viernes, 29 de enero de 2010

Folletos del Ayuntamiento de Villa del Campo, la Diputación y el Patronato de Turismo de Cáceres, sobre Villa del Campo

Ante la escasez de información oficial, que sobre el pueblo se puede encontrar en Internet, y sin más ánimo que el de dar a conocer la poca que tenemos, se procede a difundir los folletos que en su momento editó el Ayuntamiento de Villa del Campo, la Diputación y el Patronato de Turismo de Cáceres, sobre Villa del Campo, encuadrado en el acogedor Valle del Alagón.
Por el tiempo trascurrido desde su aparición, es de suponer que se hayan agotado los ejemplares editados, por tanto este puede ser un buen momento para relanzarlos, y si la divulgación de estos folletos se ha hecho entre la gente del pueblo, el resultado de la campaña puede haber sido nulo, por el simple hecho de que conocen de antemano la información que contienen.
Los folletos no fueron creados para difundirlos en este medio, pero la tecnología digital da mucho juego, los he adaptado para que puedan verse como fotografías, y al ampliarlas poder leer el contenido, (picando sobre cada una de ellas se amplian de manera considerable) de este modo el abanico de visitantes del blog, que de manera esporádica, o atrapados por los muchos mecanismos con que cuenta, podrán ver y conocer información de organismos oficiales.
No es gran cosa, pero algo es algo, conviene saber para posibles reediciones, que en el sepulcro mural, no se incluye a Frey Gonzalo de Valdivieso, y que Pedro de Campos, aparece como Pedro del Campo.


lunes, 11 de enero de 2010

DESVELADA LA IDENTIDAD DE LA PERSONA QUE APARECE TRILLANDO Y SOBRE UN BURRO EN LAS ERAS

Desvelada la identidad de la misteriosa persona, que aparece trillando junto a la fábrica y sobre un burro en el alto de las eras. Sí al contemplar las fotos de las eras, observo algo raro, algo que no le cuadraba, y no sabía que era, este es el momento de satisfacer su curiosidad. Haga clic en los comentarios de las Eras y lo descubrirá.

martes, 5 de enero de 2010

FELICITACIÓN NAVIDEÑA DE DON TOMÁS PIZARRO

  Ante las espontáneas muestras de cariño, en saludos y recuerdos, hacia la persona de don Tomás Pizarro, recogidas en este blog, creí oportuno trasladárselas y pedirle unas palabras de aliento, en este tiempo de Navidad para los Campusos y para todos los visitantes de este blog.

Mi carta la recibió 10 días después de ser enviada, y la suya contestándome, se la devolvieron días más tarde de manera inservible calada, empapada por el agua, toda una cadena de despropósitos impidieron que la felicitación llegara a tiempo, la nueva carta de felicitación me llego esta mañana 5 de Enero, la recibiremos como regalo de Reyes, según sus propias palabras en la Iglesia, la Navidad dura hasta el 10 de Enero, sea pues bien recibida. Gracias Don Tomás.

Indicaba Don Tomás, que el saludo podía ir acompañado de una foto de la pagina 57 del malogrado libro que acompañaba a la carta, sin duda alguna la foto seria del campanario, motivo por el cual en lugar de acompañar, he decidido insertar el saludo en esta otra fotografía no menos apropiada, en la que además, podemos, tributar un recuerdo a nuestro querido y entrañable Chemari, que Dios lo tenga en su gloria. Amen



sábado, 2 de enero de 2010

LAS ERAS

Las eras: Lugar, sitio limpio y llano donde se trillan las mieses.


Todos alcanzamos a conocer esta definición de la RAE muchos hemos visto el desarrollo de lo que en ellas se hacia y otros tantos lo han practicado, pero en las eras, había algo más profundo en lo que casi nadie ha recabado, algo que por cotidiano, pasaba desapercibido y ni tan siquiera percibíamos.

.Año tras año, entre los presentes se repetía la misma escena, un Domingo, entre San Antonio y San Juan, se repartían las eras, se seguía un criterio sencillo y a la vez complejo, el terreno disponible se dividía, mejor dicho estaba dividido en cuatro partes diferenciadas por los caminos que la cruzaban de norte a sur y de este a oeste, las dos primeras, partiendo desde los álamos por el camino central hacia el legio (ejido) tenían ciertas características, la primera, la que más o menos quedaba entre las escuelas y la fabrica, solía ser para los vecinos linderos o aquellos que tenían balcones o corrales con gallinas próximos a Vallencoso, (“Valincoso”) tío Galo tío Aquilino, Esteban Rebustia, y próximos a la zona, de este modo las mencionadas gallinas que estos vecinos poseían, irían a picar a sus propias hacinas (jacinas) y no a las de los demás, la parte de la izquierda por estar en barrera no la quería casi nadie, la solía ocupar unos tandenes que sembraban mucho, tío Pantaleón y tío Gervasio, y tío Pérez y los Capotes, que veían compensada la incomodidad con mayor espacio, el alto lo solía ocupar tío Martín Lino que solía terminar el ultimo y en el campaba a sus anchas, cada una de las dos partes restantes se correspondían con una zona determinada del pueblo, que a su vez se subdividía por calles y esta se repartía entre los vecinos, bien por el número de ellos o por el de fanegas sembradas, motivo por el cual casi siempre tocaba en el mismo sitio, delimitado el terreno mediante el sistema de pasos largos, se marcaba con estacas o simplemente con unas piedras, posteriormente entre vecinos se solía ceder si alguien necesitaba más, o bien para facilitar el paso, siempre en buena sintonía aunque no exenta de algún rifirrafe.
Poco a poco las desamparadas eras se iban poblando, pasando a ser depositarias del dorado tesoro, y van forjando un paisaje, que evocaba antiguos poblados, los haces, sabiamente colocados en círculos (jacinas) o en rectángulos carrillos con las espigas hacia dentro, escondiendo el grano a los pájaros, se elevaban al cielo, sacando el máximo provecho al escaso terreno, se protegían de posibles lluvias, coronándolas de manera cónica las jacinas y a dos aguas los carrillos a su sombra reposaba el aplanado botijo y los aperos, eran las fieles compañeras del merecido descanso, igual servían de perchero que de respaldo, su condición térmica la aprovechaba la chiquillería como despensa para esconder los nidos de frutas, (nido de cirgüelas), arrancadas del árbol, antes de que la cogiese el amo, también la chiquillería, por la tarde, antes y después de la cena , en esas eras repletas de recovecos y demás rincones y pasillos donde pasar desapercibidos todo el tiempo del mundo, hasta la hora en que había que irse a la era propia a dormir con los padres jugaban al “escondiche veriche” a la malla a los contrabandistas…..

Antes y mientras la retirada, daba tiempo a gastar alguna broma más o menos pesada a los primeros en irse a dormir, arrastrarlos por la parva, quitarles las mantas eran las fechorías más comunes.


Todo el fruto de un año de trabajo espera ser recolectado, llegado el momento de separar la paja del grano, las rudimentarias herramientas hacían el proceso intenso y dilatado, siendo necesarias todas las manos para llevarlo a cabo, las eras absorbían la práctica totalidad del pueblo y se convertían en su epicentro, hasta el punto de que se vivía, comía y dormía en ellas, tender la parva, trillarla, cantearla y allegarla, y posteriormente limpiarla, eran faenas que requerían un trabajo colectivo, no bastaba para ello con las propias manos, el hoy por ti, mañana por mi, se hacia extensible a lo largo y ancho de las eras, aunando brazos que compartían esfuerzo, la trilla requería relevos, ante las larguisimas horas de tedio, sobre ella el viejo tarareaba la tradición con acompasado son adormilado, para los niños la trilla era una mágica alfombra que al subirse en ella les trasladaba a un tiovivo o carrusel que suavemente se deslizaba dejando tras de sí ríos de paja, el joven, tralla en ristre domina las bestias a riendas sueltas, mientras el pedernal quebraba una y mil veces las ardientes pajas, la rutina diaria impedía ver la parte estética que de manera colectiva y a su vez espontánea, se escenificaban, todo estaba en movimiento, mientras uno trillaba otro barría, deshacía las partes que se allegaban o sacaba bálago, uno tras otro, desarrollaban vistosas y armoniosas piezas de ballet, al cantear la parva, mención aparte merecía el arte de limpiar a mano, utilizando la herramienta y el movimiento apropiado, para sacarle el máximo provecho al escaso viento, la trilla en sí generaba de manera común o individual, bellas escenas que no pasaron desapercibidas para el séptimo arte.

Cuando caía la tarde, se acercaba a las eras una hilera de mujeres, porteando con inigualable equilibrio la vianda sobre sus cabezas, básicamente gazpacho o ensalada, también en las eras se extendía el mantel y sobre su suelo, se ponía la mesa, sin platos, a gamellón, en una cazuela y a veces, con alguna cuchara de menos, sí alguien se sumaba a la mesa, al caer la noche, distendidas y amenas conversaciones entre vecinos o amistades, terminadas estas, a cielo raso, sin más techo que las estrellas, sobre la mullida parva, la grandiosa posada de millones de estrellas, abría sus imaginarias puertas, al sereno y acariciados por el relente, llegaba la madrugada, los incesantes gallos de los cercanos balcones pregonaban la aurora, tocaba recoger la cama y vuelta a empezar, un nuevo día se acercaba para vivirlo en hermandad, bajo las respetadas normas verbales de la tolerancia y la fraternidad.


Durante todo el proceso se convivía dentro de un espacio común participativo y solidario, sin títulos ni acreditaciones, la comunidad de las eras, era todo un fenómeno social, cada cual tenia su espacio dentro del común, en la gran casa, sin paredes, puertas, cortinas, ventanas ni techo, en que se convertían las eras, todos formaban una parte activa de ellas, sin protagonismos, como un gran plató de actores de reparto o piezas de un colosal puzzle, coordinado por las simples reglas de la tolerancia y la convivencia.

Hoy estamos lejísimos de aquella tolerancia y convivencia, hablamos de derechos y libertad, mientras por los nuestros, atropellamos a los de los demás.

Este espacio tan común, lo recibimos como heredad, hoy se encuentra más que amenazado, razón por la cual, siguiendo las reglas de la convivencia, que desde siempre lo guiaron, merecería ser consultado y consensuado entre todos, que hacer con tan vital espacio.




Fotofrafías cedidas por Juanje y Julian Gil Nevado