jueves, 29 de noviembre de 2007

Mapa

Mapa de la parte, meridional de España, fechado en 1751. En el, se puede apreciar el Campo, encuadrado en el reino de León. Copia digital realizada por la Biblioteca de Andalucia.


miércoles, 28 de noviembre de 2007

Fuente del Oro

Esta era, la fuente del Oro, también conocida como ( juenti E´loru) a finales de 1.900.

Erase una vez, una fuente, que la llamaban, la fuente de el oro, de la procedencia de el nombre, nadie se acuerda, tampoco de cuando, o de quien la hizo, siempre estuvo hay, era la respuesta que daban los más antiguos, tampoco se sabe si hubo oro por sus alrededores, aunque más de uno se afano en buscarlo.
Era una bella fuente, que siempre estaba llena y en algunas ocasiones hasta rebosaba, su fresca agua se podía tocar desde el mismo brocal, ya que por causas que aquí no procede recordar, nadie del lugar osaba probar su agua, aunque fuera mucha la necesidad.
Estaba muy bien encañada, con piedras de cantería, la cubría una hermosa bóveda compuesta de tramos de 11 piezas de granito ensambladas, formando un bello arco de medio punto, que descansaba majestuoso, sobre los estribos o machones, que además ejercían como poyos entre otras utilidades, su brocal lo componían dos moleñas de escasa altura, como era tradicional en este tipo de arquitectura, el agua de esta fuente, tradicionalmente era utilizada para lavar ropa y tripas de cerdo en las matanzas, esta ultima actividad se realizaba siempre a primerísima hora de la mañana, y la techumbre de la fuente mantenía menos fría el agua en las duras mañanas de invierno.
El lavado a mano afortunadamente paso a mejor vida, gracias a la lavadora, el agua corriente lleno de hierbas y zarzas el camino de la fuente, una vez más se repitió la historia de las cinco farolas, hasta que un día, de golpe y porrazo, desapareció la fuente de un plumazo.
Su recuerdo cayó en el olvido, como Petra y tantas y tantas cosas bien hechas, la maleza siguió creciendo, en torno a aquellas antiquísimas piedras.
En este lamentable estado, se encontraba la fuente, en los albores del 2000, poco antes de desaparecer.



Fuera o no, una fuente romana, no estaba exenta de belleza, y el pego, bien que lo daba...........

..........Hasta que un buen día, de la mano de un artesanal taller de la comarca, y al igual que el olmo viejo, hendido por el rayo y en su mitad podrido, al que cantara Machado, broto con fuerza la fuente, desde su propia maleza, para mostrarse más radiante resplandeciente, hermosa y bella, sirvan pues estas paginas que un día denunciaron el injustificado abandono que sufría esta preciada joya de la corona, para ensalzar una labor bien hecha, se dice y se comenta que la fuente al pueblo le salio cara, talvez hoy económicamente salga cara, pero si podemos contemplarla mañana, habrá resultado gratamente barata, valga este ejemplo para valorar el rico patrimonio que poseemos y no dejemos que estos sean comidos por el olvido y las zarzas, baya pues esta gama de fotografías que generosa y abundantemente MINERA nos ha enviado, para poder disfrutar de ella, visualmente desde la distancia.





lunes, 26 de noviembre de 2007

IGLESIA PARROQUIAL

Iglesia Parroquial Ntra. Sra. de los Angeles (Villa del Campo)

Iglesia de mediados del XVI, de estilo Gótico tardío, obra de Sancho Ortiz, Maestro cantero de la Villa de Alcántara, la parroquialidad de esta Iglesia, pertenecía a la Encomienda de Santibáñez, dentro de la Orden de Alcántara, orientada de Oriente a Occidente, consta de una sola nave, sus muros son de mampostería, con contrafuertes interiores y exteriores en su parte occidental, y exteriores en el testero poligonal, que forma su lado más oriental, todos de granito (cantería como se suele llamar en el lugar) y sillares en las esquinas del mismo material.

Su planta está a caballo, entre rectangular y cruz griega, sus dos capillas laterales, apuntan a una ligerísima cruz de reducidos brazos, la parte más occidental tiene la mitad de la altura que alcanza la oriental, los salientes de las fachadas norte y sur indican que es una magnifica obra inconclusa.
La Iglesia fue también concebida como cementerio, las sepulturas se suceden unas a otras de manera paralela a lo largo de toda la iglesia, su suelo es de granito y cada sepultura la forman tres piezas rectangulares, la superior y la inferior de igual tamaño y la central de mayor longitud, con un agujero rectangular en el centro que facilitaba su alzamiento, dichas piedras están contorneadas en su conjunto por otras de medio palmo de ancho y rematadas en sus partes más longitudinales de forma piramidal, que encajan entre si separando una tumba de otra.
Las fosas eran de tierra y posteriormente se sellaban con cal, más tarde se creo un cementerio, pegado a la iglesia en su cara norte.

El templo se divide en cinco tramos, tres en la parte mas occidental y dos en la oriental, los de la parte occidental tienen techumbre de viguería, soportada por el hastial occidental y tres amplísimo orcos de medio punto, uno de ellos soporta además la fachada que une las dos alturas, esta fachada tiene un pequeño ventanal redondo a modo de rosetón y en el vértice exterior lucia un esquilón que fue sustituido por otro ubicado en la cara sur, en la parte más baja del templo y al lado de la Epístola, se encuentra una pequeña capilla Bautismal, en ella hay una considerable pila granítica bien elaborada y acta para ejercer su función, con desagüe por drenaje o pozo ciego, en la pared occidental se alza una tribuna o coro, soportada por dos gruesas columnas cilíndricas.
La parte oriental y más alta es una esplendida obra maestra, el primero de sus dos tramos, el que forman los diminutos brazos de la cruz, se cierra en bóveda de cañón, y el resto en esplendida bóveda de crucería, (en la infancia camine por ella y hoy, cincuenta años más tarde aun recuerdo la sensación de gravitación que me producía caminar por ella) en esta parte del templo y al lado del Evangelio se alza un bonito pulpito de granito, con escalera recta sin barandilla, a los pies de dicha escalera un arco de medio punto sostiene un sepulcro vació, muy laborioso y con una extensa inscripción en su frontal, en su tiempo pudo albergar a algún Prior de Santibáñez y Rector del Campo, que sobre el año 1600 ejercía desde aquí las funciones religiosas de la Encomienda, coronando el arco se encuentra un escudo de armas. Este arco que parece fuera de lugar, cabe la posibilidad de que fuera una antigua puerta a la sacristía, al estar un tanto centrada, podría dificultar el transito y por ello pudo ser tapiada, posteriormente con la llegada de el Prior se reutilizaría con el sepulcro y se construiría el pulpito, cuyas escaleras de acceso también dificultarían el paso de dicha puerta, a este lado también está la sacristía, austera pero confortable, con dos arcos de medio punto en su cara norte, anteriormente estos arcos pudieron ser amplios ventanales, que más tarde se cerrarían por sus vistas al cementerio.

Al fondo del templo una amplia y hermosa escalinata central, que se va abriendo angularmente, desde la base a ambos lados, asciende hasta el Altar Mayor, que junto a otros dos altares rematan el templo.
En los laterales del entorno del Altar Mayor, hay dos verjas de hierro forjado que sostienen un atril cada una, desde ellos en solemnidades, se solía leer cara a los fieles, la Epístola o el Evangelio, trasladándose el misal de un sitio a otro, según procediera.
Los retablos del Altar Mayor son de construcción posterior, de estilo gótico tardío, el central esta compuesto de tres calles y simula tres cuerpos más un cierre, en su conjunto tiene bastantes similitudes con el de la Virgen de la Montaña de Cáceres y su calle central mantiene idéntica estructura que el de la Iglesia de San Salvador de Leganes, ambos de escuela Churrigueresca, aunque contiene vistosas guirnaldas, abundante decoración floral, ricas ménsulas y columnas y destacados capiteles, aquí, sin ser escasa, la ornamentación no es tan exuberante, al ser las calles más amplias que las de los dos citados, y al tratarse de un espacio más amplio, no produce tanta sensación de agobio, tanto por la composición y estructuras con los ya citados de la Montaña y Leganes, se podría afirmar que la autoría es de algún taller de la familia Churriguera, cierran el conjunto, dos retablos laterales de semejante estructura.

El templo tiene tres puertas de acceso, una de ellas tapiada, la del hastial de su cara norte, por dar esta al ya citado cementerio, la puerta occidental es de medio punto y está en desuso, debido a que la Iglesia se edifico en un escampado, y el núcleo de población se estendio hacia sus extremos, dejando un amplio espacio en su cara sur y posteriormente el cementerio hizo de freno, la puerta sur que da acceso habitual al templo, es de arco apuntado con arquivoltas, y molduras apoyadas sobre impostas, unas suaves escaleras ascienden hasta el portal que la protege de las inclemencias del tiempo.
La parte oriental está bien iluminada, desde cada uno de los laterales, dos amplios ventanales, con arcos de medio punto, ataluzados en sus dos vertientes, dan luz al Altar Mayor, una ventana circular a modo de rosetón, ilumina el centro desde la fachada alta occidental, otra cuadrada hace lo propio desde la fachada baja llenando de luz la tribuna, y otras dos laterales, de reducido tamaño, una en la pila Bautismal y la otra en la puerta norte que está tapiada, hacen el resto.
La torre del campanario, adosada a la cara sur y de planta cuadrada, la forman tres cuerpos, el primero de mampostería, con sillares en las esquinas y las otras dos de granito, el interior y acceso a las campanas, es una artesanal escalera en espiral, de piezas de granito que forman peldaño y columna en una sola piedra, se accede a ellas desde el exterior, tres pequeñas troneras en su cara sur orientadas al sol, dos en el primer tramo y una en el segundo, proporcionan la necesaria luz, y una puerta en su cara norte, da acceso al tejado y al esquilón, al terminar la escalera, una amplia y robusta estancia abre cuatro grandes ventanales de medio punto, dos de ellos albergan campanas, el de la cara sur, la llamada campana grande, y el de la occidental, la campana chica, los de las caras norte y oriental se encuentran tapiados, la torre se corona, con una cúpula de linterna, con cruz y veleta, y unos pináculos con bolas.

FANTASIA SOBRE LA CREACIÓN DE LA IGLESIA


CONSTELACIÓN EXTREMEÑA, OSA MAYOR

REAL ACONTECIMIENTO, ACAECIDO EN LA VILLA DE EL CAMPO



Corría el año de mil y quinientos cuarenta y tres y se habían contado cinco días de Noviembre, cuando a este lugar, llegó la comitiva de la serenísima……
Probablemente de esta forma, habría encabezado, Fray Prudencio de Sandoval, los hechos que acontecieron en esa fecha y en este lugar.
Dada la majestuosidad y la importancia del pomposo acontecimiento, bien merece la pena resaltar esa fecha y la que le sigue en el calendario del entonces conocido como El Campo.
Antes de relatar tan notable acontecer y para comprender mejor la magnitud de los actos, situémonos en los antecedentes que le precedieron.

Los Hechos

A mediados del año 1543, el Emperador Carlos I (también conocido como Carolvs) se ve en la necesidad de hacer un viaje, para sofocar los problemas que le acarrean los protestantes alemanes de la liga de Schmalkalden, ante la ausencia del Emperador la regencia recaía en su esposa, la Emperatriz, Isabel de Portugal, hasta su fallecimiento en 1539, posteriormente recayó esta función en el Cardenal Tavera, en esta ocasión, el Emperador decide que ya es hora de que quien le va a suceder en el trono, tome responsabilidades y lo deja como regente, también decide que es hora de casarlo y elige para ello a su sobrina la Princesa, Maria Manuela de Portugal, prima por partida doble del Príncipe de Asturias que más tarde reinaría como Felipe II.
(Aquí, arranca la historia o el acontecimiento que tanta importancia tuvo para El Campo.)Una vez concedida la dispensa Papal, por ser primos dobles, se celebró la ceremonia por poderes, el Domingo 12 de Mayo de 1543, en el palacio del embajador Español en Portugal, Don Luís Sarmiento de Mendoza, Don Luís figuraba como apoderado del novio y ofició el tío de la novia el Cardenal-Infante Don Enrique.
Como ya se ha dicho, el Emperador tiene que partir a Europa y no puede asistir al recibimiento ni a la velación previa a la consumación del matrimonio, por lo que le pide a Don Juan Alonso de Guzmán, duque de Medina Sidonia, y al Obispo de Cartagena Don Juan Martines de Silíceo, que fuesen a recibir a la Princesa a la frontera, y la acompañen hasta su velación, ambos aceptan la invitación Imperial con doble intención, primero sirven al Emperador, y segundo demuestran la grandeza y riqueza de sus familias, y para no perderse detalle, el Emperador le pide a un cronista, que le relate todo cuanto acontezca hasta el fin de las ceremonias, y a buena fe, que el cronista satisface a su Emperador, pues describe el viaje y la ceremonia con tal lujo de detalles que a día de hoy no ha sido superado.
Este cronista es nada más y nada menos que el dominico antierasmista, Doctor Sepúlveda, es decir Don Juan Ginés Sepúlveda, También conocido en algunos sectores como el enemigo de los indios, autor de De Justis Belli Causis anpd Indios (De la Justa Causa de la Guerra contra los Indios) o (Justos Títulos) esto le llevaría al celebre debate de 1550 en Valladolid, contra Fray Bartolomé de las Casas, conocido como Junta de Valladolid, o polémica de los Naturales.
Descritos los preámbulos, pasemos a relatar el viaje.

El Viaje del Obispo

El día 26 de Septiembre de 1543, a las dos de la tarde, salió el Obispo de Cartagena desde Valladolid con rumbo a Badajoz, para encontrarse allí con el duque de Medina Sidonia y juntos recibir en la raya de Portugal a Doña Mª Manuela de Portugal, Princesa consorte de Asturias, y acompañarla hasta Salamanca, donde estaban previstos los actos de velación y consumación de su matrimonio, con don Felipe Príncipe de Asturias, futuro Felipe II, acompañaban al Obispo una enorme comitiva de clérigos y nobles, todos desde el más alto noble, al más humilde servidor, incluidas las cabalgaduras venían ataviados con sus mejores galas, entre los más representativos estaban Don Alonso Enrique, abad de Valladolid, Diego de Córdoba, hijo del Obispo de Plasencia, Rodrigo Manrique, hijo del Cardenal, Alonso Manrique, el Alcalde Castillo, encargado de impartir justicia, caballeros de Santiago, Alguaciles, Comendadores, Licenciados, Canónigos, Capellanes, músicos, entre otros estaban Juan de Reza y el organista Antonio Cabezón, corregidores, toda la familia del Obispo y un largo etc., etc., a medida que la comitiva avanzaba, se sumaban más y más nobles, que no querían perderse el acontecimiento, todos estos nobles llevaban cada uno sus acémilas con reposteros bien ataviados, botillería, cocinas camas, escuderos etc. etc.,
El cronista fue describiendo, que llevaban y como vestían cada uno, así como, quienes eran los nobles que salían a recibirlos; cuenta el cronista que todos los señores arriba mencionados y los que se agregaron por el camino, comieron en la mesa del obispo, llegándose a juntar más de setenta en alguna ocasión y que se repartían más de setecientas raciones cada día entre pajes, reposteros, escuderos, criados, lacayos y cabalgaduras, y todo esto lo sufragaba el Obispo, la distancia entre Valladolid y Badajoz se recorrió en 16 etapas o jornadas.
En la primera llegaron a Baldastillas, le siguieron Medina del Campo, Cantalapiedra, Villorías, Salamanca, Endrinal, Calzada de Bejar, Aldeanuela del Camino, Carcaboso, Cañaveral, Casar de Cáceres, Cáceres, Aldea del Cano, Mérida, y Badajoz, donde permanecieron a la espera del duque de Medina Sidonia, que era el portador de las órdenes concretas del Emperador, de cómo debía hacerse la entrega, el protocolo, y la custodia de la Princesa.

Llegada del Duque

Llegó el duque al cumplirse la jornada veinte desde la salida de Valladolid, era lunes 15 de Octubre y a la una de la tarde salio el Obispo a recibirle, con todos los honores que el duque se merecía, y el cronista una vez más nos narra con todo lujo de detalles, cuantos venían, que traían y como venían vestidos, la comitiva era inmensa a pesar de que en días anteriores había mandado el duque más de doscientas acémilas, con sus reposteros, cocinas, y botillería, para aparejar lujosamente sus casas de Badajoz, cuenta el cronista que delante del duque entraron treinta de a caballo de diestros sayos, cuarenta y cuatro pajes a caballo, uno tras otro, tras ellos venían dieciséis pajes de duque de Niebla, tras ellos doce cazadores con sus halcones, dieciséis trompetas, ocho atabaleros, seis Italianos con vigüelas de arco, ocho indios con escudos de armas, tras ellos venían doce lacayos del conde de olivares, doce pajes a caballo, con seis caballeros, tras ellos dieciséis lacayos de Don Juan claros, y así una completísima lista de nobles, músicos, bufones, enanos, escuderos, criados de toda índole que le costaba al duque ( según versiones) de cuatrocientos a seiscientos Ducados diarios, pues daba el duque un real por cada acémila y otro al acémilero, y otro tanto a cada mozo de espuela y a cada mozo de caballo, a cada persona y por cada bestia también un real, el duque sentaba a su mesa unos treinta invitados de ordinario.

Llega la Princesa

La comitiva de la Princesa llegó a Elvas, el viernes 19 de Octubre, pero por problemas de protocolo no se realiza la entrega hasta el martes 23, este día la Princesa y parte de su sequito pasan la puente del riachuelo Caía que es la línea que separa Portugal de Castilla, y se unen a la comitiva del duque y el Obispo, a la Princesa la acompaña el Arzobispo de Lisboa, que viene con sesenta y cinco acémilas y otros tantos reposteros, tres prebendados de su Iglesia y unas cien cabalgaduras, entre pajes y otros servicios, además de su mayordomo mayor y su camarera mayor.
La Princesa trae a su servicio al menos 14 damas, 10 Portuguesas y cuatro españolas, 14 lacayos y ocho monteros, cruzado el puente, se dirigen a Badajoz, y allí es recibida por miles de a caballo y por ser muy tarde se retira a descansar, permanecen en Badajoz hasta el sábado 27 de Octubre que emprenden el camino hacia Salamanca, donde están previstos los actos que faltaban para consumar su matrimonio.

Viaje de regreso

En la primera jornada llegaron a Alburquerque y por ser muy tarde permanecieron el domingo allí, el lunes emprenden la tercera jornada y llegan a Herreruela, en la cuarta llegan a Alcántara, en la quinta a Zarza la Mayor, la sexta descansan en la Zarza por ser el día de todos los Santos, en la séptima llegan a Coria, donde permanecen por suplicación del Obispo las jornadas octava y novena, no se menciona recibimiento, pero sí que se soltaron unos toros, y que su alteza permitió el primer sarao desde que salió de tierras portuguesas, y que el Obispo dio a todos un suntuoso banquete y presentes a la Princesa, en la décima jornada que es lunes 5 de Noviembre, salen de Coria con destino a El Campo, por el camino salió a besarle la mano Don Alonso Enrique, vecino de Salamanca.

El Camino

EL cronista no describe el camino, pero quizás tomaron una antigua calzada de tercer orden, que unía Coria con Laconimurgo, pasando por Calzadilla, (puede que de hay su nombre) para continuar cerca del curso del arroyo de la Patana y desde las reyertas, salir al molino de la Reina ya por el termino del Campo, (esta calzada es muy poco conocida, hay quien la denomina camino de la Reina porque pasaba por el molino del mismo nombre, de la veracidad de la calzada, dan claro testimonio Calzadilla, como ya se ha dicho y la laguna Viciosa, que según estudios geológico, su depresión natural fue cerrada en época de los romanos) este itinerario parece más propicio que el de los cuestos, y probablemente lo utilizaron y a la altura de la raíz, bien por la granja, bien por la dehesa, llegaron al lugar llamado El Campo, (hoy Villa del Campo).
Los Motivos

Llegados a este punto, cabe hacerse algunas preguntas ¿Por qué se toma esta nueva ruta y no se vuelve por la vía de la Plata? ¿Por qué se elige El Campo y no otro lugar para la décima jornada? ¿Qué hay aquí que no lo haya en otro lugar? Esto probablemente necesite un análisis más profundo, pero algunas de las posibles causas, se pueden deducir del relato del cronista, este apunta que tanto el duque como el Obispo aceptan encantados por dos motivos, primero servir al Emperador y segundo mostrar el poderío y la riqueza de sus familias, a esto se suma que el propio Príncipe deja en manos del duque y el obispo el itinerario del camino de regreso, el duque, no parece interesado en una ruta u otra, no le ocurre lo mismo al señor obispo, que había sido canónigo en Coria y era bien conocida su generosidad con las clases más pobres, esto explicaría el por qué se elige esta ruta por la comarca donde el Obispo tiene buena fama, asegurándose un baño de multitudes, como así fue, la inclusión de Coria parece lógica, no parece tan lógico el rumbo que toman a partir de aquí, ya que desde Coria podían haber tomado la vía Dalmacia, el puerto del Perosin, crearía parecidos problemas o menores que el de Béjar, salvo que la vía Dalmacia tenía paso obligado por Ciudad Rodrigo, y quizás, una vez más, desde Salamanca no quisieron que se les hiciera sombra, esto benefició considerablemente al Campo, de haber tomado la Dalmacia, tan noble y celebre comitiva nunca hubiera pasado por aquí, otra de las posibles causas es la climatología, cuentan que llovió muchísimo, de hecho, cerca de Cantalapiedra, la cabalgadura del Obispo se hundió en el cieno de un arroyo que pasaba crecido, el paso del Tajo se solía hacer en barca, por Alconétar y talvez, ante el temor de posibles crecidas, se desvió la comitiva para cruzarlo por Alcántara, (sin olvidar, que la madre de la Princesa, Catalina de Austria, hija de Juana I de Castilla, "Juana la loca" años atrás, en idénticas condiciones, había cruzado el Tajo por las barcas de Alconétar, causándole una tremenda impresión y no es de extrañar que recomendara a su hija seguir otras vias)  cualquiera de las dos puede ser válida y tal vez las dos, una vez elegido y aprobado el itinerario a seguir, se buscarían localidades que estuvieran a una corta jornada de camino, que tuvieran posada o espaciosos edificios que albergaran a tan noble y extensa comitiva, y posiblemente en El Campo debió de haberlos en aquellos tiempos, (tan sólo se recoge un cierto malestar por estrechez y ruido en la 4ª jornada de descanso, en la localidad de Herreruela, las damas se quejaban de la estrechez y el ruido que hacían sus habitantes junto a unas hogueras).

El Auge

Por aquella época, El Campo incrementaba sus habitantes de manera muy rápida, de tal modo que, trescientos años atrás, tan solo se tenía certeza de alguna casa en la campiña, que serviría de punto visual estratégico para Santibáñez, en las épocas de invasión, y ahora contaba con 200 vecinos pecheros, según consta, en el censo de 1541, legajo 768 sección de contadurías Generales del Archivo de Simancas, ocupando demográficamente el noveno puesto de los 26 que componían el partido de Alcántara, a estos 200 pecheros hay que aplicarle un índice de entre 5 y 5,5 y obtendremos entre 1.000 y 1.050 habitantes, en el mencionado censo no se incluyen, ni clérigos, ni hidalgos, ni los exentos por cualquier motivo, teniendo en cuenta que las órdenes militares están desmanteladas o en desuso, los clérigos e hidalgos abandonan los enclaves militares y bajan a terrenos más propicios, tal es el caso del prior de Santibáñez, que se establece en este lugar por su mejor clima titulándose Prior de Santibáñez y rector del Campo, de este hecho da testimonio la extensa huerta del Prior que ha llegado intacta hasta nuestros días, otro censo anterior de 1530, (el que rescató Tomás González) habla de que esta localidad estaba encuadrada en la provincia de Trujillo y se le daba un censo de 634 pecheros compartidos con las localidades de Torrecilla, Cadalso y Hernán Pérez, en un reparto proporcional, entre los cuatro pueblos estaba por encima de los 200 pecheros, con la ventaja de que 11 años más tarde ninguno de los otros tres llegaba a la cifra de 200, el crecimiento del Campo queda también reflejado en su Iglesia, por esas fechas puede que estuviera ya proyectada o que Sancho Ortiz la estuviera construyendo, y de haberse rematado el proyecto inicial podría haber quedado majestuosa, detrás de la no conclusión, también podría estar la mano de Felipe II, las obras de el Escorial reclaman mano de obra de canteros, y estos emigran ante el faraónico proyecto, dejando inconclusas muchas obras.

Las Dependencias

En cuanto a las dependencias municipales, en aquel tiempo, serían de la orden de Alcántara, (aun hoy puede verse en la puerta de la antigua cárcel una rara cruz de la orden que demuestra su posesión) debieron de ser más amplias que las actuales, probablemente toda la cara norte y la este de la plaza serían de la encomienda, la cara norte, estaría ocupada por la ermita de San Blas y dependencias de clérigos, y la este como cuadras, o bien que la plaza, ocupara también esta cara y llegase casi al rollo, esta teoría la avalaría la ventana del antiguo teleclub, que no da a la plaza sino a la antigua casilla del tedorino, el pósito también era bastante más grande, a todo esto hay que añadir el antiguo Hospital de pobres, ubicado en la calle de su mismo nombre y que ocupaba la casa de tío pelliquero y el comercio de los paramios, (el origen de este Hospital podría venir del que tenia la orden en el despoblado Trasga) , más todas las casas que forman la manzana central, incluida la del cura son amplias y cómodas, capaces de dar cobijo a los nobles de la comitiva, para los plebeyos y el ganado que eran numerosísimos, quedarían las extensas eras y los mojones con sus respectivas lagunas como abrevadero para el ganado, todo este conjunto lo considerarían suficiente para descansar y pasar la noche, una vez expuestas las posibles causas de la elección de esta localidad, retomamos el relato del ilustre cronista.

La Estancia

Como ya se ha dicho, la comitiva partió de Coria para recorrer las cuatro leguas que la separan del Campo, el cronista no habla de la hora de salida ni llegada, pero teniendo en cuenta la corta distancia del trayecto y las jornadas de descanso que la comitiva se había tomado, llegarían pronto al Campo, tampoco se dice nada del recibimiento por tratarse de un lugar pequeño, este se haría según las normas establecidas por el Príncipe , y que básicamente consistían en que se enviaban alguaciles anunciando con antelación la llegada, para que fuera recibida lo mejor que se pudiera, llegado el momento, las autoridades bien corregidor, cabildo, o lo que procediese a cada sitio, salían a recibirles según las costumbres, bien con arcos de triunfo, bailes, danzas o canciones, y les acompañaban cada cual en el puesto que les correspondía, hasta el centro de la localidad, el Obispo y el Duque haciendo gala de su magnificencia solían ofrecer banquetes para su sequito y los principales de la localidad.
En la mañana del martes 6 de Noviembre, estando la comitiva en El Campo, se tiene conocimiento del gesto más humano y tierno de todas las jornadas, y que va a seguir así hasta la llegada a Salamanca, los Príncipes son dos jóvenes adolescentes, cuentan 17 años cada uno, por lo que cabe suponer que arden en deseos de conocerse y es tanto que el Príncipe envía postas anunciando que dos jornadas más tarde iría disfrazado a verla, pues no estaba permitido que los novios se viesen antes de la velación, el portador de la carta era Don Antonio de Toledo, hijo del duque de Alba, que se presenta en El Campo aquella mañana con las buenas nuevas, este dato de que Don Antonio llevase la carta a la Princesa no lo recoge el cronista, (otras biografías si lo mencionan) sólo dice que venía a visitar a la Princesa de parte del Príncipe, y sitúa la noticia ese mismo día por la noche ya en Guijo de Granadilla y con el Príncipe en la Granja, esto no parece lógico ni probable, ya que se necesitaría la aprobación de los portugueses para que no se sintieran ofendidos, por otro lado la visita del hijo del duque de Alba carece de sentido si va con las manos vacías, aunque vaya en nombre del Príncipe, la Princesa había permanecido en Coria que era tierra de Alba, los tres días anteriores, parece más lógico que el Príncipe avise de sus intenciones, y si no hay rechazo lleve a la práctica sus deseos, como así fue, de hecho la Princesa contesta al Príncipe desde El Campo, sin que se desvele el contenido, pero siguiendo el relato se aprecia un cierto toque muy femenino, esa misma mañana se recibió la visita de Don Antonio de Ulloa, que venía de parte del Cardenal de Toledo.

Partida de El Campo

Partió la comitiva del lugar llamado El Campo, el martes 6 de Noviembre y fueron esa noche a dormir a Guijo de Granadilla, como ya se ha dicho el Príncipe estaba ya en la Granja, y el próximo destino de la caravana era bien la Granja o Aldeanueva del Camino, pues ni lo uno ni lo otro, la Princesa no quiso ir donde estuviera el Príncipe y se fue a Abadía, esto fue sólo un gesto femenino, ya que las visitas de incógnito fueron consentidas, El Príncipe se mezclaba disfrazado entre la multitud, para ver a la Princesa, siempre rodeado de nobles, también disfrazados, de esta manera mataba dos pájaros de un tiro, primero veía a su prometida y segundo hacia ver entre los nobles que tenía interés en su futura esposa, ya que las bodas reales siempre eran por cuestiones de estado y no existía el más mínimo interés entre los desposados.
La comitiva siguió su camino a Salamanca, allí se celebró la boda, y fue el acontecimiento más grande que en la corona de Castilla se había contemplado, nunca una comitiva llegó a tener tanto boato, y como no podía ser menos paso por El Campo.

Aquel lluvioso otoño-invierno, trajo una florida primavera, la aldea fue desmembrada de Santibáñez y se convirtió en villa, se extendió su jurisdicción, su termino dezmatorio y alcabalatorio, y siguió creciendo sin descanso.

No hay constancia oficial de que más tarde, entre el fin de la sementera y el comienzo de la aceitunera, los Campusos, celebraran este acontecimiento y repartiéndose los papeles lo escenificaran a modo de Gran Teatro Medieval.
De haberlo hecho la llegada de la comitiva, seria recibida a la entrada del pueblo echando las campanas al vuelo, tampoco hay constancia cierta de por donde entro la comitiva, aunque lo más probable es que lo hicieran por el principal camino que había, que era el de Santibáñez, este camino se cruzaba con el de la Reina y con el que unía Brozas con Granadilla.
La Princesa haría su entrada triunfal, por un arco de laurel, entre vítores y aclamaciones, llegados a la Plaza, tomarían posesión, y se les ofrecerían productos de la tierra, a continuación se interpretarían danzas y rituales, terminados estos, la comitiva recorrería las calles de manera festiva y en las zonas más espaciosas, las mozas del contorno se sumarían gustosas a la fiesta cantando y bailando y al final del baile la vecindad les agasajaría con vino aguardiente y perrunillas.
El Campo siempre fue un pueblo muy alegre y a golpes de tamboril y flauta, el pueblo sigue manifestando en la calle su alegría , aquí la jota (quizás el baile más alegre y más festivo) caló muy hondo, tanto las versiones de tamboril, como la Aragonesa de Sarasate, introducida con acordeón por el virtuoso Juan Camisón, son como himnos para esta patria chica, y hasta el baile de los domingos, con una jota concluía.

- ¡ Hay la jota ! Ici el tíu Usebiu,
Al oíl la jota
el corazón un brincu te pega
y té ponis de pie
a'nque tu no lo quieras,
y el cuerpu se muevi,
se muevin las piernas
al son de la música
a'nque no te qu'en juerzas,
te cala los güesus
y hasta'l alma s'adentra,
t'entra un jormiguillu
que recorri tó'l cuerpu,
dende la planta lus pies
jasta la caëza,
y aluegu, de gorpi y porrazu
se sali pa juera
com'un manantial
que brota con juerza,
y en dispués de baila'la
hasta derringalti,
a'nque t'entri cansera
o'stés mareáu de tantu dal güeltas,
endispués de baila'la...
Qu'agustu té queás.

Sacar el tamboril o la acordeón y bailar con las mozas en las calles, siempre estuvo al orden del día, y aun hoy se mantiene en los Campusos esa sana costumbre, tan característica de esta villa, que es la de manifestar la alegría por las calles y plazas de manera colectiva.

                                                                                                                                          E. Moreno Corrales

OBSERVACIONES


Entendiendo que la importancia del acontecimiento, y el renombre de los personajes, puede causar algún recelo, que pongan en duda, la veracidad de la estancia de la comitiva, en la noche del 5 al 6 de noviembre de 1543 y sin que sirva de precedente, se muestra copia del manuscrito original depositada en la Biblioteca Nacional, la pagina mostrada hace referencia, a que salieron de Coria y fueron a dormir al Campo, en otros trabajos, realizados por entidades, de demostrado prestigio, como la Real Academia de la Historia y otros más que no se citaran por no aburrirles, y al no pretender erigirse en ningún pariente, ni en Cesar, debería bastar, con la primera regla, que dicho titulo conlleva.

domingo, 25 de noviembre de 2007

Mapa del termino de Villa del Campo


Mapa del término municipal de Villa del Campo, con sus confines diferenciados por colores.

Se incluyen bandera y escudo actuales, así como sus edificaciones, o monumentos más significativos, o representativos, colocados lo más cerca posible de su ubicación original.