martes, 18 de mayo de 2010

LA ERMITA DE SAN BLAS "Bendito"

Comúnmente se define a las ermitas como capillas o pequeños santuarios en despoblado y sin culto permanente, dicha definición no conlleva aparejada distancia alguna entre ella y lo poblado, razón por la cual la que nos ocupa cumplía con los requisitos aun estando a escasos metros de la población.

La ubicación de la ermita de San Blas Bendito, está ampliamente documentada, ocupó la misma demarcación del actual Ayuntamiento, se desconoce la fecha de su construcción que por la ubicación y la característica formación del núcleo urbano debió ser muy antigua, tanto que su creación quizás se deba a las primitivas necesidades de los primeros pobladores, y le daría una antigüedad superior a la anterior Iglesia que si estaba en suelo urbanizado.

Esto nos da una ligera idea de las dimensiones de la pequeña aldea del Campo y de hacia donde fue creciendo en sucesivos siglos, ya que la ermita término formando parte del núcleo habitado.

La importancia que tuvo durante siglos, está cumplidamente documentada, al menos en los últimos de su existencia siglos XVII y XVIII, dicha documentación no corre peligro y puede ser estudiada, razón por la cual no voy a mencionarla.

Básicamente era el epicentro o la sede de las cofradías, mientras fue posible el día del Santo se celebraba en ella la Santa Misa, a ella concurrían y entraban (los últimos años de su existencia dejaron de hacerlo por hallarse indecente) las procesiones, bien tradicionales o de rogativas y de manera especial las del Domingo de Ramos, Jueves y Viernes Santo acompañadas cada una de sus respectivas cofradías.

Además de la imagen de San Blas Bendito, albergaba y custodiaba las de Jesús Amarrado a la columna y con la Cruz a cuestas, conocidas popularmente como el amarrao y el de la cruz a cuestas.

Las dimensiones eran considerables para ermita, por lo que cabe pensar que en sus primitivos tiempos, ejercería como Iglesia. Ya en 1716, concretamente el 9 de Enero del mencionado año, se produce la visita para realizar el inventario artístico de la diócesis, encargado por el obispo Don Luís Salcedo y Azcona, en él se informa que la capilla mayor de la Iglesia se viene al suelo a toda prisa y que se ha trasladado el Santísimo a otro altar y que aun allí corre riesgo e indecencia.



El mandato del obispo es que se traslade el Santísimo de la Iglesia a la ermita de San Blas, si sigue la quiebra de la capilla mayor.

Es de suponer que de la noche a la mañana no se arregla la bóveda de una Iglesia y mucho menos de cantería, (antes de retirar la pintura que cubría la bóveda, podían leerse fechas en los pilares que sujetan las diferentes venas de la mencionada bóveda) y teniendo en cuenta que los mandatos de dicho inventario eran de obligado cumplimiento, el Santísimo pasaría de inmediato a la ermita y esta ejercería como Iglesia con culto diario, el porque se elige esta ermita y no la del Cristo de construcción más reciente, es algo que se desconoce, el hecho de que el Cristo no estuviera dentro del pueblo, no debía ser impedimento, en aquella época la Iglesia se hallaba también alejada del pueblo, descartada la posibilidad, quizás eligieron San Blas por ser su ermita de mayores proporciones.

No disponemos de planos ni grabados que muestren como era la ermita, para hallar su dimensión, tan sólo contamos con la actual estructura y dos arcos interiores, uno de ellos actualmente tapiado por remodelaciones del edificio, parece lógico que los edificios sean reutilizados se remodelen y se usen, pero en algunos casos hay que respetar el pasado, y en este creo que merecía la pena un pequeño esfuerzo, ¿Alguien conoce un marco más idóneo que ese arco, para exhibir la extraordinaria arca de propios que se conserva en algún oculto rincón del Ayuntamiento.?

Al menos los nacidos hasta el comienzo de los 50, vimos este arco en la escuela que había encima de la cárcel y bajo él estaba la mesa del maestro, posteriormente la estancia se convirtió en teleclub, y allí se le pudo seguir viendo, la parte visible es de considerable dimensión, arranca desde el suelo del piso alto y lo lógico es que tenga continuidad hasta el suelo propio.

¿Por qué se ha tapado este arco histórico?

Sí este arco formaba parte de la ermita, posiblemente fuera el altar o diera paso a la capilla de este, que estaría en lo que fue la casina de tío Juan y tía Candela, (aquella en la que estaba la taquilla del cine y que impacientes hacíamos cola a que tía Justi la abriera para sacar la entrada un par de horas antes de que empezara la función,) poco probable esto ultimo ya que la casina era de menor altura y parecía no formar parte del edificio, no así del entorno como más adelante veremos.

Las actuales ventanas antiguamente rematadas en talud le proporcionarían la luz y junto al arco son testigos de la considerable altura de la ermita, frente a este arco hay otro similar en el hueco de la torre del reloj, concretamente la cara oeste de la torre está construida sobre él, (no lo digáis muy alto no vaya a ser que lo tapien y desaparezca todo rastro del pasado) como se demuestra en las fotografías de J.G.N, este arco podría ser el central de la nave, o bien el de la entrada, aunque viendo la distancia que hay entre el y el de la pared del teleclub lo más lógico es que hubiera otro en la pared que daba acceso al mencionado teleclub, de ser el central la puerta de entrada estaría más o menos bajo el escudo del dichoso aire acondicionado, y quien sabe si desde ese “Soli deo hónor et glória” el águila imperial coronada en sus sendas cabezas, honraba y presidía la ermita desde los imperiales tiempos, esta teoría daría a la ermita unas dimensiones quizás demasiado grandes pero hay rasgos que apuntan a ello, de ser así, los antiguos portales podrían tener su origen en los, clásicos cobijos que solían tener las ermitas.

La desigualdad entre Ayuntamiento y teleclub podrían deberse a estancias de la Orden de Alcántara (posible origen del dintel de la actual puerta de entrada al Ayuntamiento) y más tarde ocupadas por las cofradías, dando sentido a que la casina de tío Juan Nevado que tenia un corral con dos pozos uno de ellos de brocal muy artesano compuesto de dos piezas semicirculares de granito, fuera un patio o un huerto.



Con lo expuesto podemos hacernos una idea de la magnitud de la ermita y la funcionalidad que desarrollaba, magnitud que no concuerda con la dimensión de la talla del Santo a la que estaba dedicada, comparada la talla con la del Guijo de Coria se podría entender el porque se la quisieron traer y dio lugar a la mítica frase o grito de guerra que dieron los guijeños, ¡FUERZAS A SAN BLAS, QUE SE LO LLEVAN LOS DEL CAMPO! aunque puestos a valorar ambas tallas, la pequeña imagen del Campo si es la original que estaba en la ermita, podría tener un valor incalculable, actualmente no se encuentra en buenas condiciones por lo que quizás convendría volver la vista atrás y recuperar este popular Santo tan conocido y milagrero que tenemos un tanto olvidado.


El presente escrito tan solo pretende ser un acercamiento a la singular ermita de San Blas, con la firme esperanza de que surjan otros puntos de vista que verifiquen o aporten nuevos datos sobre este edificio que desde siempre fue emblemático, primero como ermita y ahora como Ayuntamiento.

Fotográfias de J.G.N
Tomás Pizarro
Y Propias

lunes, 3 de mayo de 2010

El Escudo de los Arias Camisón en Villa del campo

En un comentario sobre las fotos "Perlas del Campo" y refiriéndose a la que aparece en cuarto lugar, cuenta un anónimo, que no le gustaba la idea de que se lo llevasen y que aún se sentía contrariado por una pérdida tan importante, se refería a la de un llamativo escudo heráldico que había en la Calle Juan Antonio Sánchez en la actual casa de Ventura y Adela, (más conocida como de tío Macario).
En el sentir popular de la época creo un cierto malestar el hecho de que se lo llevaran, a mi juicio, aquel día Villa del Campo perdió un gran objeto decorativo de una de sus fachadas pero nada más, no lo considero una lamentable pérdida, el escudo es familiar y puede contemplarse en una conocida calle de Torre de Don Miguel, representa un noble apellido Arias Camisón, de negativa huella a su paso por el Campo. Patricio Arias Camisón, que así se llamaba su propietario, era natural de Torre de Don Miguel, hijo de Sebastián Arias Camisón y de Maria Hernández, había nacido el 18 de Marzo de 1760 y llega a la Villa del Campo a finales de la década de los 80 del siglo XVIII, lo hace como Escribano (Notario) del Servicio de Millones, dicho servicio era un impuesto indirecto, (algo parecido al actual IVA) creado dos siglos atrás por Felipe II para paliar los efectos del descalabro de la Armada Invencible, el impuesto comenzó como recurso excepcional, recaudando un determinado numero de Ducados anuales (según necesidades) y se convirtió en una nueva fórmula recaudatoria de la hacienda pública, también fue conocido como Contaduría de Millones, fue suprimido por las cortes de Cádiz en 1813 y restablecido por Fernando VII en 1823.
Patricio Arias Camisón descendía de una familia de hidalgos, su cuarto abuelo tiene ganada Real Carta ejecutoria de hidalguía en 1618, Patricio inició el juicio de hidalguía el 24 de Mayo de 1794, con Real Provisión del mismo acuerdo el 13 de Agosto de 1795.
Por lo anteriormente expuesto, tenemos a un jovencísimo Camisón, (unos 25 – 30 años) dispuesto a comerse el mundo desde la Escribanía de Millones de la Villa del Campo, dotado con 900 reales de situado, que se pagaban de los efectos de propios.
(Mi intención no es la de juzgar al Escribano Camisón, ya lo hizo la justicia en su momento, si no dar a conocer el por qué del escudo que crea cierta confusión en si era local o privado y que por lo que conocemos, no debió suponer una pérdida, más bien un cierto alivio).
El ambiente que el Escribano Camisón se encuentra en la Villa del Campo, está plagado de corrupción, abusos y fraudes, como es lógico ajeno a su persona, pues estos comienzan antes de su llegada, aunque según cuenta el Prior Josef de Sotomayor en el Interrogatorio de la real Audiencia de Extremadura al Campo, este no tardó mucho tiempo en ser arrastrado a las causas del Escribano numerario Manuel Roncero y el abogado Francisco Corchero, dando lugar a un trío de nefastas consecuencias para el pueblo, (para más información ver Interrogatorio de la Real Audiencia de Extremadura al Campo) o (Josef de Sotomayor Prior de Santibáñez y rector del Campo).
Si observamos detenidamente el mencionado Interrogatorio, que se desarrolla de manera paralela, entre las personalidades políticas y religiosas, veremos que a las mismas preguntas, las del consistorio son más breves, eluden los aspectos políticos y no coinciden con las del Prior, es cierto que quien responde es la corporación, pero él ejerce de Notario y firma en nombre de los que no saben, que lo expresado se ha hecho con la legalidad y pureza que un asunto como este lo pide y que es cuanto se ha podido llegar a penetrar y alcanzar para que conste en cumplimiento de lo mandado, comparando ambas declaraciones parecen más correctas las del Prior, y sí el Prior que llevaba en el cargo poco más de un año, sabia todo lo que declara, bajo la verdad propia del ministerio que ejercía, cuanto más no sabrían corporación y Escribano.
 Cuenta el Prior en su declaración suplementaria y dirigiéndose a Don Josef Antonio Palacios.
“Una vez que se marchó su señoría de esta villa, con el silencio de la noche prendieron fuego a la casa del Escribano Patricio Arias Camisón, causando un daño de 3.000 reales de vellón en la casa y 600 en muebles, se sospecha que el día anterior había estado un forastero a pedir al Escribano Camisón cierta suma de Maravedíes que le era en deuda y no sólo nada le pagó si no que le despidió sin esperanzas y con desabrimiento, continua el Prior que tiene muchas deudas y de no poca consideración, pues debe el dicho Camisón casi 30 o 40 mil reales en estas vecindades, de partidas de corderos y vacas que tomó y consumió de varios vecinos de estas cercanías, en el abasto de Coria, insinúa el prior que los agraviados en sus intereses desde largo tiempo, hayan tomado la determinación violenta y que esta no ha sido ejecutada por los vecinos, que aunque hostigados y perseguidos por los Escribanos siguen sus instancias por términos legales.”
Algo similar pudo haber hecho el Escribano Camisón, para denunciar los abusos y atropellos que se estaban cometiendo, que cada uno saque sus propias conclusiones sobre el por qué no lo hizo.
En el Tomo I del Mercurio Histórico y Político encontramos a Patricio Arias Camisón apoyando la causa patria contra los Franceses, aportando para la campaña de 1794, Mil Reales anuales durante la guerra, su persona y la de sus hijos.
….Pasan los años y con ellos la justicia ha hecho su trabajo, los
acusados recurren y el 30 de Abril de 1802 a instancias de los señores Patricio Arias Camisón, Escribano de la Villa del Campo y Manuel Martín Gutiérrez (posiblemente como alcalde) vecino de la misma, se hace desde la Real Audiencia de Extremadura en Cáceres una petición al Rey Carlos IV para que sean sobreseídas las causas que estos individuos tienen por malversación de caudales públicos y ocultación de papeles del ejercicio de Escribano. Se informa que su Majestad ha resuelto que se continúen las causas y con destino al Regente de la Audiencia de Extremadura firma esta resolución en Aranjuez Don José Antonio Caballero, el día 12 de Mayo de 1802.

 






















 No es la única causa abierta contra Arias Camisón, en la sección Real Audiencia del Archivo Histórico de Cáceres, hay documentación sobre un pleito con el cabildo de Coria, año 1797 Legajo 149 – Expediente 13, y otros más que no me dio tiempo a anotar.
Si las sentencias de dichas causas fueron o no condenatorias es algo que desconocemos y como se dice anteriormente no es este escrito un juicio al Escribano Camisón, si no una exposición documentada de aquello que conocemos de él, sin otra pretensión que esclarecer las dudas que en la localidad suscita el mencionado escudo, que presidió durante doscientos años la casa donde él residió y que legítimamente recuperaron sus herederos.
El lema del escudo poco definido y un tanto ambiguo, da lugar a interpretaciones hostiles y ha oscuras intenciones, “Con la ayuda del señor venceré a mis enemigos,” lema que dista mucho del piadoso “Solo a Dios el honor y la gloria” que reza en el de la fachada del Ayuntamiento y que deberíamos reivindicar como local.
Con lo expuesto, cada cual podrá valorar a su manera si dicho escudo fue una pérdida o un alivio.