viernes, 17 de junio de 2011

Puertas y Dinteles de Villa del Campo


Recorrer atentamente los rincones, calles y plazas de nuestro pueblo equivale a redescubrir parte de su historia, a menudo a la vuelta de cualquier esquina, surgen pequeños grandes detalles, que silenciosamente nos hablan de su pasado, detalles muy presentes, que a fuerza de verlos pasan desapercibidos ante nuestros ojos.

Entre los citados detalles se encuentra la simbología esculpida en el granito de los dinteles de las puertas, cuantas veces de manera indiferente los hemos visto sin tan siquiera llegar a preguntarnos cual podía ser su origen o significado.

La búsqueda de protección o amparo ha sido constante en la propia evolución del hombre.

Colgar o colocar amuletos o símbolos en la entrada del lugar de morada, es una costumbre tan antigua como la vida misma, de algún modo las diferentes culturas lo han hecho, acorde con sus creencias ancestrales o religiosas, enumerar aquí las múltiples formas utilizadas resultaría largo e improcedente ya que la mayoría estaría muy distante de nuestras posiciones, razón por la cual nos acercaremos a la más cercana y que pudo dar origen a la que nos ocupa.

En el libro del Éxodo, capitulo 12, además de especificar como se ha de sacrificar y comer el Cordero Pascual, Jehová indica a Moisés, que con la sangre del cordero marquen las columnas y dinteles de las casas donde estuviesen, el vería la señal y pasaría sin causar daño a sus primogénitos.

De algún modo, esta tradición judía la retomó en el siglo XV San Bernardino de Siena con el Crismón o Monograma del Santísimo Nombre de Jesús, IHS también conocido como Jesús Hombre Salvador o Jesús Salvador de los Hombres, San Bernardino fue un gran predicador franciscano y el impulsor del Santísimo Nombre de Jesús, al final de sus sermones mostraba una tabla con el monograma IHS con la que bendecía a la multitud congregada y les pedía que la ubicasen en las puertas de sus ciudades y casas, (dicha tabla es venerada en Santa Maria Ara Coeli de Roma).

Esta práctica difundida por los franciscanos, con el tiempo se hizo costumbre, y se fue extendiendo por todo occidente, a dicha práctica se añadió el Ave Maria, que llegó a ser muy frecuente, más tarde el monograma de Jesús aparece con una cruz sobre la H que representa el emblema usado por los Jesuitas, extendida la tradición fueron surgiendo múltiples variantes, que se grababan o esculpían sobre los dinteles, si estos eran de piedra, (básicamente granito) variando la complejidad de las inscripciones según la ostentación o religiosidad del propietario, otras más simples, se limitaban a poner la fecha de fin de obra y una cruz con mayor o menor acierto artístico presidiendo el dintel.

Fachadas con portadas de columnas, dinteles, puertas claveadas y anagramas idénticos a los expuestos, había muchas en Villa del Campo, lástima que la piqueta demoledora haya reducido considerablemente esta popular expresión sobre el granito, material noble, sólido, bello, práctico y muy propio en las columnas y dinteles del tipo de viviendas de nuestro pueblo, la tradición de buscar protección divina no se detuvo en los dinteles de las puertas, se extendió también a ventanas y rejas, (aún quedan en nuestro suelo buena muestra de ellas, algunas nos recuerdan orgullosas y esbeltas su pasado Alcantarino) el dato de la fecha proporciona información de hacia donde crecía el pueblo o la procedencia de la trasformación que llegó hasta finales del siglo pasado.

No hay mejor fórmula de conservación o protección de estos inmuebles que la propia concienciación, las leyes de obligado cumplimiento no siempre se ajustan a las necesidades particulares de los propietarios, ser consciente del bien común que puede generar mantener este tipo de fachadas, ayuda a buscar soluciones tolerantes con el ámbito rural y tradicional sin renunciar a las comodidades o calidad de vida que puedan aportan las nuevas construcciones, dicha concienciación podría ir acompañada de rebajas fiscales o algún plan de ayuda estatal que compensara el posible trastorno al propietario.

Antes de que disminuya más el número de estas singulares fachadas y con el fin de aumentar la concienciación sobre ellas, dejaremos testimonio de su presencia, antes de que del todo desaparezcan.











































 




 Ampliando las fotos pueden apreciarse los detalles de los dinteles con mayor resolución, los más curiosos y representativos aparecen bajo estas líneas, no se ha hallado ninguno con el monagrama que dio origen a la costumbre, pero hay bastantes bajo el amparo de la cruz, entre los más curiosos pueden citarse dos dinteles, que además de la protección divina, buscaron también la del anterior régimen, añadiendo al dintel el conocido símbolo de la victoria, en ningún caso estos símbolos han causado molestias o descontento alguno, pasando totalmente desapercibidos, la gran mayoría ni nos habíamos percatado de ello, a pesar de que uno está en un lugar particular que fue publico muy concurrido por locales y forasteros, otros están puestos del revés o con identidad propia, en la genuina ubicación de los numeritos sobre las inscripciones, sin comentario.

Fotos cedidas por J.G.N. Camelia y Minera. Gracias a los autores, sin ellos no habría sido posible. Gracias.