martes, 29 de diciembre de 2009

BALANCE, RECUENTO DEL 2009


De excepcional podría calificarse el
año 2009 para este blog, cuando a mediados de Diciembre del 2008, se puso un contador de visitas en la barra lateral, no podía imaginar que transcurrido un año alcanzaría la cifra actual, el carácter local y lo reducido del municipio no albergaba muchas esperanzas, aunque por aquellas fechas también se encontraba en alza, gracias al esfuerzo y empuje que colaboradores, familiares y conocidos, ejercían a diario entre sus amistades y amigos, pero llegar a las 15.000 veces que durante este año se han abierto sus paginas era algo impensable, lo cual da mayor valor, sí es que cabe darle valor a los cuatro gatos que somos, al menos no se nos podrá negar, que todos, desde dentro o desde fuera, hemos puesto mucho empeño.


A lo largo del año hemos conocido algo más sobre la Virgen de Gracia y su ermita, se trascribió integra la respuesta del prior Sotomayor a la 7ª pregunta del Interrogatorio de la real Audiencia de Extremadura a Villa del Campo, muy explicita con lo que estaba pasando en el pueblo, recordamos el Laudetus, tiramos tiestos, nos acercamos a los antiguos juegos y decires, vimos Villa del Campo desde el aire, a vista de pájaro, penetramos en el viejo corazón del Laconimurgo de los Vettones, desde la distancia nos fuimos de Romería, escuchamos autenticas grabaciones de tío Paulino el Tamborilero, de la mano de Samuel Pool Barquero, natural de esta villa, casi con toda seguridad, pariente de nuestro querido Don Pedro, ya que su rama materna procedía también del Guijito nos metimos en la piel de Morito, un precioso cuento ambientado en el pueblo, revivimos los dorados años en las escuelas y el deporte, saltamos las hogueras del Zajumo, conocimos el casting de monaguillo en las llaves del campanario, corrimos los gallos, conocimos el contenido de la inscripción del sepulcro mural de la Iglesia, nos empapamos de la Raíz con la planificada labor del equipo que la visitó, nos lamentamos del mal trato que se le da al magnifico escudo, en el Cristo, quizás a muchos se le escapo o dejo a propósito alguna oración, y conocimos a modo de anticipo el camino por el que de manera real nos llego la vida, y finalmente nos recreamos en esas 5 magnificas fotografías que nos cedió Juenje.

Mantener este nivel resulta imposible, los recursos y las aportaciones se agotan, no a sí los temas, pero hay que llegar hasta donde estos se encuentran y resulta agotador, se lee en cinco minutos pero recopilarlo y componerlo es mucho lo que cuesta, hay numerosas e ilustrativas fotografías pero casi nadie está dispuesto a cederlas, trataremos de seguir haciendo lo que buenamente se pueda.

Quiero dar las gracias de manera especial a todos los que de algún modo han colaborado para que esto siguiera adelante, no los mencionare por temor a olvidarme de alguno (la memoria me falla) y en general a todo los que de manera casual o intencionada se acercaron a este blog y han seguido haciéndolo, gracias por aguantar y tener tanta paciencia, gracias también a aquellos que dudaron o siguen dudando, de que las cosas que aquí se dicen sean ciertas, también ellos tuvieron mucha paciencia. Un abrazo a todos y Feliz Año Nuevo. Emilio Moreno

miércoles, 16 de diciembre de 2009

PERLAS DEL CAMPO

Maravillosas fotografías ancladas en el tiempo, que evocan lejanos recuerdos y nos ayudan a entender detalles que desconocemos.
¿Nostalgia? ¿Añoranza? Vivas estampas, dignas de ser contempladas y de mantenerlas en el recuerdo.
Como estas, hay otras muchas perlas, ocultas y olvidadas en polvorientas carpetas, dejemos que vean la luz, y puedan ser vistas en ventanas como esta, merece la pena asomarse y ver las cosa como eran.






Fotografías cedidas por pideporesaboca. Gracias JJ.


viernes, 20 de noviembre de 2009

EL CRISTO (ampliado, contiene el Himno y la Novena)

INTRODUCCIÓN
“Venid a mí todos los que estáis cansados, agobiados y desamparados y yo os aliviaré y ampararé”. Este texto Evangélico de San Marcos, ampliado aquí con el acogimiento a los desamparados, reza sin letras o suena como efecto llamada en el corazón de la gente de Villa del Campo.


EL CRISTO DE LOS DESAMPARADOS Y SU ERMITA
La ermita del Cristo, data de mediados del siglo XVII (1660) o principios del XVIII, (según versiones) en 1707 se terminó el retablo que llegó muy deteriorado hasta los años 1950 – 60, dicho retablo contenía una arqueta oculta debajo del altar, en ella se guardaba la imagen del Sepulcro. (La fecha de 1707, induce a pensar que la construcción del Cristo se inició en la segunda mitad del siglo XVII, ya que en aquellos tiempos, las obras no avanzaban al ritmo actual.)
Entre 1750 y 1756 fue ampliada y en 1760 se remató, con la valiosa colocación del granítico arco de espadaña del esquilón, quedando la ermita más o menos como actualmente la conocemos.
El 19 de Marzo de 1791, en el Interrogatorio que la Real, Audiencia de Extremadura, hace a Villa del Campo: Aparece por primera vez documentada la ermita del Cristo de los Desamparados: En la declaración del consistorio, se cita que “continua a la población, hay una ermita donde se venera él Santísimo Cristo de los Desamparados, a él concurren ordinariamente, todo género de personas, con especial privativa devoción.” Algo más extensa es la declaración que hace el Prior José de Sotomayor, de las cuatro ermitas que describe, cita en segundo lugar, sin dar la posición, a la ermita del Santísimo Cristo de los Desamparados, “de fábrica regular y decente. (Esta especificación viene dada, porque anteriormente, había calificado a la de los Santos Mártires como derrotada por el abandono que padecía.) Se concurre a ella el día 14 de Septiembre, hay misa, sermón, al igual que otros varios días del año, en que la devoción del Señor lleva a ella al pueblo, sin que haya quimeras en las concurrencias. Su renta es de 330 reales de vellón del aceite de sus olivos, 240 reales de limosnas, 30 reales de pensiones que pagan a la ermita, 60 reales de vellón del arriendo de tres cercados cortos, las cargas que conlleva, son 66 reales de vellón al cura y sacristán por 9 misas cantadas, 12 y 20 maravedíes de subsidio, 105 reales por arar los olivos, 60 reales de limosna al predicador, el caudal existente es de 465 reales en poder del mayordomo, (este fondo lo manejaba el mayordomo y disponía del caudal a veces a su antojo,) no hay ermitaño, convendría ponerlo porque esta imagen es de especial veneración de los vecinos y siempre está cerrada.”
Esta declaración de 1791 citada anteriormente, describe las propiedades del Cristo, tierras, cercados, olivares etc. etc. y deja bien patente el fervor y la generosidad que el pueblo tiene a esta imagen y a su ermita.

Madoz en su diccionario se limita a señalar, que al oeste de la Villa está la ermita del Santísimo Cristo de los Desamparados, el texto de Madoz viene a certificar hechos consumados años atrás, ya no se citan cuatro ermitas, sino dos, la mencionada del Cristo al oeste de la Villa y la de Ntra. Sra. de Gracia, ¾ leguas también al oeste, la de San Fabián y San Sebastián, citada como derrotada por el Prior Sotomayor, se habrá venido abajo por el abandono al que estaba sometida, y sobre la de San Blas, también abandonada, se había levantado el actual Ayuntamiento.

La herencia de la ermita de San Blas y la Vera Cruz

Tras la desaparición de la ermita de San Blas, el Cristo asume las muchas funciones que dicha ermita venia desarrollando, y agiganta de manera considerable la repercusión que ya ejercía sobre el pueblo, las imágenes popularmente conocidas como el Amarrao a la columna y el de la Cruz a cuestas, que estaban en la ermita de San Blas, pasan a formar parte integrante del Cristo, algo similar debió ocurrir con la cofradía de la Vera Cruz, que tenia su sede en la citada ermita y a cuyo cargo estaba el culto de la Pasión del Señor. Las procesiones, a las que acudían con su estandarte y demás actos de Semana Santa. En el siglo XVII (esta cofradía está debidamente documentada en los archivos diocesanos desde 1657) los cofrades tenían costumbre de azotarse el día de Jueves Santo, en memoria de la flagelación del Señor, también solían organizar ciertas procesiones que concurrían en aquella antigua ermita de San Blas.
De este modo el Cristo se convierte en el centro de atracción de la Semana Santa, durante toda ella permanece activo, y así ha seguido hasta nuestros días.
La Vera Cruz, se fue desmoronando y perdió algunos de sus primitivos valores, la falta de espacio también pudo influir, en el Cristo no había cabildo o sala capitular, como en San Blas, la corrupción denunciada por el Prior José de Sotomayor y las posteriores desamortizaciones dejaron a la ermita y cofradía sin bienes, asumiendo la mayordomía las cargas y organizaciones que la cofradía venia ejerciendo, para paliar en lo posible las pérdidas que supuso la desamortización, se procedió a pedir la popularmente conocida “Maná” del Cristo, (de ella hablaremos más adelante) se desconoce si dicha cofradía desapareció del todo o de ella surgió la que hemos conocido hasta la época de Don Felicísimo Montero. (Comienzo de los ochenta.)
Se tiene conocimiento que en las primeras décadas del pasado siglo, el día de Jueves Santo, doce de estos cofrades, se vestían de Apóstoles y cada uno con su cruz, salían desde la Iglesia y se encaminaban a buscar al sacerdote a su casa, le entregaban una cruz y juntos se dirigían a la Iglesia, a lo que llamaban media misa, en la Iglesia estos doce Apóstoles ocupaban dos destacados bancos, que normalmente estaban destinados a las autoridades, y escenificaban la última cena, con el lavatorio de los pies, la propia cofradía era la encargada de custodiar el Monumento, de igual modo procedían con el sacerdote el Viernes Santo para los oficios. Años más tarde, ya de manera casi testimonial se limitaba a la presencia en el lavatorio, la custodia o guardia del Monumento, desde la misa del Jueves Santo a los oficio del Viernes, conocido como guardar el Santísimo y la presencia de la cruz en los entierros de los socios cofrades.

El Arraigo

Con cofradía o sin ella el Cristo siguió ejerciendo sus funciones, para entonces, la semilla ya había germinado y quedó arraigada en el pueblo, el paso de los años, fue modificando ciertas tradiciones, sin que con ello en el Cristo cesara la actividad, cada viernes del ciclo cuaresmal, una vez oscurecido, dando tiempo a la conclusión de las faenas del campo, las campanas anunciaban el Miserere, el poder de convocatoria del Miserere era enorme, creyentes o no, a él acudían en masa la práctica totalidad del pueblo, no todos entraban al Cristo, entre otras cosas, porque todo el pueblo no cabía en él, el párroco con su sermón desde el púlpito, tal vez emulando a Juan el Bautista, iba preparando el camino al Señor, terminado este acto de la palabra, se ponía la capa pluvial y de rodillas en el altar, ante la Santísima Imagen del Cristo de los Desamparados, de manera solemne entonaba el Salmo 50, más conocido como Miserere. (Miserere mei deus, secundum magnam misericordiam tuam……)
Canto del pecado y del perdón, meditación profunda sobre la culpa y la gracia, en él se pide a Dios perdón, por males y miserias, (ver también la entrada del Miserere, 6 de Marzo del 2008) el viernes de Dolores, el Cristo recibía la visita de la Virgen de los Dolores, que en solemne procesión, con las calles plagadas de luminarias, bajaba aquella noche hasta él, mientras por el camino con fervorosa devoción, grupos de mujeres entonaban el cántico de los siete dolores, desde los balcones o corredores de las casas, ya en el Cristo en lugar del Miserere se rezaban las cinco llagas, con cánticos entre llaga y llaga.
Sobre los años sesenta en el Cristo comenzaba la Semana Santa, en él, se bendecían y repartían los Ramos, y acto seguido en procesión se partía hacia la Iglesia. (seria conveniente recuperar esta tradición, muy vistosa y participativa, sobre todo para los menores, que son quienes en estos tiempos, más necesitan estas prácticas, sí miramos con detenimiento las tradiciones de carácter religioso que nos quedan, en casi todas hay remuneración económica, aunque estas no sea lucrativas, la “Maná” del Cristo y San Bertol, la Romería, el Ofertorio etc. etc.)
Años atrás, en la tarde del domingo de Ramos, partiendo desde la iglesia se rezaban las XIV estaciones en el antiguo Vía Crucis, ubicado por los olivares y callejas camino del Cristo, concluyendo este en el calvario, a continuación se subían las imágenes del “Amarrao” y el Nazareno a la Iglesia (popularmente se decía que quedaban allí en condición de presos.) Allí permanecían hasta la madrugada del Vienes Santo, que eran bajados al Cristo y se subía el Sepulcro, esa misma noche el cristo volvía a estar activo, a él acudía la procesión del entierro, y en él, quedaba simbólicamente sepultado, en el arca oculta bajo el altar. La utilización de la ermita, durante estos días tan especiales de Semana Santa, no se limitaba a las procesiones, a él concurrían (sobre todo mujeres) las noches del Jueves y Sábado Santo, a lo que llamaban Jubileo, iban del Cristo a la iglesia y de la Iglesia al Cristo para ganar el Jubileo, así permanecían rezando y cantando toda la noche, entre las canciones más populares, se encontraban las Doce Palabritas, canción didáctica de origen pagano destinada a conocer los números. Y la baraja de los naipes, también pagana, que trata de moralizar los vicios del juego.
En la madrugada del Domingo de Resurrección, allí mismo, en el lugar conocido como la reverencia, se producía el encuentro, una pequeña imagen de un niño Jesús, (propiedad en aquel tiempo de tía Juana Pariente y más tarde de la Basílisa) se encontraba allí con su madre, entre el regocijo de los asistentes.

No termina aquí la actividad y la importancia del Cristo, como hemos visto en las declaraciones de la Real Audiencia de Extremadura, la devoción y el fervor sobrepasaba con creces lo meramente festivo.
Los 14 de Septiembre festividad de la Exaltación de la Santa Cruz, eran días importantísimos para el pueblo, son múltiples las fotografías que dan testimonio de familias enteras apiñadas en torno a esa fecha y ermita, las mandas o promesas que cualquiera hacia, eran acatadas y apoyadas por todos los miembros y allegados de la familia, no se escatimaban esfuerzos y todo giraba entorno al amparo de este Cristo que en serena agonía, acoge a todo aquel que se siente desamparado, en todo el pueblo se respiraba fraternidad, todos unidos, dando gracias y haciendo propias las causas o motivos que habían llevado a cualquier vecino al ofrecimiento de la mayordomía.
Misa cantada y sermón, prosigue el Interrogatorio, solemnidad por todo lo alto, siete reales de vellón entre el cura y el sacristán y sesenta reales para el predicador,
(sin especificar tipo de moneda) esta tradición de traer un predicador distinto o afamado orador, se mantuvo hasta mediados del pasado siglo, como lo prueba la siguiente fotografía del año 1959, en esta ocasión se trataba de Don Nicolás García, párroco del Pozuelo, en ella podemos observar que dentro de su conocida austeridad en esta fecha Don Felicísimo tiraba la casa por la ventana y lucia una vistosa y majestuosa capa, dando si cabe mayor realce a la festividad.


Consumada la desamortización la mayordomía como ya se ha dicho asume los gastos y la organización, esto conlleva a mayordomías más sinceras y sin egoísmos, ya no hay beneficios derivados de la administración de bienes, ahora hay que aportar los propios, lo que antes era una ganga, se convierte ahora en una carga, esta carga tenia doble vertiente, una económica y otra ocupacional, la económica conllevaba el gasto de velas, aceite para la lámpara, la celebración religiosa en su día, (misa cantada y sermón) y el convite, este último solía consistir en una invitación de productos típicos de la tierra que el mayordomo hacia en su casa, al párroco, familiares, amigos y vecinos, una vez terminada la ceremonia religiosa, en algunos casos o épocas incluía también la comida, como puede apreciarse, no se habla de procesión, ver una procesión del Cristo es algo que casi nadie ha repetido, y más de la mitad de los Campusos ni tan siquiera la ha visto, procesionar al Cristo es espectacular, pero muy complicado, el riesgo que conlleva es muy elevado, se conocen al menos dos procesiones en el pasado siglo, (las fechas en que procesiona, quedan escritas en un papel en la parte posterior de la cruz) una durante la guerra, para que cesara esta, y la ultima el 27 de Septiembre de 1954, tras finalizar unas obras que no terminaron a tiempo para su fiesta, bien por esas obras o porque no supieron montarlo bien, no pudo salir en las andas, era más alto que la puerta, hubo que desmontarlo y armarlo fuera, (Ha salido otra vez hace algunos años, por unas obras en la ermita, el Cristo, fue trasladado a la Iglesia, allí permaneció hasta su finalización, dicha estancia coincidió con la Semana Santa y se aprovecho la ocasión para sacarlo sin andas en horizontal, no fue en sí una procesión de rogativa ni relativa a su festividad.) Aún perdura en mi retina, la grandiosa imagen del Cristo recorriendo las calles a hombros de su pueblo, llevaba una sábana doblada que colgaba de los brazos de la cruz, a modo de la del desprendimiento, que majestuosamente se ondulaba con el balanceo de los pasos y el viento, ver esto es algo grandioso, mágico y único, sobre todo visto desde la perspectiva de mi diminuta altura y edad, cuatro añitos, el Cristo con su monumental cruz y figura parecía llegar hasta el mismísimo cielo.
He memorizado una y mil veces este recuerdo del Cristo recorriendo las calles del pueblo, consciente de quizás, nunca volveré a verlo.

La vertiente ocupacional, incluía mantener la lámpara encendía, todos los días del año que duraba su mayordomía, a diario se debía añadir aceite a la lámpara para que la mariposa no se apagara, vestir los santos adecentar la ermita y engalanarla para su fiesta y la Semana Santa, en ambas vertientes la mayordomía no se sentía sola, siempre había alguien que por costumbre o devoción estaba dispuesta a colaborar con unas velas, un litro de aceite una caja de mariposas, prestando flores o ayudando a limpiar, otro de los menesteres que conllevaba la mayordomía, era pedir la “Maná”, al igual que en las bodas y acompañados por el tamboril, el párroco, el mayordomo y algún familiar con costales al hombro, salían pidiéndola por todo el pueblo, el origen de la “Maná” proviene de dar a los recién casados, una porción de algo como ayuda al inicio de su nueva vida, la porción consistía en una manada, se iba a la troje y se cogia con ambas manos el fruto que se quería entregar, lo que aquí llamamos una “embozá”, la medida fue cambiando, generalizándose en un plato con comuelgo, ambas formas tienen un alto valor simbólico, dar a manos llenas, o dar un plato al necesitado, los más pudientes daban un celemín, una o media cuartilla, cada cual según sus posibilidades, esta costumbre no está documentada, por lo que cabe pensar que fue adoptada como ayuda al culto después de las desamortizaciones.
Durante el resto del año, en mayor o menor medida, las concurrencias al Cristo, solian ser frecuentes, las muestras de fervor podían palparse, en el considerable número de figuras de cera, colgadas en sus muros como ofrendas, todas y cada una de ellas, representaban algún miembro del cuerpo, que había sido encomendado al Cristo, o puesto en sus manos la curación, podían verse muletas que alguien había utilizado y ya no necesitaba, algo tan preciado en la mujer como matas o trenzas de cabello, también era ofrendado, (aun hoy puede contemplarse una de estas reliquias, que data del 3 de Agosto de 1888, ofrecida en manda por Julia García Garrido) así como un sin fin de objetos quedaban allí depositados, también era frecuente cantar ramos por curaciones y otras necesidades, el último que se recuerda me toca muy cerca, consistía en engalanar la rama de un árbol o un palo largo adornado con cintas, dulces y otros objetos, se componían unos versos alusivos a la curación, o el favor recibido, versos que se iban cantando, a medida que la comitiva que lo acompañaba se abría paso entre el gentío que solía abarrotar la ermita, llegado al altar se ofrecía y a la salida de misa se vendían todos los objetos que habían compuesto el ramo, el número de misas celebradas en el Cristo, que cita el Prior, pronto se quedó pequeño, con frecuencia se celebraban ciclos de estas misas, que el párroco solía agrupar para no tener que hacer todos los días el atillo. (Dicho atillo consistía en un envoltorio que hacia con la casulla, estola, alba, cáliz patena y demás utensilio litúrgicos, todo ello atado con en cíngulo o cordón, formando un autentico atillo.)
Ir a rezar al Cristo era algo muy común, sobre todo en las mujeres, todas las tardes, aprovechando que la mayordoma abre la ermita para atizar la lámpara, los fieles devotos aprobechan para rezar el rosario o alguna breve oración en silencio, de esta devoción da fe Santa Rita, a simple vista esta imagen parece no encuadrar en la ermita, debido a que las demás imágenes son de Jesús, en las diferentes fases de la pasión , nada más lejos de la realidad, la santa era una gran fervorosa de la pasión, pasión que claramente se representa en su frente, con una espina clavada de la corona que Jesús lleva en su sien, escenas de la pasión, quizás eso es lo que representan en el Cristo las mujeres cuando rezan las innumerables novenas, otra de las grandes tradiciones que el Cristo atesora, y quizás, al igual que las de Jerusalén, estas piadosas mujeres hayan percibido en el Cristo, aquellas mismas palabras de Jesús camino del calvario, “no lloréis por mi, llorad por vosotras”.
De manera más reservada se mostraban los hombres, que al pasar por el Cristo no ocultaban la reverencia (la reverencia es el punto donde confluyen el Arrabal, la calla Abajo y el camino de la laguna, llamada así, porque al pasar por allí, se solía hacer una reverencia como símbolo de acatamiento y adoración) pero eran más reacios a la oración y a entrar en el Cristo, aunque muchos de ellos, quizás se verían reflejados en alguna parte de la imaginaria Confesión y Arrepentimiento de un Campesino, confesión imaginaria en sí, aunque incluye pequeños detalles personales, dicha Confesión está escrita en un personalísimo Castuo, sin métrica ni reglas gramaticales, tal y como a mi me suenan las voces, entendiendo que cualquiera puede percibir y concebir el Castuo de diferente manera.


CONFESIÓN, ARREPENTIMIENTU
D'UN CAMPESINU

Aquí me tíes señol
cruzandu el umbral de tu puerta,
qu'aunque cualquiel lugal
sea güenu p'hablal contigu,
he queríu venil aquí,
a'stal contigu en tu casa mesma,
al'igual que suelu yo jacel
cuandu con algui'n
tengu qu'hablal d'alguna cosa seria,
lo míu m'a costáu llegal aquí,
no m'hasíu fácil, no lo creas,
antis d'encaminalmi
p'acá, pa'l Cristu Benditu l’edáu
muchas, peru que muchas güeltas,
inclusu dispués de decidíu
paécia qu'una juerza
comu que me retenía
mientras qu'otra m'empujaba,

peru aquí estoy señol
postráu a tus plantas,
con el alma partía y gacha,
mu gacha la caëza,
suplicandu, implorandu
que m'escuchis y m'atiendas,
a'nque no sé si debiera,
quicías andis mú atareáu
y no te vagui escuchal
lo que decilti yo tenga,
o tal ves no merezu sel escucháu
solu cuandu a mi m'interesa.

Yo sé que no siempri
me portu comu tu deseas,
que no soy tó lo güenu que debiera,

e'lotru día sin il más lejus
vareé las ramas de lo´joivus
que con los míus lindan,
jue una miaja n'ámas,
ya sé, ya sé que no tenía que jacelu,
ni que tampocu tenía que segal
yerba juera de la lindi,
ni cogel unas cuantas tarmas
del montón del vecinu
cuandu jui pol leña,
y muchu menus rebuscal bellotas
antis qu'el amu las coja,
ni tiral espigas segandu
paqu'aluegu baya la mujel a'spigal,
tamíen sé que cuandu es tiempu d'ellu
mese'scapa la manu
tras d'algún jigu
o d'alguna qu'otra ciruela,
y qu'un día m'acosté
un ratinu la siesta
endispués de qu'el amu
a jugal la patria sé juera,
peru es que no poía más,
el día anteriol comu sabis
había síu día de fiesta,
mes'había calentáu
una miaja la boca, ya sabis,
había empináu el co'u
más de la cuenta,
yo aguantu pocu

y quicías poresu cayera.

No soy mu amigu d'il a misa,
tu ya lo sabis,
Sí puéu m'escabullu
y me queú en la puerta
con aquellas que no entran
jugandu un cuartillu de vinu
a la rayuela o las sieti y media,
de cuandu en cuandu
sueltu algún qu'otru insultu contra ti,
sobretó cuandu algu sali mal
o trabajas con las bestias,
ya sé qu'en la'scuela
Don Pedru el maestru
siempri mos ecía
que sí le dábamus un palu
con cualquiel otra palabra
haría el mesmu efestu
cá ves que l'oyeran,
peru que quiés que té iga
no m'acostumbru a ellu,
tampocu té puéu negal,
ya sabis que l'imaginación vuela
qu'haya pensáu más d'una ves
y haya deseáu cosas indecentis
que no brillan pol su pureza,
peru la carni es débil,
el pensamientu libri
y no siempri a tiempu se frena.


Ya sé, ya sé
que cuandu la cabra
del tíu cachimba
se comió la parra,
reñí y m'enfaé muchu,
quicías más de la cuenta,
y qu'entre otras cosas
tóas mu feas y mú malas
le iji que ¡Maldita juera su estampa!
Y qu'aunque lo viera reventáu
caíu en'un caminu,
implorandu y suplicandu ayúa,
esti d'allí no lo levantaba,
peru esu jue un decil hombre,
no son más que palabras,
comu iba yo a jacel
ni consentil semejanti cosa tan bárbara.

¡Señol! Yo tratu de sel güenu,

ayúo a los demás,
compartu y conversu con ellus,
les escuchu, les atiendu,
les doy sí puéu o les prestu,
y a vecis jasta les comprendu,
no jaci muchu, dos semanas escasas
a sabiendas que la traería mellá
le preste a Tedoru la segureja,
y a Giniu p'aque poára,
le deje las tijeras
a'nque afilarla aluegu tuviera,
y al Chanu la burra
pa que juera pol leña,
que pol ciertu
venía llenita de mataúras
po la parti trasera,
peru señol, no tós entiendin
lo qu'es sel güenu,
y te pisan, t'atropellan y patean,
y unu tíe que defendel su casa
y sacal p'alanti l'hacienda,
la jambri no perdona señol,

y acecha endetrás de la puerta.

Peru tu bien sabis
que yo vengu aquí,
no a buscal fortuna ni riqueza,
ni placeris terrenalis,
ni abundantis cosechas,
ni tampocu com'otrus
a peílti que llueva o no llueva,
vengu con'l corazón encogíu
y una carga grandi,
mu grandi de tristeza,
andu tó'l día agináu,
las nochis las pasu en vela,
voy sin rumbu d'un láu pa otru
sin paral de dali güeltas,
a'nqu'ati señol
no jaci falta que té lo iga,
tú lo sabis bien de sobra
que la salus d'ella
es lo que tantu m'agobia,
ya té iji antis
que no sé sí tengu derechu
a que m'escuchis y m'atiendas
'hora qu'a mi m'interesa,

ella la probi ici que sí,
que siempri atiendis,
escuchas y perdonas
a'nque los demás a ti t'ofendan,
esu ici la probi, esu ici ella,
¡y yo jagu cualquiel cosa
con tal de d'aliviala y complacela!
¡Mira señol!
Dami a mí lo que quieras,
lo tengu bien merecíu
peru quítaselu a ella.

¡Cúramela Dios míu!
¡Jas que no mese muera!
Ya ves qu'apenas juerzas le queán
pa'nderezalsi en la cama
y ponelsi una mijina tiesa,
pa suplicalti y encomendalsi a ti
y m'a peíu que lo jaga porella.

Cómu podrás vel,
el gallineru tengu vacíu
y sin telarañas l'alacena,
y otru tantu está la bodega,

que bien sabis tú
que cuandu el probi comi jamón
unu de los dos anda a las güeltas,
las boticas son mú caras señol
y los ajorrus apenas si me llegan.

Tu que tó lo pues
no dejis que me se muera.
¡Yo la quieru señol!
Ella es güena,
carga con su crus
sin quejalsi tan siquiera!
Aquí pa nusotrus té igu
que yo na valgu sinella,
los muchachus son mú chicus
y tamíen precisan d'ella,
no te prometu grandis cosas
qu'aluegu cúmplil no puéa,
peru si rebuscas en mí concencia
tamíen habrá alguna cosilla güena.
Que curiosu,
'hora que m'acuerdu,
antis cu'ndiba a la'scuela
el maestru te pintaba
comu venias en las ciclopedias,
un oju drentu d'un tríangulu,
pos bien, digu yo
qu'aunque no sea más

que por'l rabillu d'esi oju,
habrás teníu que vel
que siempri que pasu poraquí,
por'l Cristu Benditu,
qu'es ondi más y mejol se reflejan
tus fatigas y sufrimientus,
a'nque vaya con mucha príesa
siempri, siempri de ti m'acuerdu
y sin achancalmi nenguna letra
rezu tres padrinuestrus
dispués de recital una oración
que de chicu m'enseño mi padri
y qu'el aprendió tamíen de pequeñu.
" Pol mú deprisa que vaya
cuandu pasu pol aquí,
no t'olvíu Jesús míu
qu'en la crus estás pol mi."

Aluegu mes'olvía,
peru cuandu pasu siempri
de ti m'acuerdu,
tamíen tengu pol costumbri
d'hacelu en tu nombri
cuandu cá añu pruebu algu nuevu,
antis de comelu
miru pa'l cielu diciendu,
en'l nombri de Dios poresti añu.


No sé si será suficienti con estu,
peru es tú lo que soy y tengu,
ya sé que no me vas a contestal,
ni que milagrus yo merezu,
peru paéci comu que me sientu
algu más ligeru,
un poquinu más aliviáu,
sin tanta carga, algu más sueltu,
comu con menus pesu,
y barruntu pa mis adrentus
comu sí algu m'empujara
o m'estuviera dijendu.

¡Qu'hacís entavía aquí!
¡Anda, levántate y veti pa tu casa
qu'agüen seguru qu'allí
estás jaciendu mucha más falta.!

¡Será que m'a escucháu......!
¡Dios míu! ¡Claru, es esu,
Sí yo escuchu siendu malu,
comu no va a'scuchal él
qu'es tan güenu.!



Muchas son las fórmulas de comportamiento o costumbres adoptadas al pasar por el Cristo, todas de profundo respeto y devoción, cada cual podía tener alguna bien de uso común o propia, hacer la reverencia, inclinar la cabeza, santiguarse, rezar un Padrenuestro, etc. etc. la mía consiste en la oración que va incluida en el poema, la oración me la enseñó mi padre, lo recuerdo como si fuera ahora, íbamos a sembrar melones a un cercado de tía Mari Julia, un poco más abajo de la cruz de las lagunillas, al pasar por el Cristo la recito, es tan clara y precisa que no permite excusas.
Todo esto y mucho más, que cada cual lleva en sus adentros, es el Cristo, como esta, hay miles de historias aun no escritas, pequeñas anécdotas que cada cual guarda como tesoros, en lo más hondo de su corazón.

Muchas de las costumbres o tradiciones aquí expuestas, siguen aun muy vivas, otras han desaparecido o fueron sustituidas, aun así, el Cristo Bendito, sigue formando parte activa de nuestras vidas, dando cobijo y amparo a quien con fe se lo pida.

Gracias a Rafael Nevado Miguel, a Julián Gil Nevado, y a Jorge Luis Lorenzo “Tato” por las excelentes fotografías que desinteresadamente han prestado, gracias a la enciclopedia andante “Mi Padre”, gracias a los Mayordomos, a quines limpian, engalanan y ponen flores, a los que en el rezan y a los nunca han rezado, a los Priores y Sacerdotes que tanta devoción han encauzado, a Don Tomás Pizarro, Por su dedicación al Cristo tan mencionado en sus escritos y por las novenas que tanto nos enseñan a orar, no olvidemos que hasta los Apóstoles pidieron “Señor enséñanos a orar”. Al Maestro Antonio Martín Jiménez por la partitura del himno basada en un texto de Mª Dolores Pizarro Jiménez, que gentilmente han prestado. a quienes durante algún tiempo por promesa llevaron habito, a quienes ofrecen su hombro para llevar los santos y a todos los que durante siglos han mantenido vivas las tradiciones, el fervor y la fe en este Cristo de los Desamparados, gracias al esfuerzo de todos tenemos, algo más que una ermita.

El Cristo, de los Desamparados, situado en medio del camino de la vida, no es en sí una ermita a la salida del pueblo, es paso forzoso, eje y encrucijada en las faenas cotidianas, es estrella, faro, antorcha, llama viva, que alumbra incesante el camino o ruta de la vida, con los brazos abiertos, desde la cruz nos acoge cual caminante perpetuo que sale a nuestro encuentro, desde ese camino sembrado de signos, por el que nos llegó la vida.

Ultimo ramo cantado en el Cristo
De par en par se abran ya
del santo templo las puertas,
que venimos a cumplir
una grandiosa promesa.

Al Señor cura pedimos
licencia para cantar,
este ramo que ofrecemos
al Cristo de este lugar.

Tomemos agua bendita
de este hermoso pilar,
que por ella se perdona
el pecado venial.

Estribillo
Gracias te venimos a dar
porque has curado a este niño,

de una grave enfermedad.

Con enfermedad muy grande,
este niño se encontraba,
y el día de la Ascensión
todos por muerto lo daban.

Al hospital lo trasladan
por ver si puede curar,
y los médicos afirman
que es muy largo y grave mal.

Con el corazón partido
por la angustia y por la pena,
sus padres piden al Cristo
que la salud le devuelva.

Estribillo

El Santísimo Cristo escucho
está oración sentida,
el niño quedo curado
muy contenta su familia.

En prueba de gratitud
por favor tan señalado,
hoy viene a dar las gracias
a Jesús Sacramentado.

Al pasar por Santa Rita
me acorde de una oración
y sentí que me decía
no temas su curación.

Estribillo

El que celebro la misa
y ha predicado el sermón,
Dios le de mucha salud
y después la salvación.

Ya llegamos al altar
de Jesús Sacramentado.
ha pedirle al señor cura
que nos de su besamanos.

Más antes de despedirnos
le diremos una oración,
y rezaremos un credo
a su Sagrada Pasión.

Estribillo

Versos compuestos por Don Felicísimo Montero, cura párroco entre 1947 y 1979, excepto el alusivo a Santa Rita que es obra de mi madre, ambos que en paz descansen.

HIMNO EN HONOR AL CRISTO DE LOS DESAMPARADOS
(Villa del Campo)
Letra: Mª Dolores Pizarro Jiménez
Música: Antonio Martín Jiménez

Santo Cristo, Cristo Bueno,
Cristo de Desamparados,
Haz que todos seamos uno,
que vivamos como hermanos.

Este pueblo que te honra,
Pueblo de Villa del Campo,
sigue invocando tu auxilio,
sigue pidiendo tu amparo.

No nos dejes Santo Cristo,
no nos dejes de tu mano
en este mundo sin rumbo
mientras vamos caminando.

Tú adivinas nuestras penas,
Tú sabes de nuestro llanto,
Tú conoces las espinas
que en nuestro pecho clavaron.

Atiende, Señor los ruegos.
Cuantos a Ti te invocaron,
jamás se fueron vacíos,
sin tus dones otorgados.

De ahí el título que tienes,
Cristo de Desamparados.

Tu cruz fue siempre bandera
y, aunque, al llevarla sangramos,
en rosas siempre el camino
convierte si la aceptamos.

Escucha, Señor los ruegos,
nuestro rezo y nuestro canto.
Sé siempre nuestro refugio,
consuelo, tumba y sudario.

Santo Cristo, Cristo Bueno,
Cristo de Desamparados.
Protege siempre a tu pueblo.
Protege a Villa del Campo.


Magistral miserere, impreso en 1888 y traducido en verso por el RMO. P. Cádiz. Perteneció a la colección de libros de oración de mi abuela Agustina.







Emilio Moreno

NOVENA DEL SANTISIMO CRISTO DE LOS DESAMPARADOS
De Tomás Pizarro Jiménez