Años atrás, el citado nombre, debió ser bien conocido, no en vano, al menos hasta comienzos del siglo XIX estuvo activa una fundación creada por él, a finales del siglo XVII conocida como fundación Pedro de Campos. (No se incluye que la fundación llevaba su nombre, por considerar que ese no era su autentico nombre).
El motivo por el cual el enterramiento puede y debe calificarse de extraordinario es por su rareza, no era, ni es común el doble enterramiento sin que haya entre ambos difuntos vínculos familiares, talvez pudo haberlos afectivos, en el más estricto sentido de la amistad, aunque sus vidas pudieron discurrir muy alejadas la una de la otra.
Los datos que conocemos, sitúan a Pedro de Campos como natural de esta villa, así consta en algunos escritos, incluido el sepulcro, el Prior Josef de Sotomayor describe textualmente el contenido de la inscripción sepulcral con motivo del interrogatorio del Geógrafo de los dominios de Carlos IV, don Tomás López, y añade que se trata de un sujeto que falleció en Sevilla, cuyos restos habían sido conducidos hasta esta parroquia por mandato propio, disponiendo además que en la misma urna, con sus huesos se depositasen los del Prior que en aquel tiempo residía en esta villa, dejando en su última voluntad una capellanía fundada en esta villa y otras donaciones, mandas y legado, según constaba en su testamento y codicilo, prosigue Sotomayor que todo se cumplió con el remanente de sus bienes que eran muchos, adquiridos en América y Reino del Perú, aunque su origen fue de esta villa.
Hablando sobre la fe cristiana reflejada en el cementerio parroquial, en una de sus infinitas y extraordinarias novenas, encontramos una exposición de Don Tomás en el sentido de que a su modo, Pedro de Campos quiso manifestar su fe con ese enterramiento de la Iglesia, añade que era hijo de Lucas y de Maria y que fue servidor del Prior Gonzalo de Valdivieso, que el día 3 de Agosto de 1592 otorgó testamento en Sevilla, fundando capellanía y la consabida disposición del enterramiento.
En el catálogo de pasajeros a Indias, consta que uno de los pasajeros que embarca el día 8 de julio de 1551 rumbo a la Isla de la Española, lo hace como Pedro de Campo, natural de la Villa del Campo, hijo de Lucas Izquierdo y de María Halcón.
A simple vista cabria pensar que este Pedro de Campo, nada tendría que ver con el hijo de Lucas Izquierdo y de María Halcón, nacido en la Villa del Campo, no hay coincidencia de apellidos y localidades con el nombre de Campo había varias en la geografía Española, la realidad es que el dato de los apellidos no influye a la hora de embarcar, el sujeto que embarca con el numero de contratación 5217A,N.7,R,13 (la contratación era indispensable para poder embarcar) lo hace con el nombre atribuido de Pedro de Campo, es decir Pedro toma como apellido el nombre de su pueblo, para el nuevo mundo es Pedro de Campo.
El cambio de nombre o apellido era practica común entre quienes saltaban el charco, los nombres y apellidos de los padres, eran datos necesarios para la contratación ya que había que acreditar que se era cristiano viejo, razón por la que el expediente de información y licencia de pasajero mantiene la estructura de partida de nacimiento o fe de bautismo, la misma formula que la empleada por Don Tomás (sin que este conozca los datos del embarque) y que sin duda proceden de la fe de bautismo, los demás datos conocidos concuerdan correctamente con la fecha del embarque y la del testamento, y hacen a Pedro de Campo contemporáneo de Gonzalo de Valdivieso, el ostentoso capital que expone Josef de Sotomayor, es justificable con las fortunas hechas por algunos indianos.
Por todo lo expuesto tenemos a Pedro de Campo abriéndose camino en América y el Reino del Perú, según explica Sotomayor.
Acaparada la fortuna Pedro vuelve a España y se afinca en Sevilla, por algún motivo, vínculos familiares, amistades, demostración de riqueza o cualquier otra necesidad Pedro se acerca a su tierra y entre otras cosas se encuentra con Gonzalo de Valdivieso, que bajo su Priorato, por esas fechas se estaría construyendo la actual Iglesia, sin duda Valdivieso seria el hombre más culto e influyente de la Villa del Campo, su pasado como Subprior del convento de San Benito de Alcántara y por tanto de la Orden del mismo nombre, Capellán de honor del Emperador Carlos V y la Mayordomía que tuvo con el Obispo de Coria, harían de él, un personaje sin rival en varias leguas a la redonda, la amistad entre el indiano y el fraile no se haría esperar, la influencia del ahora Prior de Santibáñez y rector del Campo (titulo que el mismo se otorga) en la Orden de Alcántara, pudo hacer que esta le nombrara Caballero y talvez usara semejante procedimiento para hacerse con un escudo de armas, (haciendo bueno el poema de Don Francisco de Quevedo, poderoso Caballero es Don Dinero) este a cambio funda capellanía, hace donaciones y costea el enterramiento en el mejor de los sitios posibles, asegurándose un puesto de honor por los siglos de los siglos.
Indagar sobre este Campuso que se adelanta al Quijote Cervantino, uniendo al suyo el nombre de su pueblo, ha sido de lo más complicado de cuantos trabajos se han realizado, debido a lo contradictorio del nombre atribuido o adoptado, y la presencia de los apellidos paternos en los informes de contratación hacían que el tal Pedro se resistiera demasiado, lo expuesto significa un gran avance en el conocimiento de uno de los hijos más notables del pueblo, pero hay mucha documentación sin poder ser revisada por falta de tiempo y medios, “La mies es mucha, los operarios pocos” (o algo similar dice el Evangelio) entre otras muchas cosas aún falta por conocer si el escudo es de Campos o Valdivieso y un sin fin de papeles localizados esperando que alguien pueda leerlos.

Fotos Propias y de J.G.N.