sábado, 25 de noviembre de 2017

En Clave Femenina

A la mujer Extremeña que padeció infundadas vejaciones y soporto el peso de supersticiones y mitos

Muchas son las veces que he mirado y contemplado el altar mayor de nuestra Iglesia Parroquial, y muchas más las que estuve frente a el, sin ver nada delante de mí, quizás sea algo normal que nos adaptemos a aquello que reiteradamente vemos, sin percatarnos de lo que percibimos.
Recientemente observe el citado retablo y noté que algo no encajaba, una ved más repase la composición estructural ampliándola a los retablos laterales, tratándose de un templo Alcantarino es normal que San Francisco esté en el lado del Evangelio y San Antonio en el de la Epístola, aún desconociendo la composición original del retablo central, mantiene estructuras clásicas, en la calle central el sagrario con hornacina para exposición del Santísimo, sobre ella, Nuestra Señora de los Ángeles, bajo cuya advocación está actualmente el templo, y en la parte superior un rectángulo vertical con orla de Ángeles y rayos solares que se desprende de los laterales, en la calle del Evangelio el patrón local San Bartolomé y en la de la Epístola San Ramón, y es precisamente este santo quien no me encajaba en la composición, desconociendo como desconocemos tantísimas cosas de nuestro pasado, intente acercarme un poco a el.

Detalle de San Ramón y la rica ornamentación y abundante filigrana del Altar
Mayor de la Iglesia Parroquial Nuestra Señora de los Ángeles, Villa del Campo
Lo primero que encontré es que su festividad se celebra el 31 de Agosto, tan solo seis días después de la de San Bertol, esto me pareció que al tratarse de una festividad tan cercana le restaría méritos, si bien es verdad que la festividad de San Bertol y la feria es relativamente reciente, (a finales del siglo XVIII no existía la feria y de San Bertol no había datos,) y en la antigüedad San Ramón pudo tener más peso o influencia dentro de la feligresía, no en vano, San Ramón es venerado en numerosos pueblos y su fiesta fue de carácter universal hasta 1969.

San Ramón “Nonato”, fue un religioso Mercedario (los Mercedarios fueron fundados por San Pedro Nolasco para la redención de cautivos católicos en manos musulmanas) natural de Portell, comarca de la Segarra en aquel tiempo Corona de Aragón, hoy Cataluña, su adjetivo calificativo indica no nacido (es decir, extraído del útero por cesárea, tras el fallecimiento de su madre) condición que le llevó a ser el patrón de los partos, matronas, niños, embarazos, y personas falsamente acusadas, y es en esta función de concepción-gestación y acusación, donde la mujer extremeña injustamente ha sufrido y soportado agravios e injusticias basadas en leyendas, tradiciones absurdas y nefastas supersticiones.

Desde tiempos inmemoriales, y especialmente en Extremadura la mujer era la única responsable de la esterilidad en la pareja, el hombre estaba libre de toda sospecha y sobre ella recaía la culpabilidad de la ausencia de hijos en el seno del matrimonio llegando a ser causa de humillaciones, trastornos y graves preocupaciones, fruto de la supremacía del hombre, del oscurantismo y de su lógica ignorancia, además del fervor y el deseo de ser madre, la mujer Extremeña percibía en sus adentros que un matrimonio sin hijos, tarde o temprano solía conllevar el menosprecio o abandono del marido, la sociedad acusaba a la mujer estéril, de vicios y males que no conllevaban las necesarias y estimables virtudes para concebir, esta creencia o temor inducía a las supuestas estériles a procurar conseguir la fecundidad por cualquier  método a su alcance, y como tal se sometían a practicas degradantes y absurdos y ridículos métodos que le suponían un autentico calvario. 

Más compasivas o humanitarias, eran las prácticas o creencias religiosas, muchas de las cuales iban dirigidas a San Ramón, razón por la cual este santo pudo gozar de cierta veneración, sin olvidar que a su lado se encuentra San Antonio y sí a este santo se le solía pedir novio, por que no pedirle a San Ramón que las hiciera fértiles.

martes, 25 de julio de 2017

Bautiná
Cuando ya se habían apagado los ecos de la aparición de la Bautiná y parecía que todo quedaba en vía muerta, surgió con fuerza una voz convencida de llegar hasta el final que reavivó la búsqueda, juntos realizamos planteamientos que al final llegaron a buen puerto, partimos de la base que hoy día se puede contactar con cualquier autor, pero el autor del libro (Joseph Crivillé i Bargalló) en el que fue hallada la referencia de Bautiná ya había fallecido y se opto por ojear el libro en una biblioteca, no hubo suerte, en dicho libro tan solo aparecía lo que ya conocíamos y varias menciones a García Matos, también se ojeo el Cancionero Extremeño de Bonifacio Gil, con el mismo resultado, en un nuevo planteamiento llegamos a la conclusión de que sí Crivillé i Bargalló, tras describir lo que es una Alborada, menciona que en Villa del Campo Cáceres, llaman Bautiná a la Alborada al Cristo de los Desamparados, es porque lo ha visto reflejado en otra parte, (Crivillé fue un gran musicólogo pero muy alejado de Extremadura y del Campo) con este convincente planteamiento, se retomo la búsqueda y esta ved si hubo suerte. (No hacen falta muchos esfuerzos para suponer la cara de satisfacción de nuestro convencido investigador al ver allí reflejada la Bautiná).
Como alborada al Cristo de los Desamparados, aparece la partitura y letra de la Bautiná en las paginas 118 y 284 respectivamente del Cancionero Popular de la Provincia de Cáceres, (Lírica popular de la Alta Extremadura) dicho Cancionero fue recogido antes y después de la contienda Española y publicado en 1944 por Manuel García Matos, (la parte que hace referencias a Villa del Campo, fue recogida en los primeros años de la década de 1940).

Emblemática, misteriosa, simbólica, relevante, quizás ninguna de estas palabras defina el titulo de Bautiná, o tal ved tenga un poco de cada una de ellas.

Armónicamente, al igual que otras canciones de tradición local, en su contexto melódico, la Bautiná contiene más semejanzas al sistema oriental, que a las gamas de tonalidad menor, usadas en occidente y más propias de estas tierras.
Poéticamente  es octosílabo con rima asonante en los versos pares, de tres estrofas en sextetos, las dos primeras se fundamentan en simbologías y la tercera en hecho real.
La primera hace alusión a las Golondrinas que son guiadas con los rayos del sol anunciando las bondades de Cristo, (Además del simbolismo y sentimiento alegórico de los pueblos, las golondrinas forman parte del lirismo poético y tanto en la iconografía como en la literatura, fácilmente pueden verse golondrinas arrancando espinas, aliviando el dolor de Cristo).
La segunda a los lirios, (“Cristo de Desamparados hermoso y divino lirio”, el aspecto sereno y puro del lirio puede verse en infinidad de representaciones de Jesús) símbolos de pureza y mencionados como ejemplo en el Evangelio, “Considerad los lirios del campo, cómo crecen: no trabajan ni hilan; pero os digo, que ni aun Salomón con toda su gloria se vistió así como uno de ellos”.
Y la tercera en la promesa hecha por el Mayordomo.

Con intención o sin ella, dentro del contenido de los versos, pueden verse datos que describen el desarrollo de la Alborada, ya de entrada, antes de empezar a cantar, sitúa las voces cantoras en la propia ermita, donde probablemente hayan pasado la noche, Mayordomo y acompañamiento, y con los primeros rayos del sol, las golondrinas representadas en las voces femeninas que entonaran la Alborada, salen del Templo a cantarla.
Generalmente, las Alboradas eran cantadas por mujeres entorno al Santo en la procesión del amanecer, (El Cristo de los desamparados ha procesionado muy pocas veces, y parece obvio que no había procesión, si no canto de Alborada).
La segunda estrofa nos sitúa en plena acción de la Alborada, el Hermoso y Divino Lirio padeció martirios y fue crucificado por la redención de todos, y allí están una vez más las piadosas mujeres entonando sus alabanzas.

La Tercera muestra a las mujeres de regreso al Templo del Cristo, tras cumplir la promesa hecha por el Mayordomo, expresamente indican al Mayordomo, que vienen de cumplirle la promesa que el había ofrecido, por lo que puede entenderse que el mayordomo se quedaba en la ermita y no participaba de la Alborada.