martes, 23 de junio de 2009

EL “ZAJUMO” EN LA NOCHE DE SAN JUAN

La Noche
Desde los tiempos más remotos viene celebrándose el solsticio de verano, como triunfo de la luz sobre la oscuridad, en el instante en que el sol se halla en su máximo esplendor.
Cuenta la tradición que el hombre primitivo observaba que a partir del solsticio de verano el día menguaba, por lo que hacia necesario vigorizarlo, simbólicamente encendían hogueras, pretendiendo apoyarle para que no decayera.
Partiendo de estas remotas creencias, el ser humano ha seguido haciendo todo tipo de rituales durante esa noche.
La mitología griega, llamaba a los solsticios “Puertas”, la de verano la consideraban de los hombres y la de invierno de los Dioses, por ellas dicen que corría un flujo energético, aprovechado por los magos para sus fines.

El Fuego
El fuego es el mejor hallazgo del hombre, gracias a él, pudo prevenir epidemias, calentarse, iluminarse, construir útiles y mejorar su alimentación, se le atribuían los mismos poderes mágicos del sol, pues creían que era parte de él.
Su poder anti-infecioso hacían de él un elemento indispensable, regenerador y liberador, se apelaba a él con el fin de librarse de males, al mal se le asocia con la oscuridad y al bien con la luz, de ahí que desde siempre el fuego ha sido objeto de adoración.



Las Hogueras
El rito de las hogueras proviene de las ya mencionadas para ayudar a que no decayera la fuerza del sol, más tarde fueron derivando hacia hogueras purificadoras que aniquilaban lo dañino y perjudicial, y unido a las plantas aromáticas que quemaban, desinfectaban los hogares y ahuyentaban los malos espíritus.
Los Celtas celebraban una fiesta que llamaban “Fuego del Bel” o Bello Fuego, encendían hogueras y las saltaban con una pértiga, luego los Druidas, hacían pasar el ganado por delante del fuego para purificarlos y curarlos de males, las cenizas se utilizaban para fertilizar los campos y pasando estas por la parte enferma curaba sarpullidos, callos, grietas y demás enfermedades cutáneas.

El Agua

El agua es otro de los grandes símbolos de la noche de San Juan, en el culto al agua, el ritual se asocia con la purificación exterior e interior del hombre, las creencias de sus virtudes son muy antiguas, durante esa noche lo más característico es bañarse en el mar, lavarse, revolcarse o pisar descalzo el roció del amanecer, para asegurarse la salud de todo el año, se tiene la creencia de que al menos hasta el amanecer esas aguas tienen poderes y curan enfermedades cutáneas, tanto en personas como en animales, también solían rociar con ella los rincones de las casas, por ello las recogían y las guardaban como un bien preciado.

Otra parte del ritual son las plantas, que en esa noche se creen milagrosas, o con poderes curativos las más conocidas son el trébol y la verbena, planta que da nombre en muchos lugares a la celebración, y posteriormente, nombre genérico a las fiestas veraniegas.

Saltar, bailar o pasar por delante del fuego, son costumbres muy arraigadas, bailando se daban gracias por las cosechas y por disponer de más horas de luz, al saltar se quemaban los malos recuerdos.
Ovidio relata en los fastos “encended los fuegos, haced pasar vuestros miembros generosos a través del fuego crepitante”.
Según antiguas creencias se afirmaba que saltando por encima de las hogueras y aspirando su humo, se podía conseguir la curación de maleficios, protección de animales dañinos, incluso la garantía de matrimonio.

Salto por encima
del fuego de San Juan,
para que no me muerda
ni perro ni culebra.


Si cortas la verbena
de la noche de San Juan,
te librara de culebras
y de todo mal.


Cristianización

Lo que comenzó como un rito, con claras raíces paganas, fue tomando forma religiosa y cultural, en el solsticio de verano tenían lugar las mayores celebraciones regeneradoras y la cultura cristiana, colocó en esas fechas a San Juan Bautista, regenerador donde los haya.
El Evangelio de Lucas, narra que en los días siguientes a la anunciación, (25 de Marzo) Maria fue a visitar a Isabel, su prima, y especifica que esta se hallaba en el sexto mes de embarazo, por tanto no resulta difícil hallar la fecha aproximada del nacimiento del Bautista, San Juan es el único Santo que se celebra en el día de su nacimiento y no en el de su muerte, como es tradicional, por tanto hay un motivo por el cual la Iglesia pudo utilizar esa fecha, copando de este modo los solsticios, el de invierno con la Navidad y el de verano con el Bautista.
San Agustín, gran maestro de la Iglesia, justifica la conmemoración del nacimiento por que fue santificado en el vientre de su madre y fue digno motivo de alegría para la humanidad, tener entre ella al que anunciaría la proximidad de la redención.

Expuestas las características genéricas y ancestrales, si la celebración es o no, heredera de rituales, prácticas o costumbres, es algo que cada uno ha de valorar desde sus propias creencias o experiencias.

V I L L A D E L C A M P O

En lo que a Villa del Campo se refiere, las costumbres que llegaron a nosotros, tienen un marcado acento religioso, con algunas connotaciones clásicas de las tradiciones adoptadas por la iglesia, debido quizás a que la fundación de esta, como la mayoría de las poblaciones cercanas, es al menos seis siglos más tarde, de que el cristianismo adoptase la tradición pagana, y por ello no se queman enseres viejos que simbolicen deshacerse de lo pecaminoso si no de hogueras hechas con aromáticas plantas purificadoras: Tomillo, romero, brezo, retama … específicas de nuestro término (Media montaña) que sirvieron de alfombra en las calles por donde pasaba la procesión, e impregnaron de aromas silvestres el caluroso Corpus que relucía más que el sol.
Se abrían de par en par las puertas, procurando que el humo entrase en las casas, así se reforzaba aún más esa energía espiritual que impedía la entrada hasta el próximo año, de los malos espíritus representados por la culebra, “Pa que no entre la culebra en to el año”.
Cuando la hoguera decaía, se solía coger los tizones humeantes, bien en una lata o brasero y con ellos se zahumaban todas las dependencias de la casa.
También era frecuente, durante el amanecer, recoger ciertas plantas, que al ser tomadas como infusión, sanaban dolores estomácales.
Y algo tan sumamente curioso, como insólito, consistía en sacar un cubo de agua de un pozo, romper y verter en él, un huevo y este tomaba en el agua, la figura del Santo que se deseara, todo ello había que realizarlo mientras sonaban las doce campanadas, posteriormente la figura se descomponía.

Pero quizás, lo más ancestral y a su vez Céltico, sea esa costumbre infantil y juvenil de, en frenética carrera, recorrer las calles del pueblo, saltando las hogueras dejando atrás lo pasado y enfrentándose al futuro, representado en la siguiente hoguera.


ZAJUMU
"Ritu tradicional religiosu "

Saca el tomillu Gertrudis
qu'el zajumu ya'mpieza,
ya'stán la genti en las callis
encendiendu las hogueras.

Ya se ven las jumareras
saliendu pol tóas partis,
de los álamus a las viñas,
d'elaltu a los cortinalis.

Dati príesa mujel, no tardis,
ya s'oyi l'algarabía
que forman los zagalis.

Echalus tós de gorpi
paqu'al ardel se jaga
una lumbri más que grandi,
p'aque salga muchu jumu,
que p'auyental el mal
la casa tíe qu'ajumalsi,
p'aque salgan las llamas
porencima de las de'lalcaldi,
que se noti qu'en esta casa
lo jacemus tó a lo grandi
y se chamu'squin una miaja
los muchachus cuandu saltin.

Es la nochi de San Juan
y na pué pasali.

Míales ya vienin corriendu
saltandu tó lo qu'ardi.
¡ Atízala p’aque no s’apagui!

Qué contentus se van a ponel
cuandu la vean tan grandi.
Ya s'acerca la caterva,
se detienin.....la rodean,
a saltal no s'atrevin.

- ¡ Que no se diga!
Echal carrerilla
y jala p'alanti,
qu'el tomillu esta bendecíu,
sirvió d'alfombra
en la procesión del Corpus.

Es la nochi de San Juan
y na sos pué pasal.

El rubiu qu'es mú espigáu
y mú echáu p'alanti,
al gritu de gallina quien no salti
d'una zanca l'asaltáu
sin apenas chamuscalsi,
los demás le van siguiendu
dend'el más chicu al más grandi,
enfilandu van la calli abaju
saltandu las lumbris a paris.

Es la nochi de San Juan
y na les pué pasal.

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