lunes, 20 de septiembre de 2010

Nueva Entrada

La Entrada del Partido Casados contra Solteros, del día 20 de Agosto, se encuentra Cuatro entradas más atras, tras la de los papeles de Simancas.

viernes, 10 de septiembre de 2010

El Puente de la Reina Ampliado, añadida la segunda y tercera parte y más fotos

                                        Reencuentro en la Reina

SÓLO LO VI UNA VEZ Y DESDE NIÑO YA SOÑABA CON ÉL.
Hoy, por fin volví a su lado y fascinado, se realizaron mis sueños. Para él no pasó el tiempo.
-Te fuiste ayer y has vuelto hoy, ya ves qué corta ha sido la espera.
- Me dijo a lo Fray Luís de León.
- Aquí sigo formando parte de esos largos y frecuentados caminos de antaño. Sé que a ti y a los que tú y yo sabemos os gusta llamarnos CAMINOS DE LA VIDA, AUTOPISTAS DEL PASADO y dices bien, si yo te contara….
-Pues ardo en deseos de escuchar tus historias.
-Le contesté, entre anhelante y nervioso.
- Él, todo enfático e importante prosiguió.
- Por mí han pasado reyes y reinas, príncipes y princesas,
Obispos y cardenales. Pueblos, pueblos y pueblos.. Unos hacia la Dalmacia, otros a Puerto Viejo, otros para la Guinea y todos hacia un mismo destino: CASTILLA Y LEÓN.
- Mientras, embelesado le escuchaba, intenté hacerle unas fotos, pero, ni el pulso ni la situación eran los adecuados. Abandoné la idea y me abandoné a sus… no eran palabras, hay otras formas de comunicación, no sé si más perfectas, pero sí más intensas y más vivas. Ahora entiendo eso de “Sobran las palabras” o “No se puede explicar con palabras” o” No hay palabras”.
- Secretos, guardo muchos; tesoros, algunos. Estas tierras están cargadas de unos y otros, incluso de mucho antes de aparecer yo por estos lares.
- Y forzado por la curiosidad empedernida voy y le suelto.
- ¿Será a mí a quien se los cuentes?
- Con gesto Impávido, emite Impertérrito, un granítico y frío.
- Yo vine aquí para unir caminos y guardar la historia, no para contarla, para eso estás tú y los otros, de sobra sabes que ciertas cosas no se cuentan; se buscan, se investigan, se estudian. Hazlo así y entonces estaré a tu lado y te abriré mi pozo de sabiduría.
- Aunque no mucho, algo he hecho de eso.
- Le dije dubitativo.
- ¡Necio de mí! Se lo puse en bandeja Y me respondió cargado de mordaz ironía..
- Por eso, aunque no mucho, algo sabes.
Mas queda mucho por saber. Seguro que cuando el tiempo y las circunstancias lo favorezcan, otros terminarán
Lo que algunos habéis comenzado.
Yo llevo esperando paciente más de cinco siglos, no me importa esperar otros tantos, siempre y cuando las alimañas expoliadoras no acaben conmigo. Ya ves que me faltan algunos sillares en la pared de seguridad. No es que me los tirara Tío Crisanto cuando se cayó de mí para abajo ¡Qué va! Es que me los robaron esos desalmados expoliadores.
Y si lo siento es por ti y todos los que lo intentáis con el único medio de vuestro entusiasmo.
- Viéndome inseguro, rendido y cabizbajo, hace que me lleguen halos de quietud y calma y como si fuésemos amigos de toda la vida, así me lo hace sentir, volvemos a encontrarnos a gusto y cambia el tercio a lo más próximo.
-Aún me llegan vivas las imágenes de vuestros abuelos y padres, subiendo mi cuesta o bajando mi pendiente, todos fatigados con sus carros cargados de trigo, fustigando con mil palabrotas la yunta de los somnolientos bueyes o poderosos percherones que por fin, llegan a moler al molino de Tío Crisanto.
- Ahora es él quien se pone melancólico.
- Pero hoy lo que impera por aquí es la soledad más inmensa, la más honda nostalgia y el más profundo de los silencios.
Sois los últimos que me tenéis en el recuerdo, generaciones posteriores nada saben de mí, aunque de nada les culpo.
- Claro que saben de ti, yo les escucho muchas veces hablar del Puente de la Reina.
- Le digo en tono amigable, a lo que él me responde ya entre bromas y veras.
- ¡No seas ignorante! Sólo pronuncian mi nombre, pero no se refieren a mí, sino, al puente que está allí arriba, en la antigua carretera del Carrascal, justo donde el camino de siempre enfila para Hernán Pérez y que casi se ve desde lo alto de mí y que, como bien sabes, ni es el puente de la Reina ni está en Ella.
-Algo enfadado lo intuyo, aunque alardee de impasibilidad y otras insensibilidades ante nuestros sentimientos o facultades.

Las vacas de la Reina perturbaron nuestra idílica estancia y ya despiertos regresamos, dejando, como manda la ley del campo, las porteras tal como nos las encontramos, esta vez, todas cerradas, así que las abrimos lo justo para salir y todas las volvimos a cerrar.

Minera




                                   EL PUENTE DE LA REINA (Parte 1ª)

Muchas son las veces que hemos oído hablar del Puente de la Reina, aunque tan solemne definición, tal vez tan solo esté presente en la nomenclatura local y popular.
El Puente se halla sobre el río Tralgas, en la divisoria del término de Santibáñez el Alto con Villa del Campo, río de escaso caudal para un puente tan excepcional.
Su estructura granítica (cantería) la componen dos majestuosos tramos muy abiertos, con sendos arcos de medio punto, que descansan sobre un vistoso pilar central y sobre robustos contrafuertes en los laterales, sus arcos de considerable altura, sobrepasan el nivel de la vega por el que transcurre el cauce, formando un conjunto de singular belleza.

Entre las numerosas características del fabuloso puente, además de su robustez y bella ejecución, sorprende que se halle, alejado de las vías de comunicación y sin acceso publico, (razón por la cual sabemos de su existencia, aunque no todos tuvimos ocasión de verlo) en una zona en la que solo era necesario salvar la corriente cuando la había y a tan solo 700 m. de la desembocadura del mencionado río en el Árrago del que es afluente.
Visto así, no resulta fácil entender que hace en medio de la nada un puente de semejante magnitud, su misterio se amplia aun más si consideramos que el Árrago, río de mayor caudal, carecía de puentes en la zona hasta mediados del siglo pasado y había que vadearlo, bien por el vado viejo, kilómetro y medio río arriba, o por el de Palacio a menos de 3 Km. río abajo.
Quizás su antiguo nombre Puente de los Molinos de la Reina, lo defina mejor y ayude a desvelar su pétreo misterio.
Ni que decir tiene que se encuentra en desuso, (ningún camino conduce a el) y totalmente desprotegido, abandonado, dejado de la mano de Dios, y tal vez las autoridades a las que compete dicha construcción ni tan siquiera tengan conocimiento de su existencia y valía, y de tenerla, como esto, aunque muy bien colocadas, solo son unas cuantas piedras, que no dan votos ni proporcionan paginas en los diarios, no les importara nada que se deteriore o se venga abajo, probablemente tenga más valor cuando esto ocurra, cuando sus bóvedas estén caídas en el suelo y ya no tenga remedio.

Frente a ellos habrá gente que se vea gratamente sorprendida, ante semejante obra de arte, pues aunque no lo parezca, este es el viejo puente sobre el Tralgas que está en la Reina.

Por su bella ejecución y su pasado, el Puente de la Reina merece una catalogación (le sobran meritos para entrar en varias de las clasificaciones de la Ley 2/1999 29 de Marzo, de Patrimonio Histórico y Cultural de Extremadura) y ser incluido en alguna de las cercanas rutas, o bien la creación de una nueva pasando por tan bello y singular paraje.


                              Puente de la Reina 2ª Parte

                                           CUANDO HABLAN LAS PIEDRAS

¿Desde cuándo está ahí el puente?
¿Qué función tenía?
¿Por qué esa ubicación?


Preguntas como estas, se habrán repetido millares de veces, entre quienes han pasado junto al vistoso puente.
Tratar de datar el puente, sin los oportunos conocimientos, podría llevarnos a grandes errores, la fecha de su construcción sin duda sería muy relevante, aunque no lo más importante, en el fondo daría igual que los molinos estuvieran antes que el puente y que este se construyera para facilitar el , paso de carretas tiradas por bueyes o bien que se crearan los molinos aprovechando que ya estaba el puente, en cualquier caso, antes que los molinos y el puente estaba Trasgas, y antes que Trasgas los Vettones, lo verdaderamente importante es que el puente está patente, desafiando al tiempo que le ha dado la espalda.

Se mire como se mire, desde lo alto de la Almenara o desde lo más hondo del valle, la manifiesta soledad del puente se hace palpable, sin ojos que lo contemplen, sin caminos que lo crucen, sin nadie que por su grupa pase…… Sin calor de nadie y sin consuelo, que diría Miguel Hernández, bastarían para sumirlo en la más profunda elegía que pudo perpetrar el hombre, lejos de ello, sigue perenne, dando fiel testimonio y desde la sonora soledad de sus centenarias piedras pregona incesante, dejando impregnado el aire de respuestas a preguntas que nadie le hace.

- ¡Estoy aquí, desde los tiempos en que de manera constante fue necesario cruzar el río! ¡Fui puerta abierta y llave de paso! ¡La tierra que me circunda, antaño fue un prodigioso escenario!

Durante décadas vivimos ajenos al puente, sus continuos mensajes resultaron imperceptibles a nuestros oídos, no supimos ver lo escrito en su bella factura, ni entendimos que él es la viva huella que nos queda del pasado, su presencia denota el esplendor que tuvo su entorno, nadie construye un puente sobre una vereda por la que no pasa nadie.

Y vista su magnitud a nadie debe extrañar que los míticos caminos como el de la Reina y el de Caparra a Ciudad Rodrigo, (pasando por Laconimurgo) tan nombrados como desconocidos, pasaran por este puente, dejando atrás el termino del Campo, o tal vez ya existieran los caminos y el uso masivo hizo necesario cruzar el río en todo tiempo, dando origen al puente.

La ubicación del puente sobre el Tralgas y no sobre el Árrago que a simple vista parece más lógico, se debe a méritos propios, aun siendo el Árrago más caudaloso, no en vano el vetusto poblado medieval asentado, en la confluencia de ambos ríos, sobre el Vettón Laconimurgo, tomó el nombre de Trasgas, (antiguo nombre del río) en detrimento del Árrago.

Trasgas fue un destacado núcleo urbano mencionado como aldea en la bula de Lucio III, año 1185, con Iglesia y hospital propios, algo inusual para la fecha, años más tarde se despobló y (aunque sólo sea de manera testimonial) además de las lapidas mortuorias, con sus milenarias piedras, río arriba se fundó Aldeanueva, (hoy Villanueva de la Sierra) Aldeanueva fue cámara Obispal, tierra de la Iglesia, razón por la cual Trasgas puede que también lo fuera, como ya se ha mencionado en la Aldea de Trasgas y el Triángulo del Campo, aún hoy puede contemplarse en su entorno la denominación de tierras de la Iglesia.

Despoblado Trasgas, tomaron fuerza los molinos, importantísimas aceñas denominadas como de la Reina, a moler a la Reina se acudía desde todos los ángulos posibles, los molinos llegaron hasta la década de los 60 del pasado siglo, con tío Crisanto como último molinero, y puede que el bueno de tío Crisanto al caer con carro incluido puente abajo, escribiera muy a su pesar el penúltimo episodio de tan majestuoso puente, el último desgraciadamente puede ser el derrumbe.

Fuere como fuere, el puente es bandera, pendón y estandarte de lo que fue su entorno que incluía nuestro término, y nosotros somos fruto de la evolución del entorno del puente y de los caminos que lo cruzaron, razón por la cual deberíamos considerarlo como propio.

             La alegría del Desconsuelo  Parte 3ª


               Álbum del puente de la Reina



La alegría y satisfacción, que produce el encontrar esta oculta obra de arte, se convierte en desconsuelo al tomar conciencia del peligro que se cierne sobre el puente.

¿Hasta cuando podrán aguantar las centenarias piedras? ¿A que jugamos, a que se caiga y repartirnos las piedras, o ha que cada cual en lo que pueda salga en su defensa?
El Puente nos está esperando.

E. Moreno

Fotos, Minera y J.L.L.Tato, J y A.G.N  Gracias a todos

miércoles, 8 de septiembre de 2010

Un Cuento de mi Pueblo

                                                   EN EL DÍA DE EXTREMADURA
                                          UN CUENTO PA MI PUEBLO

                                                                               Introducción

La fabula relatada tras esta introducción, se enmarca en la acepción de “ficción artificiosa con que se disimula una verdad.”
Verdad que todos conocemos y por conocerla la ignoramos.
Abarca un largísimo periodo de nuestro entorno, y por ella desfilan los grandes acontecimientos que forjaron nuestro pueblo, que nos han ido marcando y lo seguirán haciendo.
Mientras su fabulosa raíz siga ahondándose en nuestro suelo, su corazón seguirá latiendo y perdurara en el tiempo.
                                                                         Cuento
Una vez oí a unos pastores, contar un cuento sobre una especie de árboles que hoy día han caído en el olvido, en aquella época los cuentos eran una importantísima fuente de comunicación corrían de boca en boca transmitiéndose de generación en generación.
Hace ya muchos, muchos años, había unos pastores que mansamente apacentaban sus rebaños en un amplio y basto territorio, llegaron a él desde muy lejos, buscando nuevos pastos para sus rebaños, se cobijaban con sus ganados bajo fabulosos árboles llamados Zachocas, de amplio y abundante ramaje, que para tal efecto habían sido plantados, durante siglos, permanecieron en el enclave, pues se adaptaba a sus necesidades como el anillo al dedo, hasta que una despiadada y mortífera fiebre fue terminando con ellos dejándolos casi aniquilados.
Fue pasando el tiempo y con él, iban y venia nuevos rebaños, sin establecerse en el lugar de manera permanente.
Un día, llegaron a él nuevos pastores, ocupando aquel espacio que en heredad les habían otorgado, ocuparon los antiguos Zachocas que estaban en buen estado, los rebaños crecieron y fue necesario crear nuevos cobijos para ellos y su ganado, plantaron más ejemplares de tan singular arbolado, que crecieron sanos y fuertes prestando servicio una vez desarrollados.
Entre ellos había uno, el último de los sembrados en aquel gran campo, que no prosperó al ritmo deseado, por su ubicación les caía un tanto alejado, se encontraba en el último de los confines que el Consejo Regente les había dado, motivo por el cual le habían prestado menor cuidado, el lugar elegido no era el más idóneo para plantar aquella especie de árbol, ya existían en su entorno otros y corría el riesgo de ahogarse entre los ya consolidados, el suelo no acompañaba ni daba los mejores pastos, pero el lugar era diferente, había en él algo carente en el resto de sus resguardos, aunque era evidente que mientras los demás se habían desarrollado él malamente prestaba servicio y apenas si se posaban en él pájaros de mal agüero, el Consejo decidió prestarle mayor atención y abonarlo, fue pasando el tiempo bajo mimos y cuidados, el árbol fue creciendo y poco a poco se fue enraizando.

Un buen día, fue elegido por una enorme Águila Imperial, para asentar en él sus Reales posaderas, sus tiernas ramas se tambalearon ante tan Imperial fuerza, lejos de troncharse resistió el envite y sus ramas se cimbraron con elegancia y firmeza. El Águila resplandecía en sus ramas con la amplia y variada corte de aves de exuberante plumaje que la acompañaban, cuando desde sus ramas, la Imperial Águila reemprendió el vuelo, aquel árbol superaba su prueba de fuego, no fue en vano el esfuerzo en él realizado, en apenas tres lustros de intensos cuidados y firmes progresos, había alcanzado la mayoría de edad, ahora estaba preparado y maduro para resguardecer y dar cobijo, para prestar servicio a quienes le habían mimado.

Cuentan las modernas crónicas, que después de tantísimo tiempo, aquel árbol sigue y sigue creciendo dando cobijo y amparo a quienes se acercan a el, o pasan a su lado.
E. Moreno.

Para facilitar un poco más la lectura del cuento y que resulte más fácil descifrarlo, se incluye el comentario de un anónimo que ha dado en el clavo.
Comentario de un anonimo

Emilio: Entre tus aclaraciones en la introducción y el triple significado que parace, tiene tu palabra ZACHOCAS, creo que puedo entender tu cuento, que no es un cuento sin más sino una alegoría sobre Villa del Campo.
Nos sitúas en la ribera izquierda del Árrago desde la junta de los ríos a la Raíz y la ermita. donde Vettones, Arragones y romanos sembraron sus ZACHOCAS: ZAhurdones, CHOzos y CAStros. Lo bárbaros, epidémca fiebre acabó con todo por allí, posteriormente, moros y cristianos alternativamente se iban convirtiendo en vencedores y vencido y viceversa. Nuevos pastores llegan a estas tierras, La orden de Alcántara que comienza a asentar los pueblos de la sierra y aledaños, siendo Villa del Campo tal vez el último y el más alejado de los anteriores, teniendo por vecino demasiado cercano a un pueblo ya consolidado como Pozuelo, quizás ya de otra encomienda puede que rival, por lo que difícil hubo de ser su desarrollo.
Y surge la eterna pregunta:¿POR QUÉ FUE UBICADO VILLA DEL CAMPO DONDE ESTAMOS EN VEZ DE ALLÍ ABAJO DONDE EL AGUA Y LAS COMUNICACIONES ERAN MÁS FAVORABLES? Puede que la respuesta sea harto sorprendente.
Todo comienza a cambiar con la llegada y estancia de la Princesa Mª Manuela de Portugal, Águila Imperial de altos vuelos, el Emperador Carlos I que le da el título de Villa y lo hace independiente de Santibáñez, sin olvidar a Frey Gonzalo de Valdivieso, posible mano secreta ejecutora de tan relevantes actos.
El resto es fácil añadirlo.

Sólo me queda felicitarte por esta entrañable alegoría.

9 de septiembre de 2010 17:52

Evidentemente se trata de Villa del Campo y las Zachocas, son mezcla de Zahúrdas, Chozos y Castros, son los poblados Vettones y posteriores, el epicentro está en la junta de los ríos, pero en cuanto a riberas se ha quedado corto nuestro amigo anónimo, ya que al comienzo la fabula abarca un territorio más amplio, casi todo el valle del Alagón y la margen derecha del Árrago, la fiebre son los Bárbaros que lo arrasan casi todo, cristianos y moros suben y bajan sin establecerse mucho tiempo, los nuevos pastores son los Alcantarinos, aquí el espacio se reduce y es la Zachoca de Villa del Campo el ultimo confín, todos sabemos que entre árbol y árbol hay que dejar un espacio para que las raíces de uno no se coman al otro, y el pozuelo ya estaba allí, nuestro amigo invierte el orden cronológico, ya que es el Emperador Carlos I quien decide cuidarlo, haciéndolo villa, y tres lustros más tarde ya esta preparado y recibe a la Princesa, el resto no es necesario contarlo.

Sobre la gran pregunta, seguro que tiene respuesta, pero habrá que esperar a que llegue su debido tiempo.