domingo, 14 de junio de 2009

LAS ESCUELAS Y EL DEPORTE EN VILLA DEL CAMPO

Una de las mejoras sustanciales que acaecieron en Villa del Campo y que a la larga supuso la inversión más rentable que jamás se pudo soñar, fue la construcción de las escuelas y las casas de los maestros, en cierto modo, esto propició el lento pero decidido ensanche de la villa hacia el suroeste, aunque no es el urbanismo quien me trae, gratos recuerdos, sino las escuelas.
Nos hallábamos al final de los 50, el lugar escogido para las mismas, además de necesario, fue beneficioso y fructífero, tanto para los niños como para el pueblo en sí, ya que produjo un inesperado efecto, cultural deportivo, que años más tarde daría grandes frutos.

Una vez salvados los escollos del barro y cruzado las inevitables zanjas o regatos, la ubicación de las escuelas era excelente, un amplio espacio se extendía a sus pies, como enorme patio de recreo, útil para todo tipo de juegos.
Hasta entonces las escuelas, estaban en antiguas dependencias municipales, o casas particulares situadas en el centro del pueblo, sin un espacio apropiado para el recreo, y el recreo era y es, uno de los grandes momentos, por no decir el mejor, dentro del horario escolar, en el se aprende a convivir y compartir con los demás, de manera natural.

Unánimemente, para nosotros el recreo, siempre y cuando alguien llevase una pelota, y esta mejor o peor, no solía faltar, después de reponer fuerzas en la mañana con la espumosa leche en polvo Americana, y por la tarde el queso amarillo, tocaba jugar al balón, (el fútbol llegaría más tarde) jugábamos sin apenas reglas, todos corríamos de tras del balón, no valía el gol de portería a portería, (se solía decir, que de portería a portería es una guarrería,) tocarla con la mano o que saliera fuera, en ambos casos se solía aplicar el juego “seguio”, una especie de ley de la ventaja, antes de empezar el partido se realizaba toda una ceremonia o ritual, (echar pie) consistía en avanzar desde una distancia, (al revés que en los duelos) colocando el talón de un pie en la puntera del otro, el que al juntarse, montaba su pie sobre el contrario, escogía primero, esto tenia mucha importancia, a pesar de que era un método bastante equilibrado, como es lógico, se comenzaba escogiendo a los mejores, aquellos que jugaban bien o era muy difícil quitarle la pelota, al no haber reglas, tampoco existían tácticas, el que cogia la pelota, se iba hasta la portería o hasta que se la quitaban, los había que se daban una “templa” de jugar y otros ni la tocábamos, la época que yo recuerdo, siempre se comenzaba escogiendo a Rafa el Púa, un portentoso jugador con velocidad, fuerza y dominio, el equipo contrario, solía escoger a Alfonso el pollo, Jesús capote, de buena técnica, (se solía denominar Luís Suárez) a Juan Manuel, antes de irse al seminario, o bien a Pedro el de tía Rufina, y así sucesivamente hasta llegar al último, cuando la selección llegaba al medio, ya no influía mucho la calidad, más bien el amiguismo, o tener en tu equipo a aquellos que solían dar más patadas, de este modo te librabas que te las dieran a ti. Otro factor importante, era el de los porteros, los había muy buenos que luego no llegaron a jugar nunca o casi nunca, como Jesús Alcalá (zajarron) Felipe el de tía Jacinta, otro muy bueno, era Primitivo Alcón (el primi, que en paz descanse) y una mención especial por sus condiciones físicas, a un apasionado jugador, Martín Bonifacio (El Cojo) que bien defendía la pelota con aquella rudimentaria e incomoda muleta, hecha con un trozo de palo de higuera, (que descanse en paz).


Los partidos eran intensísimos, los maestros se las veían y se las deseaban para poder meternos dentro, esto se repetía a diario de manera colectiva, mañana y tarde antes de entrar a la escuela, los juegos por la tarde, ya fuera de esta, solían ser más variados y practicados básicamente cada cual en su zona, o los de una contra otra, el fútbol practicado en las calles tenia su encanto y sus riesgos, pero no lo acaparemos todo, los juegos y el fútbol callejero, merecen un comentario cada uno de ellos, esperemos que alguien se anime a ello.

La llegada de los seminaristas y demás estudiantes, durante las distintas vacaciones, eran muy esperadas, ellos jugaban mejor y tenían más conocimientos, y nos sentíamos más arropados, organizaban partidos después de misa más en serio, intentando introducir las reglas, recuerdo a Juan Manuel diciéndome, no vale, eso es orsay, yo en mi vida había oído tal palabro, los demás tampoco, y no comprendíamos a que se refería.Un verano allá por el año ¿ - ¿ al final de La Semana Universitaria, se disputó uno de los primeros partidos oficiales de Villa del Campo, o al menos, en una faceta más participativa, (hasta entonces solían jugar los estudiantes, que eran quienes por motivos obvios tenían más conocimientos y practica). Se trataba de la final de unos juegos que con motivo de dicha semana, se habían celebrado en la zona, el Campo entró en la final por ser el organizador, aunque tampoco habría para formar muchos equipos en aquella época, dicho partido fue contra Calzadilla, y se utilizó la explanada que había por debajo de la laguna de arriba, terreno no muy liso, pero más recogido que las eras, Pablo Lajas comenzó su gran labor formando un formidable equipo con ciertas ayuditas o incorporaciones foráneas, también Calzadilla traía ayuda foránea, al menos dos jugadores veteranos y bien conocidos por Pedro Corchero, naturales de Coria, un tal Julián Ortiz, ex seminarista que jugaba de maravilla y Juan García, sacerdote por aquel entonces, el partido se ganó tras una dura y brava pugna con tan nobles rivales.
De ello da testimonio la fotografía, que detalla los participantes con el trofeo conseguido, todos ellos apadrinados por una bella y jovencísima miss, (vecina mía por más señas) el Gato aparece con traje regional porque además del partido participó en el concurso de jotas que también ganó, junto a su prima Martina, y al lado de nuestra guapa miss, con gafas oscuras, se coló un universitario, que es de suponer, que no está ligando, sino que formará parte de la organización de los eventos.
En el equipo, aparecen los primeros síntomas de que algo está cambiando, ya no son sólo los seminaristas y estudiantes los que compiten, junto a ellos hay dos grandes jugadores que no han salido a estudiar, un jovencísimo Pedro Botejara y el incombustible José el Gato, es innegable que antes hubo otros equipos, solían formarlos los Castillos, los Domínguez, los hijos de doña Emilia, los Corheros, Elías, Pedro Marín, Juanito, Chemari, Juan José, etc. etc.
Todos estudiantes, que no aprendieron en el pueblo, sino en donde cursaban sus estudios, de algo nos tendría que servir la gran cantera de gente que se dedicó a ampliar conocimientos y que como vemos sobraban para formar un equipo. Señoritos los llamaban, aunque muchos estaban estudiando gracias al tremendo esfuerzo que hacían sus padres y que en época de vacaciones tenían que arrimar el hombro como cualquier otro, ellos fueron muy importantes y aportaron mucho, pero el pueblo al igual que todos los de su alrededor carecía de base, esta vino, con la incorporación de la gente que nunca había salido del pueblo, y sin la creación de las escuelas no habría sido posible, y así poco a poco se va consolidando la hegemonía del Campo sobre los demás pueblos. También en otros pueblos cercanos se construyeron nuevas escuelas en la misma época, pero al ser ubicadas junto a carreteras y sin espacios llanos y amplios a su alrededor no surtieron el mismo efecto.


Aquellos primeros escolares que ocupamos el espacio entre las escuelas y la fabrica, dejamos paso a otra nueva generación que apretaba con fuerza, y pasamos a ocupar este otro del pozo y la laguna, se habían sentado las bases, la materia prima había crecido, la semilla estaba a punto de germinar. La culpa de todo lo que vino después, la tuvo Pablo Lajas, sin su desinteresada dedicación, dirección y coordinación, nunca se habría llegado a cotas tan altas, no sólo me refiero a éxitos deportivos, que estos al fin y al cabo podrían quedar en segundo lugar, si no también al goce y sano disfrute, a la comunión entre el jugador y el espectador, a esa alegría colectiva que producían los partidos.
Pablo consiguió Porterías con redes, (son iguales que las del Bernabeu, decían quienes habían estado en el campo del Madrid) balones y dos equipaciones completas incluidas botas, una con los colores del Cacereño y la otra con los de la Selección Nacional. Esto anima más si cabe, a la buena práctica del deporte.
Al atardecer se montaban partidos a los cuales, cada uno se sumaba al terminar las faenas del campo, ya que para esto no había cansancio.
Y entre partido y partido llegamos al plan Marshall Deportivo,
"Los detalles que siguieron, y que llevaron al mismísimo Juan Antonio Samaranch, al pueblo, así como lo que posteriormente aconteció, se hallan en fase de construcción, a medida que la información vaya llegando, se dará a conocer, debemos esperar, a que quienes nos cuentan con detalles lo acontecido, encuentren un hueco en sus quehaceres cotidianos, para seguir con el relato, al final del álbum fotográfico, puede leerse el comienzo de lo acontecido. "


No tardaron en aparecer por el cruce maquinaria y obreros, que como ya se ha dicho al mejor estilo plan Marshall, convirtieron el paraje conocido como Portugalete, en un coqueto parque y en las únicas instalaciones deportivas de la comarca, pasando la zona a denominarse El Parque.
Con las instalaciones prometidas por Samaranch, ya terminadas, en grades cestos de mimbre llegó abundante material para practicar casi todo tipo de deporte, en ambas vertientes masculina y femenina, así como sus diferentes categorías.

Acto seguido llegaron los mejores deportistas provinciales, para impartir la II Cátedra Deportiva Provincial, dirigida por Don Jesús Blanco Morales hoy Presidente de la Federación Extremeña de Baloncesto, que se desarrollo del 16 al 31 de Julio de 1969, (la anterior Cátedra se había impartido en San Martín de Trevejo del 1 al 15 del mismo mes,) en ella los profesores enseñaron y crearon equipos de Baloncesto, Balonmano, Voleibol, Fútbol, en sus variantes masculina y femenina (excepto en fútbol) y sus respectivas categorías, todas ellas con el material necesario y equipaciones completas incluido chándales, así como Tenis, incluido dobles, en Atletismo se podía practicar, saltos de Altura y Longitud, 50 y 100 metros lisos, lanzamiento de Disco, Martillo y Jabalina, sobre la jabalina, el bueno de Pedro Corchero, (menos en una ocasión, que más adelante se contara, siempre lo vi de buen humor) contaba una anécdota, y decía que él una vez, lanzó la jabalina tan lejos, tan lejos, que los jueces no la encontraban, al cabo de varios días de búsqueda, la encontraron clavada junto al pozo cimero de los mojones, y lógicamente la caña de Bambú, ya había retoñecido y las mujeres que allí lavaban, habían tendido la ropa en ella.
Dichos cursos fueron asimilados por la infancia y la juventud, y rápidamente aparecieron los resultados: Campeones Provinciales en Baloncesto infantil masculino, y Balonmano infantil femenino, con la consiguiente participación interprovincial en Madrid y Córdoba respectivamente, así como Campeones comarcales en Balonmano masculino, senior, con rivales de la talla de los colegios mayores de Plasencia, durante estos partidos contra los equipos de Plasencia, allá por el final de los 60, el contorno de la pista de Balonmano se llenaba con creces, dando testimonio del enorme interés que despertaba el deporte en Villa del Campo, y todos orgullosos nos presentamos en Cáceres, algunos establecimientos de la capital tenían grandes carteles que anunciaban el evento, Ciudad deportiva Sanz Catalán, Campeonato Provincial de Balonmano entre Cáceres y Villa del Campo. Poco nos duró la alegría, nos aplastaron, aunque con un arbitraje que favoreció descaradamente al equipo de la capital, "El Guardia de Franco", que así se llamaba , pero aun así solicitaron a algunos de nuestros jugadores que se unieran a ellos para la fase nacional. Y de descomunal puede considerarse la cosecha en Atletismo que en poquísimo tiempo llenaron los amplios estantes y vitrinas del teleclub.

El parque pasó a formar parte de la vida cotidiana de la villa, y gran parte de culpa de aquel hábito la tenían los partidos que en él se realizaban, la gente respondía en masa, fueron muchos los gratos momentos que allí pasamos y muchos los jugadores que sobre el campo disfrutamos, así como en los desplazamientos a los diferentes terrenos de juego de la comarca, más incómodos que el nuestro ya que había que cambiarse y dejar la ropa tras una pared, un matorral o un zarzal, y depositar el escaso caudal que portábamos en manos de algún seguidor que no solían faltar, en algunos casos los desplazamientos fueron masivos, se llenaba el camión de Justino el del Pozuelo, recuerdo uno a Santibáñez el Bajo que fue memorable.


Hablar de una alineación, no es posible, esta iba en función de la época y otras muchas circunstancias, tales como noviazgos o las faenas del campo, solían ser impedimentos para la actividad futbolística, aun así algunos de cuando en cuando se escapaban y la practicaban, había unos cuantos jugadores que eran fijos, el resto como ya se ha dicho se formaba según circunstancias, por tanto mencionaré a los que recuerde que pasaron por el equipo en los años que compartí con ellos, comenzaré con letras mayúsculas, por el padre de la criatura, PABLO LAJAS, nuestro maestro, natural de Villanueva de la Sierra, excepcional portero, por su oronda panza cervecera y porque jugaba con gafas de calle, (ninguna de las frases que aquí se viertan deben interpretarse como despectivas, sino cariñosas) Nano, espléndido relevo de Lajas, cómo disfrutaba este hombre con el fútbol, ni con ropa de calle le importaba tirarse al barro, con tal de parar un balón, Eduardo el poleo, genio y figura, (llego a contar con una canción compuesta por José Tobal, que más tarde probo fortuna como cantante en Gente Joven, y que con música de “carrascal, carrascal” coreaban los aficionados mientras jugaba) utilizaba cualquier parte de la pierna para golpear el balón, Pedro Botejara (tía Rufina) jugó poco tiempo pero era muy bueno, Pedro Corchero, el más veterano, jugó al menos con cuatro generaciones, un auténtico prodigio de la naturaleza, con él al lado no tenias problemas, era algo así como un fierabrás pero futbolero, infranqueable, tanto por arriba como por abajo, (nunca entendió que a media liga no le dejaran jugar con los suyos, a pesar de que el reglamento era muy claro en ese aspecto, los Maestros debían jugar donde estaban ejerciendo, y el ejercía en Torrecilla, se pilló un tremendo cabreo y un enorme disgusto,) Terin, estupendo, tener que usar gafas y el noviazgo le impidieron jugar con normalidad, el que les cuenta todo este rollo, es decir, un servidor, no destacaba en nada, no tenia ni condición física ni técnica, (cuarenta años más tarde he descubierto que lo mió son las distancias largas, carreras de 10 Km. o las medias maratones, incluso he prometido intentar terminar una maratón en Madrid, con todo lo que ello implica) tan sólo cierta habilidad para hacer marcajes muy encima, que contrarrestaban la falta de las demás condiciones, lo mejor que oí decir, fue que le había hacho el marcaje más limpio de su vida, esto lo dijo Valentín de Villanueva, que más tarde jugaría en el Plasencia y se casaría con mi buena amiga Margarita, José el Gato, era como la muralla china, impenetrable, atravesaba todo el campo, Toñin el Púa, todo lo hacia bien, recogía los balones de los saques de ambas porterías, que siempre cortaba el Gato y los distribuía de manera perfecta, buenísimas condiciones físicas y técnicas, Juan Manuel, se le veía por todas partes del campo, con el Gato y Toñin deshacían
cualquier intento contrario de pasar de medio campo, en ataque era rompedor y formidable, José Salao, estilo por la banda, Jesús el de tío Macario, limpio y elegante, Camino, buena técnica, (ningún balón logro despeinarlo) Miguel Corchero, bueno en todos los sentidos, un recuerdo especial para Pedro el Estanquero, que en paz descanse, el día que más feliz lo vi, había marcado un gol de espléndido cabezazo, se marchó para casa desde el baile porque le dolía la cabeza y no pudimos volver a verlo más, Enrique el Púa corría bien la banda derecha, José Salazar, este gitano de pura cepa, se apuntaba siempre que podía con toda su recua, dando un toque pintoresco al equipo, Pedrito el de la tahona, muy polivalente, Tivo el de Aurelio, jugó poco pero era bueno y tenia potencia, Ignacio muy luchador y buen remate, Paco Castillo, colosal deportista, practicaba a la perfección todos los deportes, en fútbol sobresalía como portero y delantero, cualquier pared que hicieran con él los demás delanteros, era gol seguro, si encaraba era imparable, poseía un mortífero disparo y un espléndido remate de cabeza, Rafa, una bala de cañón por la banda izquierda, él y la pelota, siempre llegaban hasta el fondo, si lograba centrar tenias medio gol hecho, era algo así como lo que tuvo el Atlético de Madrid, años más tarde en Ayala y que dieron en llamar punta de lanza, pues bien, eso ya lo teníamos diez años antes en Villa del Campo, Carlos Castillo, extraordinario relevo de su tío Paco, buenas condiciones en el salto, hábil con el balón y gran rematador, Pedro Naviera, comenzó jugando muy jovencito, parecía de una fragilidad extrema, que suplía con su habilidad, excelente jugador, quizás el único de los que aprendieron a jugar en el pueblo, que ha jugado en Categoría Nacional, Gonzalo, todo nervio y energía, extraordinario, es de suponer que alguno se haya quedado en el tintero, fruto del olvido, si alguien recuerda alguno más, podemos incluirlo.




Las siguientes generaciones dieron también grandes futbolistas, baste como ejemplo José Pedro, Tomás “Pirri” José Miguel y otros que se quedaron entre dos generaciones como Vicente, pero esto tendrán que contarlo otros, yo ya no estaba allí para narrarlo.


Este relato es tan solo el tronco de un gran árbol que ha crecido básicamente en una dirección, dejando brotes o tallos sobre él, tales brotes o tallos representan los deportes y acontecimientos que de él crecieron y que entiendo deberían ser contados por quienes lo vivieron de manera más cercana, y así poder completar el gran árbol con todo su esplendor y ramaje.




Tras repasar estos años, que abarcan tres lustros llenos de acontecimientos deportivos, las conclusiones a las que puede llegarse, son y han sido siempre las mismas, y son aplicables tanto al deporte como a todas las facetas de la vida, aquel que siembra y con mimo cultiva, tarde o temprano recogerá el fruto de las semillas.



Pero, ¡ojo! no nos descuidemos, como demuestra la fotografía aérea, las escuelas vuelven a estar casi rodeadas y enjauladas como antaño, y dentro de poco quizás lo estén del todo, cierto que ahora para el deporte están las instalaciones deportivas y que para ellas se utilizó parte del suelo patrimonial, (suelo que se vio revalorizado por su masivo uso colectivo,) pero también es cierto que hubo un tiempo, en que el patrimonio llegaba casi hasta el Guijo, se fue cediendo por amiguismos y para solventar malas gestiones administrativas, tan sólo nos queda esa pequeña mancha verde a la izquierda de la fotografía, para futuras operaciones urbanísticas seria conveniente buscar otras vías alternativas, dirigiendo el crecimiento hacia zonas que hoy tienen menos valor social.



Álbum Fotofráfico. Tal como éramos.

























































Ábum Fotográfico. Tal como somos
































































Crónicas de fuentes fidedignas, cuentan que un buen día, Don Casto Martín, Medico rural de esta Villa, en la que también ejercía como alcalde, recibió la llamada de un gran amigo suyo, Leopoldo Gómez González, periodista por más señas, avisándole de que Samaranch, se encontraba de gira por Cáceres y que pararía un par de días allí, algo le rondaba en la cabeza, a este medico que sin quererlo, si vio un día, con el bastón de mando en sus manos, Don Casto y su familia ocupaban, una de las casas de los maestros, como vivienda y otra como consulta, desde las ventanas de ambas viviendas, se alcanzaba con la mano, el terreno de juego antes delimitado, o lo que es lo mismo, desde su sillón veía correr con ímpetu y entusiasmo a la juventud local, también colaboraba en los ejercicios de gimnasia, junto a Pablo Lajas, por tanto era conocedor del embarrado terreno que había que pisar para tales practicas, terminadas las costumbres o rutinas diaria, le espeta a sus compañeros de partida.- A que no sois capaces de acompañarme a Cáceres a ver a Samaranch, para pedirle que nos aporte alguna ayuda.
Los compañeros aceptan el reto expectantes ante semejante arrojo, ya en Cáceres, localizaron a Samaranch dando una conferencia en la casa de los deportes, con el aforo repleto Don Casto se hizo un hueco a empujones en el interior de la sala, cerca del orador, terminada la conferencia, Samaranch dice.- Si alguno de los presentes, desea hacerme alguna pregunta, ahora lo puede hacer con toda libertad.Y acercándose más para poder ser visto, le dice tratándole de tu, como el había pedido que le hablaran.
- Amigo Samaranch, soy un Alcalde que ejerce la profesión de Médico en un pueblo de esta provincia, a setenta kilómetros de la capital, si no me han engañado, vuestra ruta mañana, si dios quiere, la vais a hacer visitando el pantano de Borbollón y después vais a Plasencia, pues bien, en vuestro camino hacia Plasencia es obligado que paséis a cien metros de mi pueblo, en el que los jóvenes juegan al fútbol y otros deportes en condiciones deplorables, pero llenos de tanta ilusión como los deportistas del Real Madrid o del Barcelona. Mi ruego es que te detengas allí unos instantes…..La intervención del Alcalde de Villa del Campo había sorprendido a todos incluso a sus propios acompañantes, la expectación era grande, el propio Gobernador cambio la cara de sorpresa inicial, por una más sonriente al escuchar a Samarnanch decir.
- Mañana si Dios quiere a las once en ponto estaremos en su pueblo.
Dándole las gracias la comitiva local partió con la buena nueva para Villa del Campo, era un veintinueve de Marzo de 196…..

Me puse en contacto con Loli hija de Don Tomás y de inmediato se puso a trabajar, reunió en su casa a un nutrido grupo y allí pasaron la noche haciendo los preparativos para que al día siguiente todo estuviera en orden y poder sorprender a aquel gran hombre que tanto podía hacer por Villa del Campo.
“A quienes en aquella noche trabajasteis bajo la supervisión de Loli, vaya desde aquí el más grande tributo de cariño y admiración que se pueda tener.”Aquella noche se armo la de San Quintín, se percibía un grato olor a gran día de fiesta, y no fallo, se podría asegurar que quedaron en casa los cuatro enfermos que no podían asistir, aquello era una manifestación a lo grande, hombres, mujeres y niños, iban ataviados con sus mejores galas y todos en el lugar de la carretera por donde tenia que pasar Juan Antonio Samaranch y su sequito, se llegaron a contar entre quince y veinte coches y todos a cual más relucientes, aunque hubiera querido pasar de largo no le habrían dejado, la carretera estaba cortada por el gentío, me traslade al pantano por que me pareció obligado acompañarle hasta el pueblo, al llegar al pantano el sequito se sabia mi nombre y me decían ahora vamos a Villa del Campo, me adelante a la caravana para recibirlo y fui el primer sorprendido, al encontrarme con aquella aglomeración, me acerque a su coche y al bajar me saludo con un fuerte abrazo, su sorpresa y alegría se reflejaba en el rostro, así como la de todo el pueblo, comenzaron a producirse vivas sin interrupción, y para colmo los niños y niñas, cantaron una bonita canción, que en la letra incluía el nombre de Samaranch, todo ello organizado por Loli, al sequito se les notaba sonrientes, fuimos hacia el pueblo, Samaranch no contaba con aquello, sus cinco minutos se convirtieron en una hora, dirigió unas palabras a la muchedumbre diciendo “que la satisfacción que había experimentado en este pueblo tendría su recompensa, además de mi cariño, así se lo prometo a vuestro alcalde, a quien desde este momento lo considero como un verdadero amigo.”
Durante este tiempo un hombre de su confianza, Vicente Bosque Hita, me cogio del brazo y me susurraba cosas que me sonaban a gloria, fue un gran día.
Primero se pensó en hacer el campo debajo de la laguna, pero era un terreno algo escaso, en aquellos momentos trabajaba ilusionado y eufórico en pro de Villa del Campo, nada me paraba, había unas excavadoras a unos diez kilómetros de nuestro pueblo, el subsecretario de Agricultura era un hermano del gran Antonio Hernández Gil, le pedí las excavadoras explicándole las razones y dos días más tarde las tenia en el pueblo allanando, que por cierto no se hizo allí, ya que el aparejador considero más conveniente hacerlo donde esta, mucho nos movimos mis amigos y yo, entre ellos
José Mari, (chemari que en paz descanse) comenzamos las obras en el parque de la cruz, con las primeras 200.000 pesetas que nos mandaron de Madrid.
Continuara……………….

13 comentarios:

Anónimo dijo...

El primer tallo que de momento le sale de este, por lo menos pretendido, gran tronco de árbol, ojalá la gente se anime y haya muchos mas, es continuación o complemento a otros relatos que con o sin conexión entre sí, alguno ya ha sido publicado en este Blog en la entrada fechada a 2 de febrero 2009 bajo el título "Juegos, decires y recuerdos....", o en el foro-ciudad de Villa del Campo.
Nos encontramos a finales de la primavera de 1966, mes de junio, en la escuela, el maestro aquél año, sólo aquél año, era Chemari (Jose Mª Pizarro, qué gran tipo), por aquellas fechas estaba muy reciente el triunfo del Real Madrid en la Copa de Europa (mes de mayo), partidos que en las eliminatorias de cuartos y semifinales tuvimos ocasion de ver por televisión en casa de Chemari. Dado lo avanzado del curso escolar, el buen tiempo reinante y otras circunstancias que seguramente no vengan al caso, algunos días los recreos duraban mas de lo acostumbrado y claro, se dedicaban a jugar al balón, no estoy seguro que ya fuese fútbol, en esto que un día, ATENCIÓN POSIBLE PRIMICIA MUNDIAL, alguien decide que vamos a rotularnos los nombres de los jugadores en la espalda, en la prenda de vestir que lleva cada uno, aquí entran en juego el Madrid y el Barcelona, porque los nombres que rotulamos se correspondían con los jugadores de ambos clubes.
Lógicamente, a mí me corresponde el nombre de un jugador del Madrid, por afinidad, como en ese momento soy un auténtico "chivarraco(*)" de apenas 9 años, no los cumplía hasta julio, me toca el nombre de un jugador que entonces no era titular, que ni siquiera había visto su fotografía y del que lo único que conocía era el nombre, se trataba de Miera, Vicente Miera que ha llegado a ser seleccionador nacional.
Todos nos afanamos en buscar alguien que nos rotulase el nombre, ya se veian los primeros, Amancio, Gallego, Pirri, Eladio y yo, pobre chivarraco no encontraba quien, hasta que por un momento creí alucinar, José "Salao", barcelonista confeso, se prestó voluntario, la verdad es que por un momento me sentí importante, José que andaría por los 14, ahí es nada ¡14 años!, amablemente me rotuló el nombre, Mi-e-ra decía él mientras escribía.
Una vez terminada la faena, me dediqué a mostrar todo orgulloso a los compañeros el nombre, no en vano José "Salao", que era de los mayores de la escuela, se había ofrecido amable y desinteresadamente a escibir el nombre en mi camisa, cuando de pronto, algo no debía ir del todo bien, porque los demás no hacían otra cosa que reirse, en realidad el amigo José, por algo tenía esos 14, había escrito CEROTE, que como bien sabéis es una mezcla de pez y cera que usan, usaban los zapateros remendones como mi padre cuando trabajaba,para encerar los cabos (hilos de cáñamo), para coser los zapatos, también se utiliza el término en sentido figurativo para indicar miedo a un mal posible, pero este no es el caso.
El hecho sirvió para regocijo de casi todos, de casi todos, porque a mí me hizo maldita la gracia, yo en ese momento debí pensar algo así como ¡tierra trágame!, son cosas de la diferencia de edad, ¡ya te valía "Salao"!.
Y termino, el hecho descrito desde luego que no es primicia mundial de nada, aunque desde hace unos 15 años todos los futbolistas profesionales llevan su nombre a la espalda, pero sí es un hecho curioso, que ocurrió hace 43 años, que puede servir para recordar como eramos y si, además, con ello conseguimos entretener al personal, pues tanto mejor.
Un saludo paisan@s.

Antonio Moreno Corrales.

PD: (*) Chivarraco : ver comentario en entrada del Blog "JUEGOS, DECIRES Y RECUERDOS DE AQUELLOS DORADOS AÑOS" (Febrero 2009).

Anónimo dijo...

No se porqué he llegado hasta aquí; pero, poquito a poco y con paciencia, voy a intentar con el titular del blog.El camino ya lo has iniciado<, ahora puede ser el momento, sin desfallecer,de poder hacer algo bonito:"La historia deportiva de un pueblo agradecido". UN SAALUDO

Anónimo dijo...

Emilio:
Se podrá contar esto de mil formas distintas, pero desde luego la pasión y el cariño con el que tú lo haces,llevandonos a recordar una bonita época en la que Villa del Campo tenía mucho que decir en el campo cultural y deportivo, así como exponente de un gran esfuerzo colectivo, es encomiable. Gracias nuevamente por hacernos sentir orgullosos de ser campusos.
Abrazos. Pedro Vicente

Anónimo dijo...

Es un orgullo que me consideres/eis un CAMPUSO más,porque, aunque no por naciniento, siempre MI PUEBLO es y será VILLA DEL CAMPO.Ahí, durante veintitres años,hice lo que supe y pude; me entregué, y no siempre, pienso, con acierto, en cuerpo y alma.Mis mejores años- desde los 23 hasta los 46- siguen vagando por esas calles, rincones y sobre todo con el recuerdo de las personas.
Dicho esto, te comentaré que obra en mi poder bastante documentación, quizá no toda la que quisiera, que pondré a disposición del pueblo.
Siempre estuvo en mi mente hacer donación de ella; pero, no obstante,aunque parte la he pasado a un CD, me encuentro con el problema que han mezclado lo que corresponde a mi entorno familiar con los recuerdos de ahí.Intento que alguien me lo pueda separar. Si lo consigo, de forma inmediata estará en vuestro poder.
Otro:¿ Por qué, sin datos significativos, sabías quién soy?
Saludos y abrazos para todos.

Rafa dijo...

DON CASTO Y DON PABLO
Nunca mejor el DON y con letras mayúsculas.
Dos alcaldes del pueblo, únicos, excepcionales, irrepetibles.
En el blog se narra cuanto hicieron.
No es cuestión de contarlo otra vez.
Pero quiero resaltar:
-- Si importantísimo fue el logro material de lo realizado, tan importante o más fue el cambio de mentalidad que ello generó en el pueblo.
De ser un pueblo indiferente, pasivo, conformista, adocenado ¡Cuántas veces nos dijimos a nosotros mismos "Es que somos como borregos"! pasamos de pronto a ser un pueblo ambicioso, emprendedor, alegre, orgulloso de sí mismo y deseoso de nuevas experiencias, no sólo deportivas, hubo otras facetas socioculturales importantes.
Hasta el punto que fuimos el espejo de los pueblos de alrededor que aquí venían a disfrutar, conscientes de la alegría y hospitalidad de la que hacíamos gala. Lo que propició el inmejorable funcionamiento de bares y comercios.

-- El Contexto. No debemos olvidar el marco en el que se realizó todo este prodigio. Época difícil para la libertad e iniciativas personales.
Me imagino a Don Casto entrando en el recinto de la conferencia atiborrada de escoltas de la época, sintiendo en su alma todo el peso del pavor, tratando de medir cada palabra, cada gesto, cada mirada; esperando que EL PODEROSO tenga a bien escucharlo en positivo y que la habilidad, virtud de los débiles, según Maquiavelo, venza y convenza al poder.
Mucho de esa virtud tuvo que tener el representante de este pueblecito tan pequeño, tan débil y tan alejado hasta entonces.
Lo mismo, pienso, le debió ocurrir a Pablo en más de una de las muchas gestiones que llevó a cabo, ¡Cuántas hubieron de ser cautelosas, delicadas y difíciles!
Recuerdo alguna que otra conversación con él al respecto.
Siempre parco en palabras y en tono suave, pero, hasta un sí o un no de Pablo iba siempre lleno de contenido, cargado, de mensajes y sobre todo avalado por la fuerza de los hechos, de su obra.

-- He oído que quieren cambiar el nombre de algunas calles del pueblo.
A Samaranch como muestra de gratitud se le dedicó una.
Nada hubiera hecho Samaranch sin la intervención generosa y desinteresada de Don Casto y de Pablo.
Es el momento de, públicamente, reconocerle a ambos tan ingente labor.
Propongo que cada uno tenga su calle, nadie puede acumular tanto merecimiento, como ellos y es la mejor forma de mostrarle, el pueblo su agradecimiento.
Aquí queda la propuesta, con el deseo de que fermente y la llevemos a cabo, organizándose desde el blog como corresponda.

¡SALUDOS! RAFA

Emilio dijo...

Me uno a la propuesta, con una variante, aunque no todo el trabajo, que hicieron estas dos personas, fue de manera conjunta, el pueblo en general lo entiende así, es decir, la memoria colectiva no separa al uno del otro, por tanto entiendo que deben ir juntos, en una sola calle, CALLE DE DON CASTO Y DON PABLO, que es como el pueblo lo entiende.
Emilio Moreno.

Anónimo dijo...

De acuerdo con las propuestas, me inclino por la segunda, nombre conjunto "Calle Alcaldes Don Casto y Don Pablo".
Ahí es nada, así de sencillo, así de complicado.
Ahora me pregunto, Rafa, Emilio : ¿cuál de los dos es mas ingenuo?
En el contexto actual ¿de verdad creeís que es posible?
Pero si estamos rascándonos la barriga.
Un saludo.

Villa del Campo dijo...

Sí tener fe, es creer en lo que no vimos. Creer ha de ser, tener fe en que lo imposible, sea posible.

MINERA dijo...

No se trata de ingenuidad sí ingenuidad no.
Todos notamos con cierta nostalgia que aquella energía imperceptiblemente languidece, se diluye y hay quien no se está enterando, que parece que el pueblo, otra vez se durmió, no sé si el reposo del guerrero o la siesta de la osada ignorancia que en otros lugares aparece vestida con palabras de seda, pero vacías, huecas y vanas.
Todos vemos que, aún hoy día se vegeta de las rentas de entonces, sin tan siquiera una mínima suma de novedad, muy al contrario, se restó lo más importante, ese poder de llamamiento entusiasta y contagioso que nos hizo ser todos UNO.
Quiero pensar que de aquel brasero todavía queda un poco de “rescoldo” y que con él se volverán a prender otros y otros cálidos braseros.
Quiero, en fin, pensar, que el fatigado guerrero, después de su merecido descanso volverá, enérgico y vigoroso a la carga.
Pero se ha de comenzar por no olvidar aquel pasado que nos hizo grandes, es la mejor forma de no equivocarse de nuevo, y lo primero que debemos hacer, porque somos bien nacidos, es mostrarle nuestra gratitud a los singulares artífices de ese glorioso pasado.
Y termino con una cita que leí hace unos días y me gustó:
UTILICEMOS EL PASADO COMO TRAMPOLIN, NO COMO SOFÁ.

SALUDOS MINERA

Pedro Vicente dijo...

De acuerdo en las propuestas que se hacen, aunque creo que a Don Pablo, al que traté, por edad, más que a Don Casto, y aún hoy cuando nos encontratmos echamos alguna parrafada no exenta de complicidad y complacencia; creo que le haría bastante más ilusión ver su nombre en la "agencia de lectura, o en las pistas polideportivas", no en vano ambos lugares fueron significativos en su momento, sin olvidar el teleclub por supuesto. De todasa maneras me sumo a que bien se merecen un reconocimiento colectivo por haber sido capaces de generar y gestionar la ilusión de nuestro pueblo. Contas conmigo para ello. Pedro Vicente

Anónimo dijo...

Recuerdo que no entrábamos a la escuela "ni a dos tirones" y seguíamos jugando al balón.Don Pedro nos propuso que si entrábamos
bien a la escuela nos llevaba a jugar contra Pozuelo,tardaba tanto en cumplirlo que un día nos fuimos solos y sin su permiso.

También recuerdo a LOLI la de Perico y tía Goya ,que los monitores le vieron unas cualidades
para el atletismo extraordinarias y
le propusieron a la familia llevarla a Cáceres a estudiar o algo así ,que le buscarían una beca , y no aceptaron. ¿ Qué hubiera sucedido si aceptan?

Villa del Campo dijo...

Al anonimo de las 12:31 del 7 de Julio.
Recuerdo este hecho con bastante claridad, no quise incorporarlo en la entrada, porque el Bueno de Don Pedro, no se merecía lo que le hicimos, a pesar de todo, el nos dio toda una lección, no hubo castigo, se limito a una regañina y nos dio a entender, que así no se hacían las cosas, como es lógico los de Pozuelo no se presentaron a la cita y sí a la escuela, esto nos sirvió de escarmiento y dejo a cada uno en su sitio.
He de reconocer, que aunque no pueda sacarse, una parte positiva de este hecho, al menos demuestra y confirma, la tremenda afición que había y hasta donde éramos capaces de llegar con tal de jugar al fútbol, creo que visto así, cambia un poco, el feo que le hicimos a Don Pedro, y tal vez tenga cabida dentro de la entrada, si te animas a contar aunque sea de manera privada, en el email que aparece por varios sitios del blog, los por menores, de cómo se formo esta espantada, o bien como comentario ampliando la forma y los motivos, animo y adelante.

Anónimo dijo...

Antonio ,recuerdo el momento de ponernos el nombre en las camisetas y el "salau" se paso,nos reimos ,ya lo se ,pero despues por la espalda tambien te deciancerote de vez en cuando . y tu fuiste el primero en probar el cuero y no la vara que utilizaba,para que siguieramos el camino recto.No recuerdo el nombre que le puso al dichpso cuero pero tu cobraste con un ¡ponga usted la mano que le voy a pagar¡recuerdo la primera vez que vi a don Pablo; a la entrada de la escuela,me dijo: ¿usted es nuevo? el curso habia comenzado hacia dias.Nos decia usted ,porque venia de sevilla y por lo visto alli se estila mucho eso de usted. Yo lo recuerdo con agradecimiento.Gracias a el salimos algunos , fuera del pueblo a recorrer el mundo .Peru no se que tieni esti pueblu , no se que es,porque me llama siempri volvel a el. siempri sere porque enel vi la luz primera;campusu soy y sere naidi me lo pue borral de mi menti,un saludo a todos y a todas, campusus-sas -campeñas-capeñus...