jueves, 18 de septiembre de 2008

ERMITA DE SAN FABIAN Y SAN SEBASTIAN



Aunque con los escasos datos de que se dispone resulta complicado ubicar con exactitud la desaparecida ermita de los Santos Mártires San Fabián y San Sebastián, si permiten al menos acercarnos bastante a ella.
La información data de 1791, el Ayuntamiento informa a la Audiencia de Extremadura, que en la villa hay cuatro ermitas, una dentro de la población, (San Blas) y que continua a la población esta la del Santísimo Cristo de los Desamparados, otra junto a la población dedicada a los Santos Mártires San Fabián y San Sebastián, y otra, a tres cuartos de legua de dicha población, (Nuestra Señora de Gracia), por el modo de hacer esta descripción, cabía pensar que el edificio que hubo el la barrerita el fraile, era dicha ermita, reunía muchas condiciones y el testimonio de varias personas, de algún modo lo justificaban, tampoco se aseguraba categóricamente, se decía que era un punto más que probable, en ningún momento se descarto la otra posibilidad, que era sostenida por algunas personas y por la famosa canción.

San Sebastián valeroso,
vecino de la laguna,
oye cantar a las ranas
desde las doce a la una.

Ahondando en el tema se ha recopilado información tanto oral como testimonial de quienes recuerdan, haber visto los cimientos y de otros que en algún momento oyeron hablar de ello y se llega a la conclusión de que el edificio que había en la barrerita el fraile era un convento y la ermita estaba en el alto de las eras, a la derecha del camino que subía entre la laguna y el pozo de los grifos, más o menos dicen que, no muy distante del parque nuevo, y más cerca de los cercados, de este modo, la información del cid y la versión de la canción, ha resultado ser autentica y acertada, aunque por aquello de la rima, limita la percepción a una hora, este enclave es perfectamente compatible o más si cabe, con lo relatado por el prior sobre los festejos que hacia la cofradía de la Misericordia el día 20 de Enero (ver San Bertol) y que consistia en consumir una vaca entre los pobres como se hacia tiempo atrás, o repartir pan, queso y vino entre estos, por valor de 210 Reales de Vellón, y que parece lógico, que se hiciera en las proximidades de la ermita y en ambiente festivo, y para ello había que disponer de un espacio abierto y amplio.
Gracias a todos los que habéis colaborado, en esta ubicación y perdón por el error.

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