es un caso sin igual,
en el Campo da las horas
y en Santibáñez los cuartos dan.
Desde los tiempos más remotos, las torres, ejercieron influencia como símbolos de grandeza y poder, la altitud de ellas, tenia gran significado en el orden jerárquico, y la que nos ocupa no podía ser menos.
Si las Iglesias demostraban su poder mediante campanarios y la nobleza amasaba fortalezas como símbolo de grandeza, es de suponer que el Ayuntamiento, con esta torre mostró el suyo.
Quizás no fue de manera intencionada pero una parte del reloj está construida sobre un considerable arco de la antigua ermita de San Blas, de ser intencionado el hecho, situaba al poder civil por encima del eclesiástico, y no seria de extrañar que así fuera, por esas fechas clérigos y civiles andaban a la gresca, en cualquier caso el hallazgo nos permite acercarnos a la ermita de San Blas, conocer sus dimensiones hacia donde estaba orientada, etc. etc.
Además de demostrar el poderío que por aquel entonces ostentaba, la altitud hacia que desde todos los puntos locales se oyera, dependiendo de la dirección del viento, el martilleo sobre la campana, marcando las medias y las enteras, en varios kilómetros a la redonda, los cuartos como dice la cancioncilla ya se sabe donde los daba.
Debió ser todo un acontecimiento, conocer la hora sin moverse de casa, atrás quedaba el malogrado reloj solar del pósito y el medio día marcado cuando cesaba la sombra del campanario sobre la cruz del esquilón, aunque este siguió marcando referencia durante largo tiempo tras el permanente cambio horario, allá por los años 40, y que tantos quebraderos de cabeza causó a la población, tanto físicos como síquicos, se cuenta que el rechazo fue tal que la benemérita solía preguntar la hora, a quien le contestaba con la hora antigua, solían darle un cachete, (por no decir otra cosa). Hoy ya no es imprescindible anunciar la hora, pero mantiene intacta su simbología, y resultaría extraño que dejara de funcionar, personalmente conocía la maquinaria, gracias a Clemen, en alguna ocasión, subí con él a darle cuerda, ver el reloj por dentro puede que no esté a la altura de todos, por ello desde estas páginas brindamos a los Campusos la oportunidad, de que contemplen el mecanismo que hay tras la esfera y las agujas que nos muestran y dan las horas sin descanso, no es el de la puerta de sol, pero tiene secretos y encanto, en el interior de la torre guarda casi escondido un gran arco, mudo testigo de su anterior grandeza y poderío.
Según Madoz, el Ayuntamiento fue construido en 1843, con escuela y cárcel en el mismo edificio, en la que fue ermita de San Blas, con una elegante torre, en la cual se colocó el reloj de la Villa en 1844.
Como puede apreciarse, la fecha que da Madoz, no concuerda con la del fabricante del reloj, un nuevo error sobre nuestro pueblo, del aclamado diccionario que se suma al del Rey Castellano, que da pueblos en territorio Leones, incluso antes de que estén concebidos.
Álbum Fotográfico del Reloj
Gracias a J.G.N por las fotos y a Merce por facilitar el acceso, sin ellos no hubiera sido posible hacerlo.
1 comentario:
Muy interesante e instructivo, como siempre. No se de donde sacas toda la documentacion, pero es un bonito gesto el que la compartas con el resto de campusos que visitan este blog
Saludos, Jorge
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