última paja se solía ir con carro incluido a darse un chapuzón a la laguna para quitarse el tamo, polvo de la paja, que con el sudor del cuerpo picaba y era muy molesto.)
Más que chapuzón, en sí era un remojón y solía ser dominical, después de misa, mientras los demás tomaban las once, bajar los dos kilómetros hasta la laguna, entre el polvo del camino y la que caía a esas horas tenia su merito, el chapuzón o remojón refrescaba, pero aquello no dejaba de ser una laguna invadida por el cieno y demás excrementos e inmundicias, con la añadidura de que prácticamente ninguno de los bañistas sabíamos nadar, todo lo más, chapotear donde no cubría enturbiando más si cabe el agua, lógicamente se acudía sin toalla ni bañador y bañarse con los calzoncillos de la época requería esperar mucho tiempo tras el baño para que estos se secaran, (el baño se hacia sin el consentimiento familiar) amén del consiguiente riesgo de que quedaran más sucios de lo que podían estar y más tarde te podían delatar, razón por la cual se solía hacer en bolas, lo apartado del lugar hacia propicia tal practica no exenta de riesgos, el cercano camino podía jugar malas pasadas y de hecho lo hacia, ajeno a su voluntad entre otros muchos transeúntes, cualquiera de las hijas de tío Regino (guarda de la dehesa) podía tomar el camino, paso obligado en sus idas y venidas entre la dehesa y el pueblo, a buen seguro que Nana, Rosa, Kica, Regina, Mari Carmen o Valentina, en alguna ocasión se encontraron con el espectáculo y sin proponérselo nos han visto el trasero a más de uno mientras sorprendidos buscábamos refugio tras una encina, ya que si te pillaban fuera del agua cada cual escabullía el bulto como podía, no pasaba nada más que la vergüenza por si te habían reconocido, pues en el hecho no había mala intención, provocación o exhibicionismo, tan solo era un inocente baño en un lugar algo apartado, la algarabía que se formaba, podía atraer a gitanillos acampados en las proximidades de la dehesa, que acudían al revuelo buscando algún cigarrillo a cambio de un cantar.


El viaje de regreso en pleno medio día, hacia inútil las intenciones de limpieza y refrescamiento, se llegaba al pueblo más sudoroso y polvoriento que cuando de el se había salido, pero era un signo inequívoco de que se avecinaban nuevos tiempos y allí estaba la generación de turno anticipándose al futuro.
Un puñado de años más tarde, el agua corriente llego al pueblo, la mecanización automovilística desplazo la practica al río o al pantano, la piscina adecento el uso en cánones saludables, ganamos mucho en el cambio, pero perdimos una agradable y divertida tradición.

Hoy día andamos un tanto escasos en tradiciones, las que teníamos se han ido perdiendo con el tiempo, mantenemos unas cuantas, casi todas de carácter religioso y al auspicio de la Santa Madre Iglesia, Iglesia que amén de su labor social y espiritual, las mantiene porque le reportan beneficios económicos.

Bueno seria que tratásemos de mantener alguna de nuestras tradiciones, una de ellas podría ser volver en plan festivo y competitivo a la laguna el Sapo, de manera organizada se podría hacer una travesía a la mencionada laguna, afortunadamente hoy día la mayoría sabe nadar y con los medios actuales atravesar los escasos 50 metros que en Agosto pueda tener la laguna no causaría un gran obstáculo y podría ser un atractivo aliciente.

 ¡ANIMO CAMPUSOS! Y A POR LA 1ª TRAVESIA DE LA LAGUNA EL SAPO.

Fotos de J.L.L. Tato, Marce y M. A. Morcillo

domingo, 1 de agosto de 2010

A VISTA DE PÁJARO

El siguiente relato tan solo pretende hacer un sencillo ejercicio de memoria viva, un breve viaje que nos transporte de manera individual o colectiva a anteriores etapas de nuestras vidas, quien no ha sentido en algún instante de su vida un ligero retroceso hacia momentos felices, los aquí relatados parten de un echo real que hay quien se atreve a fechar, personalmente tan solo recuerdo el hecho, allá por el final de los 50 o comienzo del los 60, que no es poco, quizás por su sencillez y simplicidad la recuerdo como si fuera ahora, para ser feliz, no son necesarias grandes cosas, y yo, en aquel momento lo era con muy poco.

A día de hoy, algunas de las personas mencionadas en el relato, afortunadamente siguen con nosotros, otras ya habían fallecido al ser escrito, y otras encontraron la muerte antes de que el texto viera la luz, al tratarse de memoria viva a todos los tendré como presentes, en aquellas tareas o facetas que se les recuerda comúnmente.

A VISTA DE PÁJARO

No sé qué edad podíamos por aquel entonces tener, al menos no lo recuerdo, éramos muy pequeños en aquella época, sólo sé que apenas si alcanzaba la barandilla más baja del campanario y me tenia que poner de puntillas para desde ella poder ver el suelo.
Entonces era costumbre, de al oír el ruido de los aviones salir a mirar a la puerta, pero esta vez la gente se había alborotado algo más de la cuenta, el avión pasó muy bajito, tanto que casi roza la veleta.
- Ese se ha ido a estrellar para la cruz de las Lagunillas, decían los más viejos.
- ¡Vamos a verlo! Salimos corriendo calle abajo hasta el sitio indicado como solo los niños pueden hacerlo.
No vimos ni rastro de humo ni de avión estrellado, nos subimos a un olivo por si se había caído más lejos y ni por esas llegamos a verlo, visto desde nuestra inocencia volvimos un tanto desilusionados, el tal avión habría remontado el vuelo y con viento fresco se habría marchado.
Al llegar al alto de la Iglesia, la puerta del campanario estaba abierta, cosa rara, ya que los monaguillos siempre la cerraban.
- ¡Vamos a subir! Y quizás desde lo alto podamos verlo.
Llegamos arriba con un poco de miedo, había gente mirando, por eso estaba abierto.
Nos pusimos bajo la campana grande que es por donde está más bajo, el avión no lo vimos desde luego, pero lo que vimos nos dejo boquiabiertos, desde allí puede contemplarse de un tirón todo el pueblo, las casas los corrales, las viñas y los huertos, lo que hacia cada cual, qué ganado se comía le hierba o quién quitaba los higos, melones, uvas sandías o ciruelas, quién entraba en misa o quién se quedaba en la puerta.

Todo esto nos parecía maravilloso, invadidos por una sensación de dominio, era como estar en todas partes, viendo a todo el mundo, sin perderse un detalle de lo que estaba sucediendo.
Nunca habíamos estado tan alto, parecía que estábamos en el aire, como en una nube flotando muy cerca del cielo, por eso pensé en aquel momento.

¡Aquí debe de ser donde se pone Dios para ver lo bueno y malo que hacemos!
- ¡Ahí va! ¡Qué grande y qué bonito, qué bien se ve todo!
- Demonios de muchachos no os acerquéis ahí que esto está muy alto y podéis caeros.
- ¡Mira se ven las eras, la laguna y también las escuelas¡
- Claro que se ven las escuelas, hay es donde teníais que estar.
- Pero si son vacaciones.
- Da igual es muy peligroso y no podéis estar.

Embobaditos estábamos ante tan magno espectáculo que apenas sí nos enterábamos que nos seguían regañando.......

..... Más tarde reconocí o deduje, quienes eran o que hacían los que por el pueblo se movían en aquel momento, aquí todo era pura rutina, cada cual venia a hacer lo mismo todos los días, quizás por eso lo recuerdo como si fuera ahora mismo sin el menor de los esfuerzos.

Desde lo alto del campanario vuelvo a ver a tío Juan Campanilla que atraviesa el alto, viene del balcón con una cesta de huevos, mientras Don Tomás el veterinario encierra meticulosamente el coche en la espaciosa cochera, tío Donato zajarrón hace engarillas, puertas y carros en la solejera, tío Esteban pozolino mete en el tenado del famoso campanillo una y otra vez el carro, sin parar hasta que haya la justa separación por ambos lados, luego desengancha y se sube a los mulos desde un poyete de cantería que en la puerta tiene instalado, tío Macario con zajones y tía Tiva con pañuelo a la cabeza van al huerto a cuidar las nueces y a segar hierba.

Tío Gonzalo Cueco con una cayada y arrastrando los pies va a sentarse a la sombra bajo el árbol de la Iglesia, allí cuenta a los muchachos hazañas propias de cuando estuvo en Cuba aunque nunca estuvo en ella.

Arturo Pariente va al huerto de la fuente con una calderilla a regar las tomateras, a la misma fuente mujeres se acercan con cántaros a la cabeza para traer agua fresca, otras van a machar garbanzos y luego a espolvorearlos por detrás de la Iglesia, en el poyo de tía Eulalia muchachos juegan al rozo la zuela, junto al de tía Justina, niñas saltan a la cuerda, de los hospitales viene tan alegre y como siempre deprisa tía Julia ligera, con un gancho y una cesta, de la huerta el prior viene el tío Ángel de coger brevas, encaramado sobre un tejado esta tío Parra quitando goteras, de los olivares con vardascas viene en su burra Valentín cuchara, echando pregones con una corneta se oye a Patarran allá por la plazuela, a traer zapatos de tacón alto y a echar medias suelas en casa de Ulpiano vienen las maestras, Antonio Catalán reparte cartas puerta por puerta, en la trasera la tahona Federico y Nico de la zorra descargan leña, por la delantera, de un camión descargan fanegas, junto a la cruz, al lado de su puerta, tío Juan macareno afila tijeras para esquilar las ovejas, tío Juan Nevao carpeta en ristre viene cobrando letras, de la parra con peces en una banasta viene Eusebio el turro.
¡Qué bien! Esta noche tenemos risas aseguras en la solejera, tío Hilario el mocho hace escobas de tamujas para barrer las eras, la escopeta al hombro el perdigón en la jaula va tío Urbano en busca de caza, de la cuadra saca tío Elías el burro rijoso y lo ata a la reja, por la carretera con la baca llena de maletas la empresa se acerca, el reloj de la plaza sonando está, mientras aquí se oyen las horas en Santibáñez el Alto los cuartos dan, camino las viñas la gente se apresta, unos con cestas, otros con aguaderas, unos a higos otros a brevas, a lo lejos se aprecia alguien que en serones estiércol lleva, otros vienen con leña en las parihuelas, cada uno a lo suyo sin pausa ni prisa.

En un abril y cerrar de ojos ves la laguna arriba, los álamos, el lejío y el camino de la granja, la fábrica, el corral concejo, los mojones, tierras y más tierras, por la campana chica se ve el cristo bendito, la dehesa y por el medio el camino verde que hasta la ermita llega, y al final de las encinas, presidiendo el valle que rodea su ermita, llenita de Gracia está María Santísima.

Más allá la raíz la Jerrumbrosa, a lo lejos más encinas y carrascos del monte abajo, y en el cerro Santibáñez , que por eso lo llaman el Alto, más cerca olivares, el huerto curina, la matilla, el arroyo, la cañada, los concejiles, la reina y al fondo la sierra de gata, siguiendo a la derecha junto al río Tralgas el monte arriba, el carrascal el pinar de tía Barbarita, los lagares, el chorrito, el teso el zorro, el regato la pasión y la fuente el oro, a la espalda son grandes las tapias y aunque no se puedan contemplar esta el huerto la culebra, el castañuelero, la fuente grande, el mojón, el pozo y la calleja las brujas, la cudrita, el camino el Pozuelo, la viña de tía Rufina y todas las demás viñas, todo esto y más cosas que se me hayan podido olvidar se pueden desde allí arriba ver o imaginar.

Para nosotros verlo todo de golpe fue algo grandioso que nos llenó de alegría, algo que quizás nunca podamos olvidar, era como estar en la gloria, pensábamos y sentíamos que allí estaba Dios viendo todo lo que se hacía, aquello duró sólo un momento, enseguida nos echaron era peligroso nos dijeron.

Hoy sé que Dios no estaba allí, (mejor dicho) hay otras tierras, otras gentes y tiene que estar más arriba para poder verlo o quizás no le importasen mucho nuestras viejas y pequeñas rencillas, ¿Que daño podíamos hacer desde nuestra pequeña mirilla? Si lo miramos bien mirado, hoy nos puede parecer insignificante, lo que ayer nos parecía exagerado.
El simple hecho de recordar la experiencia vivida me sigue poniendo los pelos de punta y la carne de piel de gallina, hay ciertas cosas que aunque simples o sencillas pueden hacer feliz y recordarlo toda la vida.

El mundo esta lleno de mil maravillas sí las contemplamos con los ojos con que los niños las miran.








Álbum Fotografico, desde el campanario de Villa del Campo.









Escalera de caracol
Campana Grande
























Fotos realizadas por J. G. Nevado desde el campanario, a peticion del blog y cedidas para tal fin.

Todas las fotos pueden ampliarse, para ser contempladas con mayor nitidez.